Martes 16
Hoy nos hemos ido del hotel en
Canyamel, en dirección a Palma, nuestro objetivo Andratx y Sant Elm. Ha sido
nuestro último día en la isla de Mallorca. Hemos de coger el avión a primera
hora de la tarde.
Así que nos hemos ido por la
autovía Ma-15 hasta Palma y desviarnos hacia la M-20, donde en ese momento
había un tráfico muy intenso hasta Andratx. No hemos puesto los pies en Andratx,
imposible debido al tiempo muy limitado que teníamos. Hemos cogido un desvío
hacia Sant Elm. La carretera era muy estrecha y con cierto tráfico. Era un día
de cada día. Una vez llegas el lugar es precioso y pintoresco.
Una bahía de aguas azules y
cristalinas tenía como espectador de excepción un islote y Sa Dragronera,
porque la isla tiene un perfil que puede recordar a un dragón. Requiere
imaginación. Muchos turistas, como nosotros. En pleno verano debe estar
colapsado todo el trayecto así como llenos los hoteles y apartamentos. Al
entrar al pueblecito hemos entrado en un parking que costaba 4€, tanto si
estabas 10’ como todo el día, no parece muy racional. Unos vigilantes de cierta edad, hablaban un andaluz cerrado, repartían los tickets y los cobraban, además de indicarte donde había que colocar el coche. Es como un impuesto por
estar ahí.
Cafeterías, bares, terrazas,
sudamericanos sirviendo, ni una palabra en catalán. Había muchos ciclistas
alemanes tomándose unas cervezas. Algunos camareros hablaban alemán para
atender a la clientela alemana.
Nos hemos paseado por la calle
principal, hemos hecho fotografías, el marco incomparable lo valía, y hemos
subido por una escalares bastante maltrechas hasta un mirador que estaba
cerrado.
La hora empezaba apremiar, nos
hemos sentado en una terraza para comer, antes que hacerlo en el aeropuerto de
Palma. La comida olvidable. Hemos cogido el coche y nos hemos dirigido por la
Ma-1 donde van apareciendo nombres que debían desembocar en zonas turísticas y
llenas en verano. Hemos dejado el coche de alquiler en la terminal, no hay
posibilidad de equivocarse, pues está bien indicado, e inmediatamente nos hemos
dirigido a la terminal. Hemos facturado las maletas, pasando los controles de
seguridad y la inevitable espera a la hora del vuelo. Las aplicaciones móviles permiten
sin moverte del asiento, saber en qué puerta de embarque hay que esperar,
también en los paneles del aeropuerto. El vuelo ha salido a la hora prevista.
Había una multitud, el avión que nos ha llevado era un Airbus. Hemos aterrizado
en el Prat y con ello estas mini vacaciones.
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