Reseña: Iain M. Banks, El algebrista*
La novela “El algebrista” es una extraordinaria elucubración sobre la vida más allá de nuestro sistema solar. Una novela llena de una imaginación desbordante, de situaciones inverosímiles, de personajes extravagantes y de personajes siniestros en grado superlativo.
Si las diferentes especies que pueblan nuestra galaxia, u otras galaxias, están condenadas a no encontrarse, entonces quiere decir que no tenemos espacio para la conquista y la exploración. El límite de la velocidad de la luz, es un techo invisible que limita esa conquista.
Lo humano aparece cuando la guerra entra en escena. Es como si la necesidad de imponerse al Otro, fuera una necesidad vital, diríamos ontológica. La historia se puede resumir, de la siguiente manera:
Fassin Taak, el protagonista de la historia viaja al planeta gaseoso Nasqueron, donde habitan una especie, los moradores, que Fassin Taak, como especialista en dicha especie, se denomina observador, tiene el privilegio de contactar con ellos. Una especie, antiquísima, desordenada e imprevisible, que al parecer guarda un secreto vital, pues, una guerra devastadora se pone en marcha para conseguir ese secreto oculto en las profundidades del gigante gaseoso de Nasqueron.
Los moradores pertenecen a la categoría de los Lentos, mientras que los humanos y otras especies, pertenecen a la categoría de los Rápidos. Cada categoría evoluciona de manera diferente, genera culturas y civilizaciones diferentes y problemáticas diferentes. Pero, a pesar de esas diferencias, es posible su interacción. Es el caso de humanos, Fassin Taak, que como Observador, interactúa ya sea de manera virtual, es la interacción más generalizada y la real, que es la que Taak, le gusta para disgusto de sus colegas Observadores.
La idea de la desaparición de civilizaciones, su ocaso y extinción es una constante, la idea de eternidad se hace muy difícil para especies cuya vida es extraordinariamente corta. La prolongación de la especie, a través de nuestros descendientes, nos da la falsa idea de eternidad. ¿Existe algo más allá de nosotros? Trascender se puede convertir en una obsesión, pero nuestro tiempo –la novela se sitúa en el 4034 -. Si lo desconocido se sustenta en lo conocido, lo propio de las civilizaciones es que decaen y desaparecen para configurar otra nueva civilización que creerá perdurar por mil años. ¿Si las Especies Rápidas, necesitan generar cambios y transformaciones como formas de trascender su propia limitación, qué les sucede a las Especies Lentas como los moradores?
El problema de los Moradores, es su propia falta de perspectiva. Si el tiempo de los moradores puede llegar a los dos billones de años, así el caso de Drunisine, el protector planetario (negable) Isaut.(pág.307). Nasqueron es el planeta de los Moradores, viven en otros gigantes gaseosos a lo largo de la galaxia, excepto en Júpiter, dentro del sistema solar del planeta Tierra. Al parecer, estos planetas gigantes contienen “puentes de comunicación” entre diferentes planetas de nuestra galaxia. La destrucción de estos “puentes” provoca la “desconexión” y por tanto, da lugar al aislamiento cósmico y la posibilidad de desestabilización de la civilización
* Iain M. Banks, El algebrista, Trad. Juan José Llanos Collado. Ed.La factoria de ideas, Madrid, 2008.