Acabo de leer el libro de Asa Larsson: Aurora boreal. Ed.Booket. La novela negra
escandinava ha seguido la estela marcada por Henning Mankell, y su inspector
Wallander.
La novela se deja leer con facilidad. Mientras
en España se abatía una ola de calor sahariano, uno se imaginaba en los
escenarios –Kiruna- donde transcurren los hechos de “Aurora boreal”, con un
frío glacial, justo lo que aquí necesitamos.
El asesinato de Viktor Strandgård, pastor de la
iglesia de la Fuente de Nuestra Fortaleza, desencadena toda una serie de acontecimientos
que remueven los recuerdos de todos los protagonistas: Rebecka Martinsson, Sanna,
hermana de Rebecka y esposa del asesinado Viktor, que será acusada de
asesinato, por el ambicioso fiscal Carl Von Post, y los otros miembros de la
iglesia: Thomas Söderberg, Vesa Larsson, y Gunnar Isaksson, un trío, nada limpio.
También está la inspectora Anna-Maria Mella y su colaborador-jefe Sven-Erik Stålnacke.
No nombro al asesino (pista).
Dinero, poder, prestigio, traición y religión
se dan la mano en esta historia que viene del frío. Y que en ocasiones alumbra
frases brillantes: “ –Cuando nos muramos estaremos tan cansadas que desearemos
que no haya otra vida después de ésta –dijo Maria poniendo una taza de café
sobre la mesa de Rebecka-.” (pág.15). o bien un toque crítico: “ (...) Sería
mejor que esta rica congregación enviara un poco de dinero a los de Aldeas
Infantiles. Pero seguro que es más divertido cantar los salmos en una iglesia
moderna que cavar pozo en África” (pág.21). O este otro toque de atención: “(...)
En aquel tiempo era una congregación a punto de sucumbir. No, mentira, ya había
sucumbido. La gente que iba a misa parecía ir para descansar un rato camino de
la tumba” (pág.95).
La novela tiene un mecanismo de feed-back que
nos transporta al pasado de los personajes. El centro de este mecanismo es la
protagonista Rebecka, que tiene demasiados recuerdos dolorosos de Kiruna, y que
volverá a revivir desde que su hermana – Sanna-, la llama a Estocolmo para que
venga ayudarla.
Habrá que leer más novelas de Asa Larsson, para
saber a qué atenernos, resulta muy difícil comparar a Menkell y su inspector
Wallander.