En
el vol. II de las OC de José Ortega y Gasset, que abarca desde 1916 a 1930, a
través de los textos de El Espectador (I-VI), sólo dos veces menciona Cataluña.
Una de ellas está fuera de El Espectador. En comparación Castilla aparece 22
veces, España 90, Madrid 26, y Barcelona dos veces. ¿Qué conclusión podríamos
sacar?
Permítanme
copiar los dos fragmentos en que aparece Cataluña. Son por lo demás muy
instructivos.
(…).
Chabacanería es la realidad española en
la hora presente. Y podemos aseverar que el achabacamiento no consiste en otra
cosa que en haberse apartado de cuanto significa trascendencia de lo
momentáneo, de cuanto rebosa los linderos del individuo o de una colectividad
instintiva. El triunfo de Cataluña sobre el resto del país indica precisamente
el triunfo de la fórmula más aguda del achabacamiento: (…), hemos visto sólo en
ese movimiento la misérrima sordidez de un paisaje mercantil que nada puede
enseñarnos, antes bien, favorece la desorientación nacional: durante dos años
el problema catalán* ha servido de pantalla que interceptaba nuestras miradas y
nuestras esperanzas, dirigidas, como flechas, hacia Europa. (pág.47) [
Renan, Abril, 1909].
El
segundo texto, data de 1917 aparece en El Espectador II, en el artículo Genio
de la guerra y la guerra alemana. El texto que cita a Cataluña, es brevísimo. “(…).
En los comienzos del siglo XIX se ensayó
la idea de nación. La colectividad nacional y su territorio parecían delimitar
la esfera del poder Estado. Pero pronto se vio que no era ésta una idea
suficientemente clara. ¿Qué es nación? ¿Es la raza? La antropología y la
etnografía contestan que ellas no saben bien qué es una raza. ¿Es la lengua?.
Tampoco. Raza y lengua son realidades mudadizas, flúidas, que padecen
constantemente interferencias. Entre nosotros, el caso de Cataluña pone de
relieve la imprecisión de estos caracteres. (pág.344-5)
En
el primer texto, Cataluña aparece como problema y obstáculo. En el segundo, la
dificultad de determinar qué es Cataluña,
en relación con la idea de nación y Estado. Si hacemos un zoom histórico, y nos trasladamos
a finales de 2017, el tiempo parece congelado. Cataluña sigue siendo un
problema, un obstáculo para el radiante porvenir que nos espera y en segundo
lugar, en la coyuntura actual, el concepto de nación es llevado al TC como si
fuera la marca de Caín. ¡No sé si reír o llorar!
Nota:
(*) Los problemas a los que se refiere hacen referencia a la agitación social y los problemas anticlericales. El triunfo de Solidaridad Catalana (1907) desato en Madrid no poco revuelo. En este contexto, aparecerá la Semana Trágica.
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