dissabte, 17 de desembre del 2011

Recesión social


Desprestigiar a los pobres y enaltecer a los poderosos. Noticias en los que un marqués que recibe ayudas millonarias se queja de los jornaleros, seguramente, si en su momento se hubiese realizado una reforma agraria que racionalizara el campo, no tendríamos que señalar que :"mientras la Casa de Alba emplea a 250 trabajadores para 25.000 hectáreas, en Marinaleda (Sevilla) son 300 los jornaleros que tienen empleo con solo 1.200 hectáreas” (El País, 17/12/2011).
Los mercados nos han dicho que debemos ajustarnos los cinturones para que los de arriba puedan aumentar sus ganancias. La codicia adquiere rango de virtud. Al parecer ese nuevo ideal será elevado a la categoría de carácter que hay que aprender en las escuela, mediante el correspondiente materia que exalta los valores de la especulación y la rapacidad. El presidente de la CEOE, Juan Rosell podrá asesorar a los “expertos” del PP en cuestiones educativas sobre las nuevas virtudes que requieren los “nuevos” tiempos. Un nuevo neodarwinismo social se está asentando en nuestra sociedad. En Cataluña el "motor industrial" no funciona como debiera, pues, "el 28% de los beneficiarios ha acudido este año a Cáritas por primera vez en su vida (El País, 17/12/2011)

El cinturón de seguridad del Estado del bienestar, ha sido desabrochado, debido a los buenos consejos de los expertos en economía. Si la producción se hace en China, ¿qué nos toca por producir? La respuesta que se está apuntando es simple: volvernos como los chinos. Es decir, reducirnos los salarios, los 400€ apuntados por Rosell iría en la buena dirección, además de reducirnos, si pudiera ser, todos los derechos y logros conquistados con tanto esfuerzo, sudor y lágrimas.  

diumenge, 11 de desembre del 2011

Enredos con ETA

Los presos de ETA pretenden dar lecciones a la sociedad. Quieren que se les escuche. Estar condenado por pertenencia a banda armada ya sea como asesino, cooperador necesario 0 cómplice les permite tener una perspectiva privilegiada. Quieren que se les acerca a las cárceles del País Vasco. ¡Quién no! Sin embargo, la sociedad española que ha soportado estoicamente a estos asesinos y sus cómplices de manera ejemplar, deberíamos actuar con calma. Pero ya se sabe que ETA –no ha desaparecido- tiene prisa. Quiere ganar, aunque está derrotada. La sociedad española se merece un tiempo de tranquilidad. Si es cierto que ETA ya no va a matar o extorsionar más, lo lógico es hacer que el tiempo confirme ese anuncio de una banda que ha mentido hasta la saciedad. ¿Qué credibilidad pueden tener? Los presos de ETA gozan de unos privilegios absolutos, están vivos, mientras que sus víctimas están asesinados. Sus familiares sólo pueden ir a los cementerios a visitarlos.



Estos presos que piden derechos, jamás han pedido perdón a las víctimas o a sus familiares. Creen que son héroes y que se les debe un puesto en la nueva Euskadi. Lo peor de todo es que el nacionalismo triunfante del País Vasco acabará por lograr lo que ETA con sus muertes y destrucción jamás pudo conseguir. El delirio nacionalista habrá salido gratis. La encuesta del CIS demuestran la esquizofrenia en la percepción del problema de ETA y sus consecuencias en el País Vasco y el resto de España. Las diferencias se hacen palpables para una sociedad en el que el nacionalismo se ha convertido en fuente donde se alimentan –no es metáfora- tanto de la derecha como la izquierda. Habrá que esperar que el nuevo gobierno sepa conducir este asunto con calma y sosiego.

divendres, 9 de desembre del 2011

¡ Mentirosos !


Europa no tiene proyecto político en común. Así de claro. Lo único que anuncian es más reestructuración para salvar a la economía financiera. El BCE rebaja el precio del dinero hasta el 1%. A estas alturas de la crisis este gesto es simplemente cosmético. No ayuda para nada a la economía real. Europa se desintegra a manos de aquellos que debieran defenderla. Solo se habla de reformas en los ámbitos sociales y laborales.


Nuestros políticos se convierten en gestores para intermediar con los mercados. La sociedad es dejada a su suerte. El liberalismo triunfante debe estar satisfecho. La conexión entre sociedad y los mercados se regulaba a través del Estado, pero éste se diluye en beneficio de los mercados globales, dejando a los ciudadanos inermes ante la lógica de los mercados.

¿Qué lógica es esa? Beneficios, claro. El capitalismo global aspira al crecimiento especulativo. Europa ha dejado de ser un valor inversor. Resulta demasiado caro. Como hay alternativas, los nuevos ricos en Rusia, China, India –inconcebible hace unas décadas-, son ahora el objetivo del nuevo capitalismo global. Europa sólo interesa si los Estados se subastan a través de los bonos y letras del Estado. Si el tipo de interés es elevado, entonces, podremos apostar. Como queremos que sean altos, presionamos para que así sea.



En democracia, nuestros representantes son el reflejo de nuestra sociedad. Al ritmo que llevamos desmantelarán el Estado del bienestar a través de la técnica de la privatización. Lo público se diluye en beneficio de lo privado. El problema de lo privado no es que lo que sea. El problema es que pase como si el interés particular se convierta en interés de todos. Ese es el secreto que la nueva globalización está llevando a cabo con éxito.


El papel de nuestros políticos es simplemente decepcionante. Cada cual mira a sus propios intereses. Como no hay amplitud de miras, no puede hacer proyecto colectivo –europeo-, dejando que la política se convierta en una caricatura de lo que debería ser. La gestión de lo público y los mecanismos de diálogo entre los diferentes intereses encontrados –sociedad y mercado global- están volando y lo peor es que nuestros políticos pretenden hacernos creer que aún controlan la dirección de los asuntos público. ¡Mentirosos!

