divendres, 24 de març del 2017

Filosofía helenística: Epicuro

3. Filosofía helenística: la consolación filosófica. 

Frente a esta concepción filosófica, se encuentra una nueva visión con el pensamiento griego, que se conoce con el nombre de filosofía helenista. El origen de esta nueva corriente, hay que situarla en un contexto de cambio radical en las condiciones políticas de las tradicionales polis griegas. La desaparición de las polis griegas debido al surgimiento del Imperio de Alejandro Magno, se expresa después de su muerte en el 323 a.C., y llega hasta el periodo grecorromano, donde la cultura hegemónica será el griego, tanto en su cultura como lengua. Si políticamente las ciudades-estado desaparecen, surge una nueva visión del nuevo orden existente que empieza a emerger. El ciudadano despojado de sus funciones políticas deberá refugiarse en el orden individual, surge por otra parte, una nueva concepción del individuo, ya no como ciudadano de tal o cual estado, sino ciudadano del mundo, barriendo las fronteras territoriales deja de tener sentido, la separación tradicional entre griego y bárbaro. El pensamiento helenístico perduró hasta el siglo II d.C. 



La filosofía como hija de su época, debió de adaptarse a la nueva situación, los grandes esquemas filosóficos dejaron de tener significado, si es que alguna vez lo tuvieron, para redefinirse en un nuevo contexto. Si la filosofía debía tener algún significado, este debía ofrecer consuelo. La filosofía como guía o modelo de vida que busca la felicidad. ¿Cómo conseguirla, sí todo aquello que era nuestro horizonte de sentido, se ha perdido? La respuesta es sobre todo modesta, acomodaticia. No se trata de borrar el nuevo horizonte que se está dibujando, sino más bien situarse a la expectativa, a la defensiva. Por eso las soluciones filosóficas buscan: la ataraxia, la apatía o la epojé. Es verdad, que estas soluciones requerían de un público cultivado, frente a una nueva incursión de religiosidad de origen oriental, donde se dan la mano, la magia, la astrología y el pensamiento redentor, que ponía a prueba a un pensamiento que se sabía y quería racional. 



4. El Jardín del Edén. 

La Academia platónica expresaba la conexión ideal entre saber y poder, en la nueva situación creada por el imperio, lo adecuado era encerrarse en el Jardín. Es lo que hace Epicuro (341-270 a.C). Funda su escuela, denominada el Jardín, un centro donde lo esencial es el amor a la naturaleza, el cultivo de la amistad y un consciente desprecio a la acción política. La Escuela es el laboratorio de una microcomunidad que tiene como podría decir "almas bellas" según nos dejo dicho Hegel. El Jardín como lugar de encuentro, de amistad entre diferentes sexos, de clases sociales, pues en ella intervenían esclavos; un espacio ideal en un entorno poco propicio para experimentos, de ahí el lema de Epicuro: "vive retirado". Epicuro se centra en su doctrina ética pero para su fundamentación precisará de una teoría física que retoma a la de Demócrito (s.V a.C) para insertar en su física una deriva indeterminista, a través de su teoría del clinamen, que le permite destruir la afirmación en el destino, y por tanto, reivindicar la libertad, basada en los átomos -una teoría de la libertad sustentada en la materia- ,y una teoría del conocimiento de raíz sensualista. Epicuro quiere desterrar tres temores que asolan y crispan las almas de los hombres . Estos temores son el destino, los dioses y la muerte. No pretende vencerlos, no puede. Pero si puede disolverlos en el entendimiento –racionalizarlos-. Si comprendemos la naturaleza del alma, si entendemos que la muerte no nos puede afectar, y si el destino no es más que una ley que sigue el azar y la necesidad del movimiento de los átomos, entonces, nuestros temores, no son nada. El miedo deja paso al estado que Epicuro denomina ataraxia. 



