22 de Enero de 2020
28 de Mayo 2020
Las dos imágenes demuestran que las corporaciones y conglomerados industriales tienen sus propias agendas, al margen de los gobiernos. El anuncio de Nissan, era ya, una muerte anunciada desde hacía demasiado tiempo. Ninguna planta industrial, puede estar al 30% de su capacidad. Las decisiones estratégicas de las multinacionales, no pueden ser respondidas por los gobiernos, porque a pesar de la retórica, son entidades privadas que miran por su propio beneficio. Cerrar en Barcelona, no se ha decidido en Madrid, ni en Barcelona, sino en las sedes centrales de Nissan en Yokohama. Se hablan de respuestas numantinas, vía sindicatos, pero más allá de las protestas, legitimas, se requiere de algo más para paliar el desastre humano y del tejido productivo que su salida va a producir.
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