dijous, 6 de juny del 2019

Inicios fulgurantes (VIII)

“Esta noche, hipócrita lector, mi semejante, mientras estás empezando a leer este libro, novela, cuentos, crónica como más te guste llamar estas prosas, migas de la nada, esta noche de helada, el mar tan cercano y ajeno, ahí nomás, en esta Villa, mayo, junio, julio, agosto, septiembre, qué más da, en cualquiera de los meses fuera de temporada, acá, en su chalet del Pinar del Norte, alguien, un mecánico, en una casa de chapa de La Virgencita está fajando a su mina, (…)

Guillermo Saccomanno, Cámara Gesell, Círculo de Lectores, Barcelona, 2013.


dimarts, 4 de juny del 2019

Tiananmen: 4 de junio de 1989-2019


30 años de Tiananmen


China es la dictadura más grande del mundo. También es el la mayor factoría del mundo. El capitalismo  tiene en China su base de operaciones, parece un contrasentido, pero no lo es. Vivimos en la era de la globalización. Hay una estricta división geográfica del trabajo. Hace  30 años, en la plaza de Tiananmen, estudiantes de la universidad de Pekín, se manifestaron para reclamar cambios políticos. La respuesta fue aplastar a la disidencia. No se sabe con certeza, el número de personas muertas por la represión de gobierno chino. En un país controlado por el Estado, se ha hecho un trabajo meticuloso por hacer desaparecer cualquier noticia sobre este acontecimiento. Sólo las personas que vivieron esos hechos, los testigos, saben lo que significó. Sin embargo, las generaciones más jóvenes a penas pueden informarse de lo sucedido. Internet en China es un arma política y por tanto, controlada. El número de personas represaliadas por aquellos hechos es un secreto de estado. ¡No siempre somos conscientes que en China no hay libertad política ni de conciencia! Después de treinta años, China sigue igual, la mayor dictadura del mundo.




dilluns, 3 de juny del 2019

Inicios fulgurantes (VII)

UNA SOLITARIA VOZ HUMANA 

No sé de qué hablar... ¿De la muerte o del amor? ¿O es lo mismo? ¿De qué? 

Nos habíamos casado no hacía mucho. Aún íbamos por la calle agarrados de la mano, hasta cuando íbamos de compras. Siempre juntos. Yo le decía: «Te quiero». Pero aún no sabía cuánto le quería. Ni me lo imaginaba... Vivíamos en la residencia de la unidad de bomberos, donde él trabajaba. En el piso de arriba. Junto a otras tres familias jóvenes, con una sola cocina para todos. Y en el bajo estaban los coches. Unos camiones de bomberos rojos. Este era su trabajo. Yo siempre estaba al corriente: dónde se encontraba, qué le pasaba... 
En mitad de la noche oí un ruido. Gritos. Miré por la ventana. Él me vio: 
—Cierra las ventanillas y acuéstate. Hay un incendio en la central. Volveré pronto.

No vi la explosión. Solo las llamas. Todo parecía iluminado. El cielo entero... Unas llamas altas. Y hollín. Un calor horroroso. Y él seguía sin regresar. El hollín se debía a que ardía el alquitrán; el techo de la central estaba cubierto de asfalto. (…).

Svetlana Alexievich, Voces de Chernóbil [2005]. Crónica del futuro, Ensayo, Debolsillo , Barcelona, 2015





dissabte, 1 de juny del 2019

Morir en EE.UU





La noticia, que lo es, no deja de ser una repetición trágica y absurda en el país del mundo occidental, más violento y punitivo. Los datos estadísticos son escalofriantes, sino fuera porque no se tocan las causas, siempre se achaca al desequilibrio de la persona que ha podido comprar un arma de fuego con el beneplácito de una sociedad que después se lamenta de estos sucesos. No habrá cambios legislativos, porque los lobbies de las armas son extraordinariamente poderosos.

Las cifras son de una guerra sorda que la sociedad más poderosa del mundo, lleva a cabo con sus propios fantasmas. 40.000 personas muertas, es una cifra descomunal y da el reflejo de una sociedad que no es fácil de entender. Un país que se divide entre unas elites que viven muy por encima de sus conciudadanos que malviven en el paraíso que la propaganda se encarga de inculcar.

Ahora, habrá que esperar a una nueva (vieja) noticia sobre la siguiente matanza para volver a los mismos tópicos. Morir en EEUU es cada día más fácil, se encargan las armas de fuego y una sanidad que no todos pueden pagar, de una cultura de la comida basura y un derroche de fármacos que vuelve dependientes y vulnerables a los más pobres. ¡EEUU no es país para pobres!



Inicios fulgurantes (VI)

I
Bueno, ¿Qué te parece?

Mi padre había perdido casi por completo la visión del ojo derecho cuando cumplió los ochenta y seis, pero, por lo demás, su estado de salud podía considerarse fenomenal para una persona de su edad, hasta que contrajo lo que un médico de Florida diagnosticó, equivocadamente, como parálisis de Bell, una infección vírica que, por lo común, paraliza, con carácter temporal, un lado de la cara.


Philip Roth, Patrimonio. Una historia verdadera. Trad. Ramón Buenaventura. Contemporánea, Debolsillo, Barcelona, 2011.