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dilluns, 2 de juny del 2014
diumenge, 1 de juny del 2014
divendres, 30 de maig del 2014
dimecres, 28 de maig del 2014
dilluns, 26 de maig del 2014
diumenge, 25 de maig del 2014
Conclusiones (II)
10.- Han afirma que el “esclavo” hegeliano se ha convertido en
amo, pero al precio de la depresión. Somos amos y esclavos de nosotros mismos.
No hay por tanto reconciliación posible. ¿Cómo ser libre de uno
mismo? En el nuevo capitalismo afirma la “mera vida” pero no la “vida
buena” que hablaba Aristóteles (Aristóteles, Política, 1257b).
11.- El capitalismo financiero y patrimonial ( Thomas Piketty) ha logrado derrotar,
según Han, a Eros. Lo que nos queda es la supervivencia, que es la “mera vida”
en estado bruto. En el plano de la sexualidad, la desnudez, como exhibición,
deja sin aliento al misterio, y se aproxima a la exhibición pornográfica. El
capitalismo, afirma Han, “intensifica el progreso de lo pornográfico en la
sociedad”.
12.- Han afirma la antítesis entre fantasía e información.
La fantasía, nos dice Han “habita en un espacio
indefinido”, frente a la información que delimita muy precisamente su
espacio. Han afirma contra el parecer de Illouz, que a pesar de la propaganda y
la exaltación a la imaginación, ésta no aparece, precisamente por la
“hipervisibilidad” a la que estamos sometidos. La visibilidad al decir de Han, lleva
al límite el deseo de la transparencia. Ésta supone que no hay profundidades
ocultas que afecten al sujeto. Nos movemos en geometrías planas y lisas. Sin
negatividad, no puede haber fantasía del “otro” y por extensión la “agonía del
Eros”.
13.- Han afirma que el deseo es en la actualidad quien nos
gobierna. Afirma que la política carece de “valentía” y está alejada de Eros,
se transforma en “mero trabajo”. Una
sociedad donde todos somos átomos individuales, la valentía se esfuma de
nuestro carácter. El “nosotros” desaparece del horizonte colectivo. Nos hemos
vuelto temerosos de nuestra propia sombra. Como no somos capaces de de
buscar al otro, nos refugiamos en la realidad virtual, donde el “otro” no es
real, es visible, al precio de no saber quién es realmente. Han afirma
que el antídoto contra el narcisismo está en el amor, esa
experiencia atópica de la que hablaba Han. Afirma la necesidad de la utopía al
decirnos: “El Eros se manifiesta como aspiración revolucionaria a una forma de
vida y sociedad completamente diferente”.
14.- El pensamiento se adhiere a la negatividad. Como dice
bellamente Han: “El pensamiento tiene necesidad de silencio. Es una expedición
al silencio”. Han nos recuerda que en el origen de la filosofía Eros y
Logos iban enlazados. Platón expreso esa unión. A través de Eros el pensamiento
es capaz de alcanzar al “otro atópico”. Por eso “sin Eros el pensamiento pierde
toda vitalidad, toda inquietud, y se hace represivo y reactivo”.
15.- La sociedad del rendimiento se parece a la expresión
de Hegel de almas bellas. Al alma bella “le falta la fuerza de la enajenación,
la fuerza de convertirse en cosa y de soportar el ser. Vive en la angustia de
manchar la gloria de su interior con la acción y la existencia; y para
conservar la pureza de su corazón, rehúye renunciar al propio sí mismo y de
darse sustancialidad y transformar su pensamiento en ser y confiarse a la
diferencia absoluta. (...) “alma bella desventurada que arde consumiéndose a sí
misma y se evapora como una nube informe que se disuelve en el
aire”.(Fenomenología del espíritu). Esa alma desventurada le falta el otro
que Han ha expresado en Eros.