El fin último del hombre nos explica Epicuro es la felicidad. Y ésta se expresa en el placer –hedonismo-. Es verdad que dicho placer no es puramente sensualista, es también y especialmente intelectivo. El placer requiere de un cálculo que evite el exceso, existe una especie de contabilidad del alma donde el saldo debe ser un placer de más largo alcance que la inmediatez de lo instantáneo. Este placer mediato se expresa a través del saber y la amistad. ¿Por qué su filosofía fue siempre tan encarnizadamente denostada y aborrecida? La respuesta se halla en su canto a la vida, a lo corpóreo. El cristianismo, que se impuso a partir del siglo III, en sus dogmas rechazaban lo corporal –como Platón-, y exaltaba lo espiritual. Se identificó la carne como lo demoníaco. Y en este contexto se entiende el horror que sentían por un pensamiento que exaltaba lo corporal y no temía a los dioses. Epicuro no era ateo, aún no se había inventado esta palabra. Según él, los dioses si existen no están interesados en nosotros, y si lo estuvieran, nosotros no podríamos conocerlos, aduce dos razones: la dificultad del asunto y la brevedad de la vida. Este rechazo a los dioses hizo que K.Marx en el siglo XIX, escribiera su tesis doctoral sobre Epicuro. 

Epicuro nos dice “vive retirado”, he aquí un lema que expresa este repliegue que se produce en el helenismo. La autarquía expresa este retiro público para cultivar y cuidar nuestro cuerpo y nuestra alma. La vida ya no es acción política en el ágora, sino retiro en compañía de quienes comparten ideales y aspiraciones de orden individual, no pretenden cambiar el mundo, sino acomodarse a los cambios que tenían que venir y, prepararse para soportar con dignidad el devenir histórico que les toco vivir. 

Si bien es cierto que el epicureísmo tendió a la inacción política, no lo fue en el caso del estoicismo que llegó a tener en sus filas a nada menos que un emperador romano: Marco Aurelio (121-180 d.C). El mensaje del estoicismo es simple: vive de acuerdo con los dictados de la Naturaleza. El estoicismo parece decirnos que el orden natural está regido por una ley cósmica –logos- y ésta puede ser conocida por el hombre. Para poder acomodarse a esta ley se requiere una aceptación racional absoluta(1). Y para ello es imprescindible controlar nuestras pasiones, que son la fuente de desesperación e infelicidad. Por ello adoptan la apatía. La apatía consiste en una actividad intelectualista de comprensión frente a los horrores de la vida. El destino puede ser cruel, es más, lo es, pero para el estoico saber comprender o al menos aceptar la inevitabilidad de las cosas supone el primer paso para la búsqueda de la apatía. El ideal del sabio estoico, es una especie de ser por encima del dolor y la alegría, en el fondo es la versión pagana del ideal cristiano del santo. Y ambos no son de este mundo. 

Notas

(1) La aceptación racional absoluta no es más que la otra cara de la fe absoluta, mientras que en la primera se afirma la razón -logos universal- en el segundo, se afirma la existencia de un Dios único y verdadero. Ambos son la expresión de la necesidad del hombre por lo Absoluto. 

Las urnas del mal


diumenge, 19 de març del 2017

Platón (y II)

4. El mundo sensible

Que Platón no olvida el mundo sensible, que éste en su creación ha sido producido de acuerdo al modelo de las ideas y por un divino demiurgo, se nos muestra con claridad en el Timeo.

El cosmos con sus aspectos materiales, perceptibles por los sentidos existe -contra Parménides-. Pero, ¿qué es el cosmos? Para empezar el cosmos es un ser vivo y, como tal tiene alma, pero además el cosmos es ante todo proporción y armonía. La creación ha de entenderse como un acto de bondad. Su existencia supone tres elementos: un modelo -las ideas-, un material en el que está construcción ha sido operada y un obrero que ha realizado esta operación. ¿Quién es el autor de este cosmos? La respuesta está en su mito del demiurgo, que quería imponer al mundo un orden, una finalidad inteligente, pero halló ante sí a la necesidad, con la que tuvo que enfrentarse. Esta necesidad es la del material en que realizó su obra. Esta necesidad es la materia de la que está construido este cosmos que está sometido a la perpetua fluencia del devenir.