¡Mentirosos!


Europa no tiene proyecto político en común. Así de claro. Lo único que anuncian es más reestructuración para salvar a la economía financiera. El BCE rebaja el precio del dinero hasta el 1%. A estas alturas de la crisis este gesto es simplemente cosmético. No ayuda para nada a la economía real. Europa se desintegra a manos de aquellos que debieran defenderla. Solo se habla de reformas en los ámbitos sociales y laborales.

Nuestros políticos se convierten en gestores para intermediar con los mercados. La sociedad es dejada a su suerte. El liberalismo triunfante debe estar satisfecho. La conexión entre sociedad y los mercados se regulaba a través del Estado, pero éste se diluye en beneficio de los mercados globales, dejando a los ciudadanos inermes ante la lógica de los mercados.

¿Qué lógica es esa? Beneficios, claro. El capitalismo global aspira al crecimiento especulativo. Europa ha dejado de ser un valor inversor. Resulta demasiado caro. Como hay alternativas, los nuevos ricos en Rusia, China, India –inconcebible hace unas décadas-, son ahora el objetivo del nuevo capitalismo global. Europa sólo interesa si los Estados se subastan a través de los bonos y letras del Estado. Si el tipo de interés es elevado, entonces, podremos apostar. Como queremos que sean altos, presionamos para que así sea.



En democracia, nuestros representantes son el reflejo de nuestra sociedad. Al ritmo que llevamos desmantelarán el Estado del bienestar a través de la técnica de la privatización. Lo público se diluye en beneficio de lo privado. El problema de lo privado no es que lo que sea. El problema es que pase como si el interés particular se convierta en interés de todos. Ese es el secreto que la nueva globalización está llevando a cabo con éxito.

El papel de nuestros políticos es simplemente decepcionante. Cada cual mira a sus propios intereses. Como no hay amplitud de miras, no puede hacer proyecto colectivo –europeo-, dejando que la política se convierta en una caricatura de lo que debería ser. La gestión de lo público y los mecanismos de diálogo entre los diferentes intereses encontrados –sociedad y mercado global- están volando y lo peor es que nuestros políticos pretenden hacernos creer que aún controlan la dirección de los asuntos público. ¡Mentirosos!

dijous, 8 de desembre del 2011

La regla del juego

Leo en “La regla del juego. Sobre la dificultad de aprender filosofía” de José Luis Pardo (ed. Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores) lo siguiente:

“¿Qué significan, entonces, interpretadas en sentido figurado, todas estas imágenes terribles de hipnotizadores, sátrapas, déspotas, tiranos, verdugos, reyes absolutos y reos desnudos, imágenes con las cuales miles de adolescentes de la izquierda universitaria postindustrial entretienen su larguísima scholé?” (pág.404)



La respuesta es que hay dos modos de impedir que los hombres y mujeres puedan emanciparse, que puedan convertirse en adultos: a) la primera es mantenerlos atados a sus “comunidades narrativas” e impedir su educación, en imposibilitar el acceso al espacio público que es la escuela. No por casualidad la primera medida de los talibanes cuando tomaron el poder fue la prohibición de la escuela más allá de la repetición del Corán, sólo para los niños y jóvenes, mientras que las mujeres y niñas se las hacía desaparecer del espacio público. Lo que se quería era simplemente adocenarlos en la repetición de los propios prejuicios; b) la segunda vía, más retorcida es alargar la etapa de la escuela y hacerla indefinida. Si la escuela supone la virtualidad de la emancipación, la operación de hacerla eterna desbarata su virtualidad. La escuela debe tener su salida natural al ámbito social y laboral, es decir, el espacio público. “Salir a la calle” expresa la desembocadura de esa etapa que es la escuela.



En nuestras sociedades modernas, la emancipación, es decir, distinguir la verdadero de lo falso, la distinción entre real e imaginario, se pretende borrar. La escuela adquiere caracteres que en vez de potenciar esa emancipación, hacerlos críticos, los convierte en “menores de edad”. La minoría de edad de la que hablaba Kant, adquiere perfiles borrosos pero reales en nuestras sociedades postindustriales. Estudios que se alargan sin justificación. Obligatoriedad de la enseñanza para evitar “salir a la calle” y encontrarse en el paro. La calle se ha convertido en un desierto. Por esos nuestros jóvenes se encuentran tan a gusto frente a la pantalla del ordenador. En ese espacio virtual, adquieren roles que no pueden ejercer en el mundo real. Se convierten en héroes o villanos y pueden ejercer impunemente cualquier cosa que se les ocurra. Todas ellas se caracterizan por la falta absoluta de reglas. El espacio público está constituido por normas legales, por límites que suponen la posibilidad de la convivencia. El diálogo es consustancial al espacio público, pero nuestros jóvenes se ejercitan en un mundo de “excepción”. El mundo virtual es un “estado de excepción” se que ha convertido en norma y nuestros jóvenes adquieren destrezas que en el espacio público son inservibles.

dimarts, 6 de desembre del 2011

Constitución: 33 años

La conmemoración de los 33 años de la CE (1978) en medio de una crisis sistémica debería hacernos pensar en noticias como las que aparecen en los medios de comunicación y que nos alertan ante la posibilidad de un cambio de imprevisible.



En su Artículo 41. de la CE se afirma:

"Los poderes públicos mantendrán un régimen público de Seguridad Social para todos los ciudadanos, que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad, especialmente en caso de desempleo. La asistencia y prestaciones complementarias serán libres."