Día 12
Singapur
¡La ciudad del siglo XXI no es París, ni NY, es Singapur!
¡La ciudad del siglo XXI no es París, ni NY, es Singapur!
Me he despertado a las 6.30h. Ducharse y bajar a desayunar. El bufet del hotel es muy correcto. Dulce y salado para todos los gustos. Hemos salido del hotel a las 9h.
La primera actividad programada ha sido visitar los jardines de orquídeas. Realmente espectacular, toda clase de orquídeas y plantas, asaltan al pobre fotógrafo que no puede hacer más que disparar el botón correspondiente de su máquina. La guía iba demasiado de prisa en su recorrido, e inevitablemente, quienes hacíamos fotografías nos quedábamos rezagados. Casi al final de trayecto he podido fotografiar un colibrí.
Después nos hemos trasladado al barrio hindú para cambiar $ de Singapur. Empezaba a hacer calor. En el recorrido, los edificios parecían aún más enormes y majestuosos de lo que parecen. Un delirio arquitectónico que quiere domesticar el espacio y el vacío. Se nota que fluye el dinero, no en vano estamos en la plaza que acoge a la tercera bolsa del mundo. Hemos bajado del autocar y cambiado. Nos hemos paseado por una de las manzanas del barrio hindú.
El autocar ha pasado por diferentes puntos de la ciudad, hemos paseado por el club de criquet, justo al lado del Parlamento. Y nos hemos encaminado hacia una zona que puede contemplarse los imponentes edificios de Marina Bay. Contemplar la cantidad de edificios gigantescos, sedes de bancos y empresas corporativas, comprendes que Barcelona, por poner un ejemplo cercano, resulta provinciana y poco cosmopolita.
La siguiente parada ha sido, el barrio chino y su pagoda, un templo bello y lleno de Budas y una estética barroca en la decoración. Hemos paseado al lado de una calle llena de tiendas para turistas. Un chaparrón nos ha sorprendido en el momento que esperábamos el autocar.
Desde donde el autocar ha aparcado, al lado de campo de criquet, el autobús nos ha llevado hacia el hotel Oasia donde en la planta 27, se encuentra el restaurante Oso Ristorante. El local es atractivo, de estilo europeo, italiano, una fotografía de Sofia Loren preside la mesa donde nos ubicaron. Todo muy correcto y minimalista, un eufemismo para indicar unos platos con poco contenido. El agua en jarras era del grifo con hielo, al estilo norteamericano. Todo muy correcto y fashion. Para variar la guía nos ha metido prisa. La guía – mi subconsciente ha olvidado el nombre-, se ha permitido opinar sobre lo que no conoce. Nos ha dicho que en Cataluña muchos niños en las escuelas no pueden hablar castellano. La señora daba por bueno lo que otros le han dicho y ella obedientemente, ha repetido lo que ha oído. No descarto que los mismos que pusieron el comentario desabrido en el taller de tejidos en el Lago Inle (ver foto), sean los que propagan las fake news. Me ha hecho saltar.
Después nos hemos trasladado a Marina Bay donde nuestra guía nos ha dejado hasta la tarde del siguiente día para llevarnos al aeropuerto que nos conducirá a Barcelona. ¿Qué sentido ha tenido una guía que parecía más preocupada por su horario que el nuestro? La guía nos ha explicado algunas cosas sobre Singapur, la vivienda, la educación, el trabajo, Hong Kong.
Hemos visitado dos grandiosos edificios, tienen el aspecto de la “Ciutat de les Arts” de Valencia. Dentro un mundo de plantas nos ha dado la bienvenida. Nos recuerda lo desincronizados que estamos. Estamos destruyendo nuestro ecosistema debido al progreso insostenible que parece pedir el capitalismo financiero, y a la vez, creamos museos de vida como si en un futuro cercano, esa biodiversidad, sea cosa del pasado. La imagen es inquietante.
El parque temático Gardens by the Bay consta de dos cúpulas gigantescas, el Flower Dome y el Cloud Forrest. El primero pasa por ser el invernadero más grande del mundo. El segundo, el bosque nuboso, nos ofrece un espectáculo de agua y plantas descomunal. Hay plantas carnívoras, y un parque temático el “Crystal Mountain Cave, y descubre las muchas formas interesantes de estalactitas y estalagmitas reales. Descubra más sobre geología, cómo se formaron los continentes, la edad de la tierra y la importancia de los fósiles para comprender el pasado de nuestro planeta.”.
