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divendres, 31 de desembre del 2021

Reseña: Cataluña, una piedra en el zapato de la política exterior española (II)



 Leyendo el libro de Emilio Lamo de Espinosa, Entre águilas y dragones. El declive de Occidente*. En el apartado Epílogo para españoles, trata como de pasado lo sucedido en Cataluña. El autor hace un repaso histórico acerca de nuestra posición en el mundo y como tres vectores han sido eje de nuestra política exterior: el eje Europa-EEUU, América Latina y el Magreb. Teniendo en cuenta el análisis que hace, se entiende que la cuestión catalana, sea un engorro y un fastidio para la buena marcha de la política exterior. Una de sus ideas-fuerza es que la solución a los problemas de España no vendrán de dentro sino de fuera, es decir, de Europa. A pesar de que Europa ha perdido posición en el nuevo escenario global con la irrupción de China.

Transcribo lo que dice sobre la cuestión:

“Desde entonces, el posible liderazgo español en la política de la UE se ha visto deteriorado. Pues si primero fue la Gran Recesión, luego fue la crisis catalana de 2017, con su notable impacto negativo en la opinión pública. Una crisis que fue muy mal gestionada en términos de comunicación (y el Gobierno español hizo bien poco por proyectar nuestra visión y mensaje en los medios de comunicación relevantes), aunque muy bien gestionada por la diplomacia española, de modo que el intento separatista por internacionalizar el procés (sic) fracasó rotundamente, tanto en el marco de la UE como fuera. (...) Pero los favores se pagan y la diplomacia española ha estado fagocitada por la gestión del separatismo catalán, que consumió energía, tiempo y oportunidades (...) (pág.313-4)

(...) Al hablar de la “reputación internacional” , nos dice lo siguiente: “En esa tendencia de continua recuperación desde 2014, la crisis provocada en 2017 por la declaración unilateral de independencia en Cataluña supuso un ligero frenazo, pero no un retroceso, y su impacto desapareció en los años siguientes. Habrá que esperar para ver cómo los indultos y la reemergencia del procés (sic) han podido afectar a la reputación. (pág.323-4)

(...) Así pues, tenemos un problema objetivo que se ve agrandado por otro subjetivo. Los españoles muestran un marcado desinterés por la política exterior (...), actitud que se ha visto reforzada por el Estado de las Autonomías, que ha venido a provincializar la política y a generalizar un marco de referencia localista y endogámico (la pandemia de la COVID-19) lo ha acentuado. Si ya la propia España resulta exótica y ajena, qué decir del resto del mundo . (pág.331)

(...) “la creciente dependenci de España del apoyo de los socios europeos, primero con la Gran Recesión, después con la crisis catalana, (...)” pág.356)

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La lectura de los párrafos anteriores podemos comprender que el autor aboga por la homogeneización del Estado. El Estado Autonómico le parece a día de hoy superfluo o en el peor de los casos, contraproducente. En cuanto a Cataluña, le parece que la cuestión está solucionada. Desde una perspectiva, europea, la cuestión es interna, que es una manera de mirar para otra parte. Pero, el conflicto tiene ramificaciones que el gobierno español no puede controlar y es la deriva judicial internacional. Si en el plano diplomático, la cuestión catalana está “controlada”, aunque como el propio autor reconoce, los apoyos europeos no salen de gratis, otra cuestión es en el orden judicial, donde los pronunciamientos contra las euro-órdenes  son rechazadas por los distintos estados, sea Alemania, Bélgica, Italia. La cuestión catalana –no era el tema del libro- seguirá.