16.- Es posible que las ideas que aparecen no descubran
nada que no se haya dicho. Sin embargo, lo propio del pensamiento filosófico consiste
en seguir pensando una realidad que no se deja atrapar fácilmente. Alguien
puede pensar y con razón que todo este arsenal conceptual y metafórico es
innecesario, pues, el capitalismo líquido, no tiene un gabinete que le asesora
y dirige su estrategia. Sin embargo, el capitalismo es como un agujero negro
que todo lo que se le acerca queda alterado y cae en su esfera de influencia.
El pensamiento de Byung-Chul Han trata de hacernos conscientes de esa
influencia y pensar en estrategias para salir de esa órbita perniciosa que nos
arrastra a todos nosotros. En este proceso hay dos velocidades –hay más, pero
simplificando-, hay unas élites que dominan los mercados y sus grupos
auxiliares –expertos think tanks, políticos, medios de comunicación, etc.,- que
nos cantan las excelencias del mundo globalizado- y unas sociedades occidentales que estamos
perdiendo peso e influencia en las decisiones que se toman en nuestro nombre y
que no paran de empobrecernos para mayor gloria del mercado.
Conclusiones (I)
1.- El tema central es el eclipse del “otro” que a
través del concepto griego atopos, quiere expresa lo que nos dice Platón
en el Banquete. El amante desea aquello que no es, quiere enajenarse, porque el
otro, da sentido a la vida. Sin embargo, para Byung-Chul Han, la sociedad
del rendimiento hace desaparecer al otro en beneficio de un yo narcisista,
que nuestra sociedad capitalista cultiva y explota.
2.- Ese yo narcisista busca la positividad, concepto
clave en Han, lo igual, el éxito y el consumo son los ejes de coordenadas en
los que se mueve ese yo. Allí donde no hay Eros, no puede haber reconocimiento
del otro. Ese yo narcisista se ve abocado a la depresión, enfermedad
metáfora de nuestro tiempo. El peso del yo hace derrumbarse bajo el peso de sí
mismo.
3.- En la sociedad del
rendimiento la palabra mágica es poder. EN la etapa sólida (Z.Bauman) la
palabra era deber. Para Han el poder se
expresa mediante “la motivación, la iniciativa y el proyecto” son más eficaces
que el modelo disciplinar. El hombre que surge de esta sociedad es el
emprendedor.
4.- El nuevo titán de los tiempos actuales es el empresario de su propia
vida. Le han hecho creer que es libre. Por eso, sólo acepta la palabra tú
puedes. Al decir de Han, está risueña palabra esconde una auténtica
emboscada psíquica. ¿Por qué como dice, Han, “no es posible ninguna resistencia
contra sí mismo”. Ahora el fracaso va asociado al propio individuo. Si
fracaso no puede trasladar la responsabilidad ni a la sociedad, ni el Estado,
ni mucho menos al sistema económico. El resultado es la depresión. Es decir,
que “no puedo”, y eso, se ha convertido en anatema para nuestra sociedad.
5.- Para Han frente al poder, contrapone el no poder poder,
que expresa otro de los términos fundamentales del texto: la negatividad. .
Esta negatividad significa un rechazo a la lógica del rendimiento, de la
positividad. El Eros desbarata la estrategia de la positividad en la que se ha
instalado nuestra sociedad. El Eros reconoce la alteridad, “la atopía del
otro”, que escapa al control del poder.
6.- El no poder poder se expresa en la reivindicación del otro,
de la “distancia original” que relaciona a los seres humanos y que M.Buber,
citado por Han, expresa melancólicamente: “principio de ser humano y constituye
la condición trascendental de posibilidad de la alteridad”.
7.- La sociedad del rendimiento ha logrado hacer desaparecer al otro,
borrado esa distancia original, y afirmando la necesidad de que todo
este cifrado a la “fórmula de disfrute”. Huir de lo desagradable –negatividad -
es el principio al que hay que atenerse en estos asuntos.
8.- Han
recuerda a Hegel en su dialéctica del amo y el esclavo que se resuelve en el
nosotros. En la sociedad del rendimiento ese proceso falta la dimensión “negativa”.
En Hegel
la superación implicaba el reconocimiento del “otro”, pero al decir de Han,
ahora la reconciliación es imposible porque ha desaparecido el “otro”.
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