dimecres, 3 d’abril del 2019

Egipto: Templo de Luxor (II)

Día 3












“ Al faraón Amenhotep III, a su ilustre maestro de obras Amenhotep hijo de Hapu y a dos arquitectos que llevan los nombres de Horas y de Seth les debemos la concepción y la creación de Luxor. «Mi soberano me ha nombrado jefe de las obras —recuerda Amenhotep—; he establecido el nombre del rey para la eternidad, no he imitado lo que se realizó antaño, nadie había hecho esto desde que se ordenó el mundo. Fui iniciado en los libros divinos, tuve acceso a las fórmulas de Thot, era experto en sus secretos, he resuelto todas sus dificultades*."

Después hemos ido al Templo de Luxor. El Templo está lleno de inscripciones jeroglíficas. Ramsés II fue quien impulsó el Templo, al construir el primer gran patio y la fachada. 












Edificado a semejanza del horizonte celeste, el edificio tenía muros de electro y un suelo de plata. Una impresionante avenida de esfinges, que se espera desenterrar por completo, unía Karnak con Luxor. Según F. Traunecker-Laroche, si se divide la longitud de esta avenida, es decir 1.950 m, por el entre-eje medio de los zócalos de estas esfinges (5,35 m), se obtiene la cifra de 364,5 m, es decir el número de los días del año egipcio.”

Algunos investigadores suponen la idea que en un tiempo, en el Reino Nuevo, entre ambos templos, había un canal navegable, donde se utilizaba la nave real y trascendencia simbólica. En el templo de Luxor, aparecen muchas escenas donde aparece la nave real. 

Un vínculo espiritual unió indisolublemente ambos templos, pues Luxor se presenta como el último santuario de Karnak, el templo del ka donde el poder real era ritualmente regenerado. «El monarca —escribe Lanni D. Bell— nace y crece en el ka, único, compartido por todos los reyes de Egipto, transmitido de soberano en soberano.» Ese ka se encarna especialmente en los colosos, que no son retratos de un individuo sino la manifestación en piedra de su potencia creadora.”

Esos colosos precisamente (seis en su origen) están presentes ante las dos torres del pilono erigidas por Ramsés II. En el pedestal, nueve arcos simbolizan la totalidad de los países extranjeros, considerados como potencialmente peligrosos y a los que el faraón mantenía «bajo sus sandalias». A un lado, Nefertari y una de las hijas del rey desempeñan el papel de animadoras del ka.”










Se conserva también uno de los obeliscos (25 m de altura, 250 toneladas), pues el otro fue trasladado a París y erigido en la plaza de la Concordia. (…) el espacio quedaba sacralizado, disipadas las fuerzas peligrosas y las potencias celestiales eran atraídas hacia el templo. En la base de estas agujas de piedra, pueden verse algunos cinocéfalos, animales de Thot, que aclaman el nacimiento de la luz.




Las escenas del pilono están consagradas a la batalla de Kadesh, que Ramsés II libró contra los hititas para detener su avance e impedir que invadieran Egipto. Pero el rey lo evocó, aquí y en otros lugares como Karnak, el Ramesseum o Abu Simbel, porque le daba un significado que superaba al de un acontecimiento histórico"*.







Detalle sacrificios


Cuerda de presos hititas


Antes de las visitas a los templos, nuestro sagaz y sapiente guía, Ahmad, nos daba una explicación prolija y excesiva, era fácil perderse en el laberinto mitológico de los dioses egipcios. El Templo de Luxor está lleno de escenas de todo tipo, desde las guerreras donde Ramsés II sale victorioso de la batalla de Kadesh frente a los hititas, hasta escenas donde aparecen festejar la fiesta que supone la procesión entre ambos templos. En el templo había un santuario con tres capillas dedicadas a la tríada tebana, Amón, Mut y Khonsu. El paso de los milenios, hace que en el templo, haya tenido inquilinos nuevos, no siempre muy amables con los vestigios del pasado. Las religiones monoteístas, también se han asentado en el templo egipcio. Así, por ejemplo, la Mezquita de Abu el-Hagag, que utilizó materiales del primer patio del templo. 