El acto de creación supone imponer orden al desorden y este orden es el que hace posible que este mundo sensible sea el recordatorio de la existencia de un mundo inteligible.


5. Posibles caminos para llegar a la aprehensión de las Ideas. 


1. El recuerdo o la reminiscencia.

Junto a esta alma que se debate entre lo racional irracional (Fedón),se levanta en Platón una teoría mítica de origen órfico-pitagórico acerca de la inmortalidad del alma. Las doctrinas órfico-pitagóricas afirmaban la existencia de dos mundos, el perfecto de la otra vida y el imperfecto de aquí abajo. El alma pertenece al primero, pero en virtud de un original castigo -mito: Los Titanes despedazaron al niño-dios Dionisos, comiéndose su corazón. Zeus los fulminó con rayo y los convirtió en cenizas. De ellas surgió el hombre en dualidad: mortal por las cenizas del castigo, inmortal en cuanto a alma, porque ya habían comido lo divino-; cayó en la cárcel del cuerpo.


La teoría de la reminiscencia expresa la idea de que conocer es recordar y por otro lado, alude a la posibilidad de aprehender las Ideas: antes de venir a este mundo, el alma contempla las Ideas; al unirse al cuerpo -cárcel del alma-, olvida lo conocido en su anterior existencia; pero este conocimiento no desaparece, sino que se conserva. El alma se convierte en recipiente de la memoria, pero de una memoria que nos viene de una vida anterior a aquella de la que ahora somos conscientes. El alma aprendió en el "tiempo eterno", nos dirá en el Menón. Mediante el recuerdo el hombre puede recuperar lo que ya sabía, el ser verdadero de las cosas, las Ideas.

2. La filosofía como impulso erótico.

El objeto del amor (eros) es, según, Platón la belleza. En el Banquete, la filosofía se muestra como amor, especie de "locura divina", que conduce a la captación de la Belleza sí. Este impulso se inicia en lo sensible -cosas bellas-, se dirige hacia lo inteligible -la Belleza en sí.


3. La filosofía como catarsis o purificación.

En su visión órfico-pitagórica Platón contempla alma que ha de purificarse mediante la virtud. Si ésta ha sido excelente tras la muerte se reencarnará. La dignidad de los individuos (hombres, animales y plantas) en los que se reencarne dependerá del esfuerzo realizado y excelencia conseguida en la vida anterior.
En el Fedón la filosofía aparece como catarsis o purificación y como preparación para la muerte. El filósofo sabe que la contemplación directa de las ideas sólo es posible después de la muerte. Mientras permanece en este mundo, su tarea consiste en recordar y en purificarse, es decir, liberarse de lo sensible.

4. La dialéctica.

Platón llama a la dialéctica -método- armonía y viaje. Todos los diálogos son una muestra de lo que es el proceso dialéctico: derribar mediante las adecuadas negaciones las hipótesis que los antagonistas habían asentado como tesis hasta que emerja la verdad, que radica en el lenguaje o sólo en él puede darse.

El dialéctico expresa la posibilidad de liberarnos del mundo subterráneo -mito de la caverna-, donde el camino ascendente conduce desde las sombras hasta el sol -contemplación de la Idea de Bien-. Cuando se ha visto las Ideas, la dialéctica supone estar en posesión de la ciencia que sabe "a través de razonamientos cuáles de los géneros concuerdan con otros, y cuales son incompatibles entre sí " (Sofista).

Cuando el dialéctico está en posesión del conocimiento y recordando el estado de abandono de sus compañeros en la soledad de las tinieblas, debe volver para liberarlos. Aquí empieza la dialéctica descendente. A la luz de las ideas hay que captar el mundo sensible. 


6.- Dualismo antropológico. 

El dualismo platónico es eje de su reflexión filosófica en el ámbito de su ontología al establecer una separación entre el mundo sensible y el mundo de las ideas, y está separación es un reflejo en el orden antropológico. El hombre es un compuesto de cuerpo y alma. 

1.- El cuerpo, cárcel del alma.

