“Keep a low profile”, el título es un artículo de E.Eco (2013), en su libro, De la estupidez a la locura. Crónica para el futuro que nos espera”. Nos habla de un tema de rabiosa actualidad que diría el manual de estilo, del estilo de la prensa amarilla. El tema era y es las elecciones.
Eco afirmaba que “cada vez que la izquierda se presenta como segura vencedora, pierde.” Eso en Italia. Remarcaba lo dicho por Paolo Mieli, en su talk show, al afirmar que “en Italia el cincuenta por ciento de los votantes no quiere un gobierno de izquierdas o de centroizquierda”. Nos habla de los espantajos que la derecha anunciaba si la izquierda vencía, ya fuese el “terrible Estalín, el ogro del Cremlín” (sic), los bolcheviques en el Vaticano, la subida de impuestos, etc.
Esa derecha, consiguió durante cincuenta años, en que la Democracia Cristiana gobernó Italia, mantener a raya a la izquierda, para ser substituida por el berlusconismo durante veinte años más gracias a ese polo difusor de propaganda que es Mediaset.
Remacha Eco, “la derecha gana cuando la izquierda convence al electorado moderado de que puede llegar al poder. La izquierda, en cambio, gana cuando, como sucedió en las campañas de Romano Prodi, no exhibía demasiada confianza, comunicaba solo el mensaje subliminal “la que nos va a caer encima”, y ha logrado ganar cuando no todos apostaban por ella".
(…). "Así pues, es fundamental el principio que tan bien se expresa con el dicho napolitano chiagne e fotti, “llora y jode”, aunque en el mundo global se utiliza una expresión más fina del ámbito anglosajón “keep a low profile”, “mantén siempre un perfil bajo”.
Italia ha sido siempre un laboratorio de la política europea. Unos pasos por delante de las sociedades europeas, nos permitía entrever lo que podía suceder en el nuestro. La fragmentación política en España es un hecho. Las próximas elecciones, son un ejercicio de soberbia por parte de una izquierda –ese concepto está tan desgastado que habría que repensarlo o abandonarlo- el PSOE que prefiere ir a elecciones que pactar con un partido afín, como Podemos. Las encuestas daban ganador por amplía mayoría al PSOE. Sin embargo, los acontecimientos en Cataluña, las manifestaciones y la aparición del binomio policía/violencia ha convertido lo que parecía un paseo en un paisaje lleno de incertidumbres, donde las encuestas vaticinan una subida de la derecha, galvanizada por la unidad de España y contra el independentismo catalán.
En un alarde de prestidigitador, ayer hubo un espectáculo esperpéntico con la retirada de Franco del Valle de los Caídos, con un despliegue digno de un Jefe de Estado. Una cruel pantomima de exaltación fascista que el PSOE regaló a los nostálgicos y a la derecha cada vez más reaccionaria. Cada vez que el PSOE quiere mimetizarse con la derecha, siempre sale perdedora. Sin embargo, insiste en esa idea de buscar votos de la derecha. En las actuales circunstancias, más le valdría buscar votos en otros caladeros más prometedores. A Pedro Sánchez le horroriza ese “Keep a low profile”, pues, a él le gusta la luz de los focos en el telediario correspondiente.