Época romana


Mezquita de Abu el-Hagag






El lugar es de aquellos para desparramar tópicos en abundancia. La grandiosidad pétrea y las figuras de los faraones dan al lugar un escenario mágico, trascendente, un lugar donde la memoria y la eternidad se dan la mano. 

Nota:


* Los textos en cursiva son si no se dice otra cosa son de Christian Jacq, La guía de viaje al Egipto de los faraones, ed.Planeta.

dimarts, 2 d’abril del 2019

Egipto: Luxor : Karnak(I)

Día 3

El móvil en modo alarma a tocado a una hora de locos, las 4.30h. Como hacía pocas horas me había duchado he podido estar 15’ extras en la cama. Vestirse  e ir al desayuno. Bufet muy completo en nuestra motonave que nos llevará de crucero en los próximos días. La motonave tiene cuatro plantas más un solárium, mesas con toldos para la cafetería y una piscina más decorativa que efectiva. La tripulación muy amable.

Salir con el bus hacia la primera cita con la historia. Tres nombres de leyenda se dan cita en esta jornada memorable. Tebas, Luxor y Karnak. El nombre de Tebas es el que dieron los griegos a Uaset –La Poderosa-. 

Un poco de historia

El Nilo marca las fronteras este y oeste. La primera, están los templos de Karnak y de Luxor. Luxor es hoy la Tebas de los griegos y es una ciudad moderna y turística.




En el lado oeste, aparecen los espacios desérticos y misteriosos. En este lado se encuentran el Valle de los Reyes, Dair al-Bahari, Medinet Habu, y otros monumentos, que nosotros no fuimos. La importancia de Tebas se sitúa en el año 2000 a.C., cuando Amenemhat I lo convierte en capital del Imperio Nuevo*.  Tebas adquiere su punto culminante durante el Imperio Nuevo. La batalla contra los hicsos, bajo el mandato de la reina Ahotep elevará a Tebas a su cenit. La victoria tiene en Amón su capitán victorioso. Después del su cenit viene la inevitable decadencia. Como nos dice Christian Jacq “En 27 a. J. C., un terremoto incrementa las desgracias de la ciudad. Romanos, cristianos y árabes seguirán propinando a los monumentos terribles golpes. Después, el paraje cae en un olvido tal que ni siquiera se conoce ya el emplazamiento de la antigua Tebas”.

A partir del siglo XVIII, Tebas vuelve lentamente a renacer. La memoria de la piedra vuelve a salir de sus cenizas. Los arqueólogos –europeos- encuentran su nuevo El Dorado en el Próximo Oriente.

Tebas se consagró primero a Montu, que se representa el hombre con cabeza de halcón que infundía al brazo del faraón poder e invencibilidad. Después de la victoria contra los hicsos, Amón dominará el escenario tebano. 

Los turistas







Salir en bus hasta la entrada del Templo de Karnak, controles que nos acompañarán a lo largo del todo el día, y también, de todo el viaje. Unos globos aerostáticos nos dio los buenos días en un día que empezaba a caminar eran las 6h, la luz del día era perfecta para fotografiar el Templo. No había casi nadie. Todo el templo era una exaltación a la divinidad del Faraón y su papel vicario con los dioses, Amón.






El Templo es la representación del cosmos. La dualidad egipcia es proverbial. Karnak era también «el lugar elegido», la «Heliópolis del Sur», «el Cielo en la Tierra», «la ciudad de luz donde el Creador golpeó con el pie, la madre de las ciudades del dios grande que existe desde los orígenes, el templo de aquél a quien los dioses proclaman su amor*».








Karnak es un templo triple o, más bien, un conjunto de tres templos edificados siguiendo dos grandes ejes, uno según el eje oeste-este, el otro, según el eje norte-sur. En el eje este-oeste, que corresponde al del curso solar, se despliega el gran templo de Amón, rodeado por su muralla y organizado de acuerdo con un esquema clásico: entrada monumental, gran patio, sala de columnas, sala de ofrendas, sala de la barca sagrada y sanctasanctórum. Seis pilonos aportan ritmo al inmenso edificio*.”












