dissabte, 1 d’octubre del 2016

PSOE: Dimisión y crisis


PSOE: olla de grillos


El PSOE está siendo desgarrado, no por el PP, sino por sus guerras intestinas. Comités ejecutivos, que dimiten, desplantes, acusaciones, etc. Hoy hay una reunión del Comité ejecutivo. El problema se plantea si aquellos que han dimitido, pueden presentarse a dicho Comité. El espectáculo que están ofreciendo es lamentable.

Uno podría creer, que la Fiesta del PSOE el domingo pasado, les ha sentado mal, y no han digerido lo ocurrido allí. Igual es culpa de Iceta y sus excesos verbales, que han sido elevados a monumento en el programa Polònia (TV3). Lo cierto es que esta división interna entre aquellos que quiere abstenerse para que el gobierno de la corrupción, es decir, el PP pueda seguir gobernando cuatro años más, y aquellos que como Sánchez, quieren el NO y la posibilidad de buscar alianzas. Esa búsqueda de alianzas fracaso al imponerse el veto de los partidos nacionalista/independentistas y su exigencia de un Referéndum en Cataluña.

Lo que está sucediendo es que si el PSOE no logra articular una opción de izquierdas y nos vemos abocados  a unas terceras elecciones, la posibilidad de que el PP obtenga la mayoría absoluta no es una quimera y si algo posible. Los dimisionarios, querrían la abstención, para poder mantenerse en sus cómodos escaños cuatro años más. El drama del PSOE es que no tiene ya un perfil de izquierdas. Sus políticas económicas, son clónicas al PP. Las diferencias son retóricas y cosméticas.

Que Felipe González, Borrell y Rubalcaba sigan saliendo a la palestra para pontificar, dice muy poco de un partido esclerotizado, que ha sido incapaz de renovarse y que aún guarda el recuerdo de los tiempos que en el carpintero Alfonso Guerra,  cepillaba a todos aquellos que se movían del cuadro de dirigentes.

Esa inicial de su anagrama “Español” le está pensando como una losa. Puede dialogar con las fuerzas independentistas, no vale decir, que en un futuro se podrá reformar la Constitución para establecer una fórmula federal, porque esa opción es un brindis al sol. ¿Si una CCAA, no se siente que pertenece a la estructura estatal, por qué debería ser obligada a estar en ella? Si como se dice, vivimos en un mundo global, entonces, ¿por qué ese apego a esa estructura estatal? El Estado podría articular un Referéndum, y como en el caso de la Gran Bretaña, el partido del gobierno, jugar la baza de la unidad. La sociedad catalana, es lo suficientemente madura para escoger la opción más adecuada.


 Curiosamente, el Estado que tanto aboga por la unidad, no hace nada para que los catalanes, al menos una parte significativa, se sienta tentada por la separación, teniendo en cuenta las actuales circunstancias. Nuestra democracia –la estructura jurídico-política-, le falta confianza en la sociedad, por eso es tan reticente a la hora de las consultas. Un referéndum en que las posiciones a favor y en contra, ambas son legitimas, y no se pueden descalificar como alegremente se hace, permitiría disipar dudas y solventar la cuestión del encaje territorial. Si en una tarde el PSOE y el PP cambiaron la Constitución, sin necesidad de ningún Referéndum, bien podrían permitir que la sociedad catalana opinara sobre el asunto. Se nos dice que el ciudadano de Castilla-La Mancha,  Extremadura o Cantabria,por ejemplo, también deberían opinar, no deja de ser un tecnicismo. Que se sepa en estas CCAA no hay parlamentos en los que la mayoría parlamentaria este por las vías independentistas. Desde Cataluña, mucha gente piensa, con razón o sin ella, que estas CCAA, sólo les interesa Cataluña porque en buena parte les finanza su bienestar. Si fuera así, su interés por la unidad, estaría teñido de un interés igualmente egoísta.


A estas horas el PSOE, se debate entre primarias y gestoras. Es obvio que ante tal planteamiento, desde Cataluña y los partidos independentistas, deba estar pensando que lo mejor es salir cuanto antes de esa entelequia que es España.

Psicopolítica (XI)

6.- Big Deal

Big Brother, Big Data y Big Deal, la nueva trinidad, las dos últimas como expresión amable del Big Brother. Como dice Han: “El Estado vigilante y el mercado se fusionan”. 

El Big Deal – Se puede traducir como gran negocio, transacción-, consiste en vender datos, es el Big Data. Han pone el ejemplo de la empresa Acxiom que posee “datos comerciales de aproximada-mente 300 millones de ciudadanos estadounidenses”.  



La empresa posee más datos que el FBI. En esta empresa, “agrupa a los individuos  en 70 categorías”. Existen dos extremos, que son denominados waste(basura) puesto que son aquellos “con un valor económico escaso” y en el otro extremo, están los shooting star, es decir, los que poseen capacidad para comprar. 

Al decir de Han, “El Big Data da lugar a una sociedad de clases digital.” En un mundo interconectado, donde las bases de datos de los usuarios, se compran y se venden, los parias del consumo waste, se les “niega el crédito”. Han introduce el término Bannoptikum. El concepto proviene de Z.Bauman. – Ban en alemán significa proscripción, destierro-. Éste “es un dispositivo que identifica a las personas alejadas u hostiles al sistema como no deseadas y las excluye”. 




Han cita a Bauman y Lyon en su obra Daten,Drohnen, Diszipli.Ein Gespräch über flüchtige Überwachung (Los datos, aviones no tripulados, la disciplina. Una conversación acerca de la supervisión volátil), Berlín, Suhrkamp, 2013. En esta obra nos dice lo siguiente:

“ (…) El fin último del Bannoptikum es asegurarse de que el desecho es separado del producto valioso y arrumbado para el transporte al vertedero de basura”.

Este parece ser el destino que aguarda a todos aquellos que son catalogados como waste. Esas imágenes de refugiados sin refugio, de marginados por la pobreza, la enfermedad o el abandono de las instituciones, tienen como destino el “reciclaje humano*”. 

En Vigilancia líquida**, Bauman y Lyon, hablan de esta cuestión. Así, nos dicen que: "La exclusión social, la razón de ser del banóptico, es en esencia análoga a un veredicto de muerte social, aunque en la gran mayoría de los casos la sentencia implica la suspensión de la ejecución".


7.- Olvidar

Una de las características de los seres humanos y por extensión las sociedades, es que se comprenden así mismas como historia, como narración. Y en esa narración el olvido forma parte de su esencia. Frente a esta memoria narrable, “la memoria digital es una adición y acumulación sin lagunas”. Es decir, sin narración. 

La memoria es un proceso dinámico, no es una banda magnética, que grabará todo como ha sucedido. Como dice Han: “A la memoria digital le falta ese horizonte temporal extendido que constituye la temporalidad de lo vivo”.