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diumenge, 2 d’octubre del 2016
dissabte, 1 d’octubre del 2016
PSOE: olla de grillos
El
PSOE está siendo desgarrado, no por el PP, sino por sus guerras intestinas. Comités
ejecutivos, que dimiten, desplantes, acusaciones, etc. Hoy hay una reunión del
Comité ejecutivo. El problema se plantea si aquellos que han dimitido, pueden
presentarse a dicho Comité. El espectáculo que están ofreciendo es lamentable.
Uno
podría creer, que la Fiesta del PSOE el domingo pasado, les ha sentado mal, y
no han digerido lo ocurrido allí. Igual es culpa de Iceta y sus excesos verbales,
que han sido elevados a monumento en el programa Polònia (TV3).
Lo cierto es que esta división interna entre aquellos que quiere abstenerse
para que el gobierno de la corrupción, es decir, el PP pueda seguir gobernando
cuatro años más, y aquellos que como Sánchez, quieren el NO y la posibilidad de
buscar alianzas. Esa búsqueda de alianzas fracaso al imponerse el veto de los
partidos nacionalista/independentistas y su exigencia de un Referéndum en
Cataluña.
Lo
que está sucediendo es que si el PSOE no logra articular una opción de
izquierdas y nos vemos abocados a unas
terceras elecciones, la posibilidad de que el PP obtenga la mayoría absoluta no
es una quimera y si algo posible. Los dimisionarios, querrían la abstención,
para poder mantenerse en sus cómodos escaños cuatro años más. El drama del PSOE
es que no tiene ya un perfil de izquierdas. Sus políticas económicas, son
clónicas al PP. Las diferencias son retóricas y cosméticas.
Que
Felipe González, Borrell y Rubalcaba sigan saliendo a la palestra para
pontificar, dice muy poco de un partido esclerotizado, que ha sido incapaz de
renovarse y que aún guarda el recuerdo de los tiempos que en el carpintero Alfonso
Guerra, cepillaba a todos aquellos que
se movían del cuadro de dirigentes.
Esa
inicial de su anagrama “Español” le está pensando como una losa. Puede dialogar
con las fuerzas independentistas, no vale decir, que en un futuro se podrá
reformar la Constitución para establecer una fórmula federal, porque esa opción
es un brindis al sol. ¿Si una CCAA, no se siente que pertenece a la estructura
estatal, por qué debería ser obligada a estar en ella? Si como se dice, vivimos
en un mundo global, entonces, ¿por qué ese apego a esa estructura estatal? El
Estado podría articular un Referéndum, y como en el caso de la Gran Bretaña, el
partido del gobierno, jugar la baza de la unidad. La sociedad catalana, es lo
suficientemente madura para escoger la opción más adecuada.
Curiosamente,
el Estado que tanto aboga por la unidad, no hace nada para que los catalanes,
al menos una parte significativa, se sienta tentada por la separación, teniendo
en cuenta las actuales circunstancias. Nuestra democracia –la estructura
jurídico-política-, le falta confianza en la sociedad, por eso es tan reticente
a la hora de las consultas. Un referéndum en que las posiciones a favor y en
contra, ambas son legitimas, y no se pueden descalificar como alegremente se
hace, permitiría disipar dudas y solventar la cuestión del encaje territorial.
Si en una tarde el PSOE y el PP cambiaron la Constitución, sin necesidad
de ningún Referéndum, bien podrían permitir que la sociedad catalana opinara
sobre el asunto. Se nos dice que el ciudadano de Castilla-La Mancha, Extremadura o Cantabria,por ejemplo, también deberían opinar, no deja de ser un tecnicismo.
Que se sepa en estas CCAA no hay parlamentos en los que la mayoría
parlamentaria este por las vías independentistas. Desde Cataluña, mucha gente
piensa, con razón o sin ella, que estas CCAA, sólo les interesa Cataluña porque
en buena parte les finanza su bienestar. Si fuera así, su interés por la
unidad, estaría teñido de un interés igualmente egoísta.
A
estas horas el PSOE, se debate entre primarias y gestoras. Es obvio que ante
tal planteamiento, desde Cataluña y los partidos independentistas, deba estar
pensando que lo mejor es salir cuanto antes de esa entelequia que es España.
Psicopolítica (XI)
6.- Big Deal
Big Brother, Big Data y
Big Deal, la nueva trinidad, las dos últimas como expresión amable del Big
Brother. Como dice Han: “El Estado vigilante y el mercado se fusionan”.
El Big Deal – Se puede
traducir como gran negocio, transacción-, consiste en vender datos, es el Big
Data. Han pone el ejemplo de la empresa Acxiom que posee “datos comerciales de
aproximada-mente 300 millones de ciudadanos estadounidenses”.
La empresa posee
más datos que el FBI. En esta empresa, “agrupa a los individuos en 70 categorías”. Existen dos extremos, que
son denominados waste(basura) puesto
que son aquellos “con un valor económico escaso” y en el otro extremo, están
los shooting star, es decir, los que
poseen capacidad para comprar.
Al decir de Han, “El
Big Data da lugar a una sociedad de
clases digital.” En un mundo interconectado, donde las bases de datos de
los usuarios, se compran y se venden, los parias del consumo waste, se les “niega el crédito”. Han
introduce el término Bannoptikum. El concepto proviene de Z.Bauman. – Ban en alemán significa proscripción,
destierro-. Éste “es un dispositivo que identifica a las personas alejadas u
hostiles al sistema como no deseadas y las excluye”.
Han cita a Bauman y Lyon en su obra Daten,Drohnen, Diszipli.Ein Gespräch über flüchtige Überwachung (Los datos, aviones no tripulados, la disciplina. Una conversación acerca de la supervisión volátil), Berlín, Suhrkamp, 2013. En esta obra nos dice lo siguiente:
“ (…) El fin último del Bannoptikum es asegurarse de que el
desecho es separado del producto valioso y arrumbado para el transporte al
vertedero de basura”.
Este parece ser el destino que aguarda a todos
aquellos que son catalogados como waste.
Esas imágenes de refugiados sin refugio, de marginados por la pobreza, la
enfermedad o el abandono de las instituciones, tienen como destino el “reciclaje
humano*”.
En Vigilancia líquida**, Bauman y Lyon, hablan de esta cuestión. Así, nos dicen que: "La exclusión social, la razón de ser del banóptico, es en esencia análoga a un veredicto de muerte social, aunque en la gran mayoría de los casos la sentencia implica la suspensión de la ejecución".
7.- Olvidar
Una de las
características de los seres humanos y por extensión las sociedades, es que se
comprenden así mismas como historia, como narración. Y en esa narración el
olvido forma parte de su esencia. Frente a esta memoria narrable, “la memoria
digital es una adición y acumulación sin lagunas”. Es decir, sin narración.
La memoria es un
proceso dinámico, no es una banda magnética, que grabará todo como ha sucedido.
Como dice Han: “A la memoria digital le falta ese horizonte temporal extendido
que constituye la temporalidad de lo vivo”.
divendres, 30 de setembre del 2016
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