Deambular por el Templo contemplar las estatuas y los pilares enormes, sumergirse en un baño de historia lejana, que sin embargo, nos interpela. Hombres y mujeres trabajaron y vivieron en el Templo, Artesanos y escultores, arquitectos y manobras culminaron una edificación que a pesar del tiempo sigue diciéndonos lo que somos capaces de realizar los seres humanos.











A medida que el sol se elevaba, la luz empezaba a adquirir una intensidad que está reñida con la óptica de las cámaras fotográficas. Observar los obeliscos que mandaron realizar Tutmosis I y Tutmosis III, permite contemplar un fuego que no se ha extinguido. Un lago sagrado recuerda la función simbólica de navegación del más allá.


Nota:

* Los textos en cursiva son si no se dice otra cosa son de Christian Jacq, La guía de viaje al Egipto de los faraones, ed.Planeta.

dilluns, 1 d’abril del 2019

Egipto: Barcelona-El Cairo (II_d)

Día 2

La gran pirámide de Keops




Éstas son las medidas de la mayor de las pirámides: 146 m de altura en su origen, una masa de piedras de más de 2,5 millones de m3, más de 230 m de anchura de los lados en la base, 6 millones de toneladas de piedras, algunas de las cuales pesan más de 15 toneladas, una superficie de más de 4 hectáreas, 4 caras inclinadas a 51° 52' y orientadas con sorprendente precisión hacia los cuatro puntos cardinales*.”

Después de nuestro descenso y ascenso a la pirámide roja, la visita al interior de Keops, ha sido un auténtico paseo. Sin embargo, el trayecto se ha realizado en medio de la oscuridad, afortunadamente, paliada por los móviles que nos han servido de “antorchas”. No sé la razón de porque no han abierto las luces que hay en el interior. La bajada sin apenas nadie que subiera se ha ido haciendo cada vez más calurosa. No había luz y a penas se podía contemplar las paredes enormes. No había que gatear, el pozo era suficientemente alto para ir de pie. Al llegar a la cámara mortuoria, vacía y oscura cierta sensación de desaliento me ha invadido. Hay la gran galería que impresiona por la enormidad de la construcción, pero todo estaba anegado por la oscuridad y las sombras que proyectaban nuestras “antorchas digitales”.




Vista de la Pirámide de Kefrén






Al salir, la luz cegadora nos ha recordado el abismo entre las tinieblas (pirámide) y el sol. Después hemos ido en bus, hasta la explanada para contemplar las tres pirámides. La vista es grandiosa e inolvidable. Sin embargo, había una bruma, mezcla de la contaminación y el día calichoso. Las fotografías no acababan de salir todo lo fotogénicas que se podría haber conseguido en un día de cielo azul. Unos chiringuitos vendían morralla para turistas. Es difícil escapar a la fiebre consumista. Puedes vencer la tentación muchas veces, pero al final acabas sucumbiendo. Contemplar a estos tres colosos de la imaginación humana permite advertir la singular capacidad del ser humano por alcanzar lo inalcanzable, es decir, la inmortalidad. Aún hoy, se oyen comentarios donde se ponen en cuestión que dicha civilización pudiera conseguir tamañas hazañas. Sólo desde el prejuicio es posible aún sostener las disparatadas hipótesis para eludir la solución más sencilla. Que la civilización egipcia tuvo los medios, la oportunidad y el coraje para hacer frente a estos retos que después de 3500 años  aún nos asombran.




La esfinge

La figura enigmática que parece en tantas fotografías y reportajes sobre Egipto, contemplada en directo crea un sentimiento extraño. La historia que ha contemplado se confunde con las peripecias de la humanidad. El “guardián de los dioses” que no ha podido evitar el saqueo de los tesoros de los faraones. Como siempre una multitud nos acompañaba en nuestro peregrinaje turístico. A lo largo de la jornada un policía de paisano nos ha acompañado a todos los lugares. Su traje indicaba que no estaba de vacaciones. Se podía ver el arma que llevaba dentro de la americana. Debió de pasar mucho calor.

