Las noticias se suceden a ritmo vertiginoso, pero el poso que queda es ruido. Lo sucedido en las primarias madrileñas del PSOE es una buena muestra. Mucho ruido mediático, pero....... En Madrid se ha hecho una interpretación, pero desde "provincias", el asunto quedaba lejano y un poco ridículo. Se ha podido hacer lecturas diversas, pero el fondo es que allí, gana la derecha, sea en las Autonómicas o en las Municipales. Los candidatos socialistas saben que meterse en la refriega electoral es un asunto sin ningún futuro. ¿Madrid apuesta por la derecha? Apunto que una buena razón es que los candidatos socialistas no son los más adecuados. Y eso es lo que ha vuelto a suceder. Trinidad Jiménez vs Tomás Gómez. Las primarias han supuesto la pérdida de aquellos que apostaban por la ministra de sanidad e impuesta desde la ejecutiva socialista. Tomás Gómez ha salido airoso de este combate, pero el PSOE ha salido mal parado. Repito, desde la periferia el asunto se ve como un fenómeno localista, donde la federación madrileña del PSOE se ha caracterizado como un lugar inhóspito, lleno de ambiciones y de mezquindades sin limites. La ciudadanía castiga en las urnas a quienes llevan a cabo esa política. Por cierto, el responsable actual de esa federación es Tomás Gómez.
Las noticias desde la periferia son que el gobierno de Montilla ha puesto fecha para las próximas elecciones autonómicas. La lucha por el poder se ha desatado, pero aquí los modos y las modas son diferentes que en Madrid. Por supuesto, hay declaraciones y declamaciones fuera de tono, pero sin pasión. CiU sabe que debe sumar más que el tripartito. Éste sabe que para gobernar se necesitan, sino quieren quedar fuera del poder.No voy hablar de ERC ni de ICV. Ambos se han convertido en extensiones del PSC. La apuesta más alta y arriesgada es CiU, pues, sabe que cuatro años más en la oposición sería el fin de Artur Mas y su política. La apuesta de un concierto económico no es más que un intento desesperado, pues, para que eso fuera viable, debería ser decisivo después de las elecciones generales, pero éstas están lejanas y la posibilidad de volver a gobernar la Generalitat no está escrito en los cielos. Así que, si pierde no tendrá más remedio difuminarse y CiU tendrá que volver a pensar una estrategia en clave soberanista. Mientras Unió, el partido de Duran i LLeida, podría optar por presentar a su candidato como la alternativa natural a Mas. A todo eso, el PP se ha hecho fuerte entre los suyos, su electorado es inasequible al desaliento, obtendrá unos resultados similares a los anteriores o incluso con uno o dos diputados más. La banda soberanista es posible que su atomización acabe por desintegrarlos, valga el lenguaje físico. No queda espacio para UPyD. Tal vez Ciutadans pueda mantener alguno de sus diputados.