En el Fedón,( 82) nos habla de la condición del alma cómo cárcel del cuerpo. La realidad corporal pertenece al mundo sensible, mientras que el alma pertenece al mundo inteligible. Lo propio del alma es el mundo inteligible, por eso, mientras esta encerrada en el cuerpo anhela la separación del cuerpo que solo es posible después de la muerte. La filosofía es una preparación para la muerte (Fedón). Se trata de liberarse de lo sensible, he ahí, la tarea del filósofo.

2. Las tres partes del alma.

En el Fedro (245-247) nos transmite el mito del cochero o auriga, en el que pretende decirnos lo indecible, esa es la función del mito. En este mito es trasunto de la división del alma en distintas funciones: racional, irascible y concupiscente.

En el mito nos describe el auriga que tiene que habérselas con dos caballos que por su propia naturaleza irían en direcciones contrarias. Esto supone un duro esfuerzo por parte del conductor para llevar a buen puerto el carro. Un caballo es bueno por naturaleza, noble se deja llevar de buena gana. Pero el otro caballo es difícil, áspero y tumultuoso. 

Hasta aquí el mito, no se requiere demasiada imaginación para ver en el auriga nuestra parte racional que debe gobernar a la irracional. El caballo bueno representa la parte irascible que si es buena no sabe controlarse, mientras que el caballo malo representa los deseos inmoderados (concupiscentes).

Esta naturaleza tripartita en el Fedón parece que el alma siendo una, tiene diferentes funciones, pero no queda del todo claro si la inmortalidad hay que adjudicarla a la totalidad del alma -parecería que así es- pero no que nada claro.


7.- Ética.

1.- El Sumo Bien como mezcla proporcionada de placer y sabiduría.

En el Filebo,( 61) no cuenta que la vida buena no puede ser ni el placer sólo, pues eso nos asemejaría a los animales, ni la sabiduría sólo, pues eso pertenece a los dioses, sino que debe ser una mezcla de ambos. El Sumo bien sólo puede ser una vida que mezcle placer y sabiduría, pero ¿cuál debe ser la dosis? Proporción, la verdad y la belleza.

2.- La virtud como ordenación entre las partes del alma.

"(..) ¿no es el producir la justicia preparar las partes del alma para que cumplan su cometido, según su naturaleza; y el producir la injusticia atribuir a unas y a otras un gobierno que va contra su naturaleza? "(República, 445).

Mediante la práctica de la virtud se accede al Sumo Bien y, por tanto, a la suprema felicidad; por eso, la virtud es, según Platón, el tesoro más valioso para el hombre .

¿Qué es la virtud? Según Platón es la armonía entre las diferentes partes del alma. Curiosamente, en el plano político volverá a insistir que la Justicia es también la armonía de los diferentes estamentos sociales. Así pues, a la parte racional le corresponde la sabiduría o prudencia; a la parte irascible, la fortaleza (andreia) y a la parte concupiscente la templaza. 

¿Puede aprenderse la virtud? Platón responderá que sí en la línea iniciada por Sócrates. La virtud se identificará con el conocimiento porque sólo ella nos permite saber lo que buscamos y lo que queremos.




La imagen del prisionero expresa el ideal del arte en Platón. Al prisionero del mito se encuentra en el dilema de quedarse con sus compañeros o dirigirse con esfuerzo havia el exterior. Este esfuerzo no puede surgir del exterior, sino de uno mismo. Es una tendencia y un esfuerzo que implica deseo del Bien, de la verdad, de la Justicia, de todas las ideas que duermen en la memoria y que hemos despertad con la reflexión, con el diálogo. La areté puede aprenderse, pero no mirando hacia el exterior, sino hacia un mismo.

8.- Teoría política: el Estado ideal.

1.- La justicia, ideal de la comunidad.

