La última semana ha sido prodiga en confesiones. No son del tipo de San Agustín, ni mucho menos de Rousseau, pero pretendían serlo. El primero declarar sus perplejidades ha sido nada menos que el actual President de la Generalitat que ha confesado que no piensa reeditar el tripartit. Inmediatamente, el PSOE ha entrado en estado de éxtasis si hemos de creer a Marcelino Iglesias nuevo secretario de organización del PSOE. También él ha confesado su satisfacción y tranquilidad por la declaración de Montilla. Al parecer Montilla se encontraba incómodo con unos socios que le han hecho la vida imposible. Sin embargo, hay que recordar que la suma parlamentaria entre el tripartito logro lo que parecía imposible, que CiU dejará de gobernar después de dos décadas.
Al parecer con su confesión restablecía el orden natural de las cosas. Daba tranquilidad al gobierno de Zapatero y envíaba un mensaje tranquilizador para su oponente A.Mas. El mensaje es el apoyo de CiU para apuntarlar un pacto postelectoral para las elecciones generales del 2012. Y la posibilidad abierta para que gobierne CiU en Cataluña.
No sé si se dan cuenta del significado de esas estrategias. La sociovergencia se daría en un plano estatal dejando para Cataluña el ejercicio estéril de una retórica entre dos partidos que se reparten los papeles de gobierno. La jugada puede resultar útil desde Madrid, pero de consecuencias inciertas en Cataluña para el PSC. Existe la posibilidad de una escisión real entre el alma catalanista y la federalista.
Es evidente las dificultades de un gobierno tripartito, pero desperdiciar la posibilidad de reeditarlo, las encuestas auguran unas elecciones muy ajustadas, siempre y cuando el tripartito sumará, pues, CiU aunque ganase las elecciones no tiene mayoría absoluta y debería esperar el apoyo de algún nuevo partido que aspira a recoger los cantos de sirena del independentismo más demagógico. Se descarta un pacto con notario con el PP. Aunque no es descartable pactos que implique abstención por parte del PP, siempre y cuando CiU no se lance a una deriva independentista.
Otra confesión ha sido la de Sánchez Dragó. La ocasión es un libro "Dios los cría... y ellos hablan de sexo, drogas, España, corrupción" (Planeta) donde confiesa a Albert Boadella, el otro autor de la obra, que se acosto con dos muchachas japonesas de 13 años en la década de los 60. El propio Sánchez Dragó ha tenido que salir al pasado, y lo único cierto es la confusión monumental en que se ha convertido este lamentable episodio. Al parecer es de buen tono explicar hazañas sexuales como expresión de la libertad sexual, y a la vez denigrar a esas muchachas. Llama la atención que esa edad de 13 años resulta ser muy conveniente para borrar el límite de lo delictivo . La delimitación entre relaciones sexuales consentidas entre adultos y menores de edad es un terreno fértil para la casuística y las diferencias en el tratamiento penal es confuso y diverso en las diferentes legislaciones. En España se establece que esa relación deja de ser delictiva si hay consentimiento a los 13 años. ¿No resulta llamativo la feliz coincidencia de la edad de despenalización para el consentimiento sexual?
Vivimos en una sociedad donde los medios de comunicación claman moralidad pero no tienen inconveniente en hacer aparecer a personas que tienen como único mérito el haberse acostado con todo el mundo, para explicarnos sus experiencias. También llama la atención que la derecha política y mediática recicle a antiguos izquierdistas para arropar a una derecha huérfana de "intelectuales". Albert Boadella y Sánchez Dragó son un ejemplo de ese proceso de reciclaje. Por supuesto que todos tienen derecho a cambiar de opinión y de visión, pero resulta sospechoso que la derecha más rancia acoga en su seno a esas ovejas descarriadas que ahora pacen tranquilamente en sus ubres magnánimas.
Hay un clamor de voces a favor y en contra. No sé que pensarán esas dos muchachas a las el protagonista de esta lamentable historia las describe con un aire de machismo insufrible. Lo cierto es que propongo a Tele 5 la búsqueda urgente de esas dos mujeres para poder participar en sus debates para explicarnos desde su conocimiento de causa la historia completa. Daría juego las réplicas y contrarréplicas. Los abusos de menores son un delito grave, pero en el mundo del espectáculo parece que las víctimas lo son menos si lo que abusan son personajes con cierto amparo en las esferas del poder mediático o político.
En otro orden de cosas, la semana nos ha dejado la muerte de una persona que durante muchos años simbolizo la lucha obrera. Marcelino Camacho (1918-2010) nos ha dejado a los 92 años. Símbolo de CCOO y de una forma de lucha política que en las actuales circunstancias parecen ya de otra época. Sin embargo, más allá de los errores y estrategias equívocadas y de los aciertos que los tuvo, supuso una forma de entender las acción política y sindical que está en las antipodas del oportunismo y arribismo de tantos políticos que usan de la política para medrar en lo social y en lo económico.
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