En el exterior, se ha creado un bosque artificial, con pasarelas, que no pudimos visitar debido a que cerraron el acceso, debido a la tormenta que auguraban los que custodiaban el acceso, al final no hubo tormenta, y nosotros no pudimos subir a las pasarelas. En los accesos a los Jardines (Gardens) hay una exposición de árboles petrificados, como si nos avisaran de lo que la naturaleza está expuesta. El paso del tiempo lo cambia todo, incluso lo hecho por la mano del hombre. No puedo dejar pasar la ocasión para citar un texto celebre de Nietzsche sobre la ilusión del porvenir: “En algún apartado rincón del universo, desperdigado de innumerables y centelleantes sistemas solares, hubo una vez un astro en el que animales astutos inventaron el conocer. Fue el minuto más soberbio y más falaz de la Historia Universal, pero, a fin de cuentas, sólo un minuto. Tras un par de respiraciones de la naturaleza, el astro se entumeció y los animales astutos tuvieron que perecer.” (F.Nietzsche, Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, y otros fragmentos de filosofía del conocimiento, ed.Tecnos, 2º ed.Madrid, 2012)
¿Es posible que todo lo que estamos destruyendo pueda revertirse? La respuesta es que no lo sé. Viendo lo que el hombre es capaz de crear, deberíamos ser moderadamente optimistas, aunque desde luego, deberíamos ponernos ahora mismo manos a la obra, aunque visto la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático de 2019 (…) sobre el Cambio Climático (COP25), en Madrid, las esperanzas se dejan para el futuro y nuevas Conferencias.
Después de fotografiar árboles de todas partes del mundo y plantas exóticas, y tomar conciencia ecológica, hemos subido la plataforma del edifico emblemático de Marina Bay Sands. “El conjunto cuenta con tres torres hoteleras con 2.560 habitaciones, un centro de convenciones y exposiciones de 120.000 m², un centro comercial, un museo de Arte y Ciencia, dos teatros Arenas, seis restaurantes de cocineros de prestigio (celebrity chef), dos pabellones flotantes y un casino con 500 mesas y 1.600 máquinas tragamonedas. Las 20 hectáreas del complejo fueron diseñadas por Moshe Safdie Arquitectos y la ingeniería corrió a cargo de Arup y Parsons Brinkerhoff (MEP). Safdie también diseñó una ruta artística dentro del complejo, incorporando siete instalaciones de cinco artistas como Sol Lewitt, Antony Gormley y Zheng Chongbin, cuyas piezas incluyen efectos ambientales de luz, agua y viento, integrando el arte con la arquitectura.”.
Las vistas son espectaculares. Los edificios son colosales, hay que recordar que el núcleo de los hoteles se asienta en el casino. Desde esas alturas se puede contemplar la ciudad-estado de Singapur. La combinación de dinero y creatividad humana es capaz de cualquier cosa.
Había dos espectáculos para contemplar, el primero de luz y sonido junto a los árboles artificiales. Nos hemos posicionado delante del parque donde están los árboles. El conjunto ha sido más bien discreto. Se debía estar junto a los árboles y nosotros estamos más alejados, junto a un pequeño lago artificial, sentados cómodamente.
Después nos hemos trasladado al siguiente espectáculo, junto al skyline de Singapur, en Marina Reservoir. Había mucha gente, la temperatura era muy agradable, las luces de los rascacielos nos decían que estábamos en el centro del mundo. Luz y sonido jugaban con los reflejos del agua al compás, entre otras de la música de Ryuichi Sakamoto.
Después de las sensaciones que hemos vivido, tocaba volver al hotel. Hemos cogido el autobús número 6 hasta Orchard Avd., al lado de McDonald. Hemos ido al hotel y hemos pedido algo de comer. Ahora son la 23h cuando acabo de escribir la crónica del día. Mañana será el último día de nuestra estancia en Singapur y por extensión en el sudoeste asiático. Será un día larguísimo que nos conducirá a casa.