Platón pretende construir un modelo de organización ciudadana basada en la Justicia. La República nos dirá "no hacemos un Estado tratando de que una clase de ciudadanos sea feliz, sino que lo sean todos" (220 c). Por ello son imprescindible algunos requisitos:
a) tener una clara idea de la justicia; 
b) superar la política como expresión de la fuerza, la demagogia o la tiranía de la mayoría; 
c) educar a los ciudadanos, y sobre todo, a los políticos y 
d) esa educación llevará al poder a los más inteligentes y poderosos. 


2.- Niveles de organización del Estado.

Platón establece una correspondencia entre las funciones del alma y la estructura de la sociedad. El orden social (ideal) platónico, supone una regresión del modelo de Polís ateniense. La estructura ideal de su República, supone un orden inmutable: los que dirigen, los guardianes y los artesanos y comerciantes.

Para Platón las tres esferas son necesarias, tienen su propia dignidad. Sin embargo, en la República, se ocupa fundamentalmente de los guardianes y los gobernantes. Para los guardianes (valentía o andreia) se establece un régimen estricto para hombres y mujeres de los que saldrá el rey-filósofo. Como estamos en un reconstrucción ideal, lo guardianes deben ejercitarse en el dominio de los objetos inmateriales, es decir, deben instruirse en el orden dianoético, paso previo para alcanzar la noesis o visión de las Ideas, que le corresponde al dialéctico.
El rey-filósofo que tiene como virtud la sabiduría ha visto las ideas -Justicia, Verdad, Bondad-, es quien debe dirigir los asuntos del Estado. Su fuerza radica en la virtud de la excelencia, de la sabiduría. El rey-filósofo es el pastor que diligentemente dirige como a los prisioneros del mito hacia la luz, aunque no queda claro si debe liberarlos al final del camino.

Platón en Leyes, resitúa su discurso político desde el plano de la razón como instrumento para imponer la justicia a otro plano, ya no estamos en el ágora, sino en la acrópolis, cerca de los dioses, porque la razón es impotente para contener el desorden. Los dioses y no la razón nos salvarán nos dice Platón en Leyes.

¿Y la Justicia? La respuesta que nos da Platón resulta decepcionante. La Justicia, nos dirá, consiste en que cada estamento cumpla con su deber, es decir, los que dirigen deben gobernar para el bien común, los guerreros vigilar la paz interna y externa de la Polis y los comerciantes y artesanos, proporcionar los bienes materiales que son necesarios para el bienestar de todos. La Justicia consiste pues, en no traspasar los límites que a cada uno le corresponde. Quien traspase esos límites le espera en la otra vida penalidades sin cuento (mito de Er).

3.- Las formas de gobierno.

El régimen correcto es el que corresponde a la monarquía cuando se encarna en el hombre virtuoso, cuando son muchos, aristocracia. Sin embargo, estos modelos ideales degeneran, así surgen la timocracia, la oligarquía, la democracia y la tiranía. Se verá que estas formas de gobierno o regímenes corresponde en el plano individual a las funciones del alma. 



Bibliografía:

VV.AA.- Historia de la filosofía a partir de los textos. ed.Edelvives, Zaragoza, 1988

dissabte, 18 de març del 2017

Platón (1)



I. El orden de los diálogos platónicos.


Siguiendo el orden establecido por E.Lledó el orden de los diálogos platónicos es el siguiente: .


1.- Época de Juventud (393-389 a.C): Apología, Ion, Critón, Protágoras, Laques, Trasímaco, Lisis, Cármides, Eutifrón.

Centro de atención: Problemas del arete. Discusiones conceptuales en busca de la precisión de ciertos términos. Preocupaciones éticas. No hay referencia alguna a la teoría de las Ideas. Socratismo. Justificación de Sócrates. La justicia en función de la muerte de Sócrates.


2.- Época de transición -(388-385 a.C): Gorgias, Menón, Eutidemo, Hipias Menor, Crátilo, Hipias Mayor,Menéxeno.

Centro de atención: Primer viaje a Sicilia (388-387 a.C). Platón tiene cuarenta años. A su regreso funda la Academia (387). Problemas políticos. Sócrates frente a los sofistas y,por tanto, frente a la democracia. Temas presocrático, sobre todo órfico-pitagóricos. Surge el tema de la preexistencia e inmortalidad del alma. Teoría lógica de los conceptos. Primeros esbozos de la teoría de las ideas. Análisis del lenguaje.