Según nuestra guía sobre Egipto, “la esfinge tenía como misión consiste en proteger las tres pirámides y permitir el renacimiento del sol cada mañana*”. La cara deformada es una muestra de la mano del hombre y las fuerzas de la naturaleza. Demasiados enemigos para salir indemne.

                      



La esfinge, león con cabeza humana, mide 57 m de largo y 20 m de alto*. Christian Jacq, sugiere que la esfinge fue creada por los escultores de Keops. Para acabar, en la XVIII dinastía se nos reveló que el nombre de la Gran Esfinge es Horakhty-khepri-ra-atum, es decir «Horus que está en la región de luz», que simboliza los tres aspectos principales del curso solar: Khepri, el sol naciente y símbolo de la incesante mutación de la vida; Ra, el sol de mediodía, la luz en el apogeo de su potencia; Atum, el sol poniente, evocación de la creación original.*


                              

  


  

En la Grecia antigua, la figura de la Esfinge dio un nuevo enfoque a su significación. La leyenda de Edipo expresa ese nuevo significado. La esfinge, sometía al viajero a una adivinanza, quien fallaba en la respuesta, estaba sentenciado a muerte. Edipo pudo salvarse porque resolvió el enigma. Sófocles la denomina “la inflexible cantora”. La diversidad de versiones sobre el enigma es proverbial en el mundo antiguo. Aristófanes de Bizancio (s.III a.C) nos da esta descripción elaborada:

Adivina este acertijo," le dijo la Esfinge a Edipo, "o encontrarás tu muerte: ¿Cuál es la criatura que en la mañana camina en cuatro patas, al medio día en dos y en la noche en tres?"Edipo miró a la Esfinge y le respondió: "El hombre. En su infancia gatea con sus manos y rodillas, que es como tener cuatro pies. Cuando es un adulto camina en dos pies. Y en el anochecer de su vida, cuando es un anciano, usa un bastón, lo que equivale a caminar en tres pies." (Aristófanes el gramático)




Después de la visita e infinidad de fotografía, hemos ido a comer. Un restaurante nos esperaba, ahora no recuerdo el nombre. Un buffet internacional nos esperaba, eran las 15h. La comida no ha sido memorable. Para perder tiempo, antes del vuelo hacia Luxor, hemos ido a una tienda de papiros. La tienda elaboraban ellos mismos los papiros. Algunos que estaban expuestos eran muy artísticos. Se podía pagar en toda clase de monedas, o sea $ o € o con tarjeta de crédito. Después al aeropuerto. Volver a ver el caos circulatorio que a esa hora era intensísimo. Volver a comprobar que las edificaciones son una buena metáfora del país. 








A las 17.35h  se hace de noche. Hemos llegado sobre las 18.45h al aeropuerto. Por alguna razón inexplicada o inexplicable, el grupo ha sido dividido en dos vuelos. A nosotros nos caído el premio de hojalata, coger el último vuelo que salía a las 22.05h. Se ha hecho eterna la espera, entre otras razones porque en la terminal de vuelos nacionales no había más que una cafetería y además no disponía de ninguna variedad. El trayecto ha durado una hora. 

Llegada a Luxor, y nos esperaba un autobús que nos ha conducido por calles desiertas, y algunos puesto de policía hasta la motonave Stegenberger-Minerva. Nuestro guía nos esperaba en recepción. Rellenar formularios y entregarnos las llaves, entrabamos a la habitación sobre las 01h. Arreglar maletas para llevar la ropa adecuada para la siguiente jornada. Se nos hizo las 02h. Me he duchado para ir avanzando, pues, habrá que despertarse a las 4.30h. ¡Vaya vida del turista!


Nota:

* Los textos en cursiva son si no se dice otra cosa son de Christian Jacq, La guía de viaje al Egipto de los faraones, ed.Planeta.