dimarts, 28 d’agost del 2018

Josep Fontana: 1931-2018



 Josep Fontana (1931-2108)


En su Introducción a “Por el bien del imperio. Una historia del mundo desde 1945” Ediciones Pasado&Presente, Barcelona, 2011, explica el porque de su investigación:

“De ese modo culminó la más inesperada de las victorias de la guerra fría: la imposición de las reglas más duras del “sistema de libre empresa” a una Europa que hasta entonces se había resistido a abandonar por completo unas pautas de política social que garantizaban un mínimo de cohesión y un cierto grado de igualdad. El modelo construido en Europa como fruto de siglo y medio de luchas sociales podía ser definitivamente destruido. Algo que no había conseguido ni siquiera el fascismo”(pág.23)

Su modestia y horadez académica le obliga a decir lo siguiente:

“(…) Este libro, en el que he puesto unos quince años de trabajo, no es más que un intento prematuro. (…) Lo que he querido hacer es una reflexión documentada, cuyo objetivo no es establecer certezas, sino proporcionar elementos de discusión que nos ayuden a entender las causas que nos han llevado a la situación actual.” (pág.23-4)



dilluns, 27 d’agost del 2018

Héroes de nuestro tiempo



Arcadi(o) Espada puede vanagloriarse de ser el héroe del unionismo más rancio. Emulando al personaje -secundario- de la película El Quinto Elemento, ha podido sumarse al ejercicio de borrar lo imborrable, que hay presos políticos. 

PD: Los lazos amarillos son símbolos que representan la protesta pacífica por los presos políticos y exiliados que Cataluña padece. La agresiones son incalificables. Sólo son agresiones si van del lado independentas, las "otras" no lo son. Por supuesto, Cs aspira a criminalizar a todos los independentistas, si por ellos fuese, todos los que fuimos a votar el 1-O deberíamos estar en la cárcel. No deberíamos hacer el juego a estos profetas del miedo, ¡Qué retiran un lazo, pues, se coloca otro! ¡Lo amarillo les pone a mil!


divendres, 24 d’agost del 2018

Derechos humanos y Monarquías


Arabia Saudita pide por primera vez la ejecución de una mujer activista


Israa al Ghomgham

Espero que Felipe VI llame inmediatamente a su "amigo", para evitar que Israa al Ghomgham, sea condenada a muerte por reivindicar los derechos humanos



dimarts, 21 d’agost del 2018

Reseña: Eduardo Mendoza

Eduardo Mendoza, Qué está pasando en Cataluña. ed. Seix Barral, Barcelona, 2017. 

El presente texto, breve, 96 páginas, es un compendio de tópicos y lugares comunes. Es evidente que Mendoza no es analista político, por eso los capítulos que llenan buena parte del texto, son un conjunto de explicaciones, todas ellas respetables, pero muy superficiales.  

Mendoza nos dice que “No lo he escrito para posicionarme en un bando o en otro. Personalmente, no me gusta ninguno de los dos, pero eso se puede atribuir a  mi temperamento, a mis ideas y a mi experiencia personal”. Este propósito no lo cumple. 

Texto plano, que trata de entender lo que ha sucedido. Es evidente, al menos desde mi punto de vista,  este texto no acaba de ayudar a entender lo que ha sucedido. Trata de ser equidistante, repartiendo culpas a unos y otros, es obvio, que en el problema de la relación entre Estado y Generalitat, ambos han cometido errores y disparates.  

Los diferentes capítulos que integran el texto pretenden ser piezas para entender porqué estamos como estamos. Sin embargo, no lo consigue, es un aglomerado de ideas más que discutibles, como todas las ideas, que pretenden aclararlo todo y no consigue su objetivo. 

En el apartado ¿Una democracia franquista?, Mendoza logra una brillante imagen cuando nos habla del 1-O. Así, nos dice: "(…) Es obvio que a los ojos de la ley el buen talante del transgresor no es una eximente. Y también es obvio que un sistema que en los años duros de la crisis no tenía reparo en dejar sin hogar a una anciana desvalida no lo iba a tener a la hora de impedir que otra anciana por su propia voluntad, participará en una votación expresamente prohibida”. 




La descripción es exacta y certera. El Estado hizo lo imposible para que no se celebrara la consulta, y sin embargo, se realizó. Mendoza no se extiende demasiado por el 1-O. Sin embargo, los que fueron a votar ese día, difícilmente se olvidarán de esa fecha. Mendoza pasa de largo del 1-O lo cual solo puede explicarse como él mismo dice: “Desde hace años paso la mayor parte de mi tiempo fuera de Cataluña y de España (…)”. 

En el apartado titulado “Cataluña en España”, afirma contundentemente lo siguiente: “No hay razón práctica que justifique el deseo de independizarse de España. Comparativamente, y pese a todo, España no es un mal país. Podría ser mejor, pero dudo de que Cataluña, librada a sus fuerzas, se convirtiera en el paraíso que anuncian los partidarios de la nueva república”. Una de las razones del independentismo es precisamente esa “razón práctica”. La otra cuestión es que una Cataluña independiente, no será el paraíso, porque nadie ha dicho que lo sea. Que España no es un mal país, lo sabemos también los catalanes. Pero, por la misma razón, podríamos decir que Cataluña también podría serlo.  

Mendoza analiza la transición  del catalanismo, CiU, desde la colaboración con los diferentes gobiernos del Estado, hasta deslizarse hasta el independentismo. Mendoza encuentra en los medios de comunicación catalanes –TV3 y Catalunya Ràdio- en “órganos de difusión  soberanista, en su faceta combativa (…)”. Introduce otro elemento para explicar ese deslizamiento al independentismo, “la crisis financiera de los últimos años convirtió el movimiento independentista en un cauce ideal para el descontento de la población y sobre todo de los jóvenes (…)”.  

A Mendoza no le gusta la situación actual, por eso aventura que “(…) da la impresión de que ambas partes desearían poner fin a una tensión que ya no beneficia a nadie”. Seguramente no le falta razón, pero, ¿se puede hacer como si nada hubiera pasado? No habla de los dirigentes sociales y políticos en prisión ni de los exiliados forzosos. No deja de ser sorprendente que no hable.  

El texto de Mendoza expresa la sorpresa por una situación que está lejos de haberse solucionado, como dice al final de su texto, “ [Lo] inicie a sabiendas de que no le podría  poner un final y de que probablemente estaría desfasado cuando viera la luz cuando viera la luz, si la veía”. 

Mendoza nos da su interpretación de una realidad que no acaba de entender, y la cuestión era bastante sencilla, ¿es posible que los catalanes, puedan decidir en una consulta si quieren seguir perteneciendo a España? La respuesta que ha dado el Estado con meridiana claridad es que no se puede hacer esa consulta, ni siquiera plantearla. Pero Mendoza no ha llegado a esa pregunta.