3.- Época de madurez (385-370 a.C): Banquete, Fedón, República, Fedro.
Centro de interés: Teoría de las ideas, base de la epistemo-logía platónica, de la ética y de la política. Organización del Estado. Teoría del amor. Grandes mitos platónicos. -


4.- Época de vejez (369-347 a.C): Teeteto, Parménides, Sofista, Político , Filebo, Timeo, Criticas, Leyes, Epinomis. Cartas (VII).
Centro de interés: -.Segundo viaje a Sicilia (367 a.C), Tercer viaje a Sicilia (361-360 a.C). Pierde interés la significación ontológica de la teoría de las Ideas, frente al aspecto lógico .'Abandono de cuestiones metafísicas. Creciente interés por lo real y por la historia.





1.- Problema general.


Platón (Aristocles) prosigue la obra de rehabilitación moral iniciada por Sócrates. Pero su reflexión filosófica no se agota en el campo del obrar, sino que se extiende a las esfera del ser (metafísica) y del saber (epistemología) . Platón recibe influencias de: a) Pitagóricos: acepta la dualidad antropológica y su teoría sobre le inmortalidad del alma. Interés por las matemáticas; b) Heráclito: la realidad sensible está en devenir (cambio) . c) Eléatas: las cualidades del ser (que es el objeto de la ciencia universal). d) Sofistas: interés antropológico. e) Sócrates: el método socrático había mostrado que hay verdades (valores universales), pero no había aclarado su fundamento.

¿Cómo compaginar la diversidad, la pluralidad, el devenir con aquello que tiene que ser, es decir, lo estable, lo inmutable. Lo sensible es lo múltiple, el ser, lo inmutable. El objeto concreto (ente) lo capto a través de los sentidos, pero que decir de las ideas o conceptos?. Existen diversas interpre-taciones de la relación entre realidad y conocimiento:

1) nominalismo radical: afirma que aquello que decimos "idea" no es más que una palabra. Lo dicho es puramente convencional, artificio, sir conexión sobre la verdadera naturaleza de las cosas. Ejemplo, decir perro,gato,árbol, etc., no es más que un expediente lingüístico para entendernos.

2) Conceptualismo: constata que la realidad no se halla fuera de nosotros, como quería Platón, que la única realidad está formada por individuos que percibimos a través de los sentidos, pero que entre ellos hay "características comunes" que nuestra inteligencia es capaz de separar mentalmente. 

3) Para Platón existe una contradicción entre el orden de lo sensible sometido al cambio al no-ser que en este campo es imposible la ciencia (universal y necesaria),y si esto fuera así, la concepción sofista tendría razón al afirmar el escepticismo en el orden epistémico y relativismo en el orden ético. Por tanto, debe existir otro orden de realidad que sea más real que este "mundo de sombras".


2. Los dos mundos.

La distinción entre realidad visible sujeta al cambio y una realidad invisible (no percibida por los sentidos), siempre inmutable,alude al radical dualismo entre el mundo sensible y el mundo inteligible (realidad ontológica). El primero es el mundo de las realidades particulares (la multiplicidad),el segundo es el mundo de la realidad en sí (lo inmutable), el mundo de las Ideas que sólo lo percibimos con el entendimiento, con "los ojos del alma" (República,533d). 



AC: representa las copias: "entiendo por copias, primeramente las sombras trasladadas, y en segundo lugar, las imágenes reflejadas en la superficie del agua y en todos los cuerpos que sean a la vez compactos, lisos y luminosos". 

CD: representa la realidad física, que captamos a través de los sentidos, la realidad natural y que se nos da en la percepción. 

AD: Este segmento constituye la sección de lo que es visible: El mundo de las apariencias.

DB: Es lo inteligible, que sólo es captado por el "ojo del alma" (nous)

DE: Este segmento supone un nivel superior de conocimiento, pues trata de lo inteligible, pero por decirlo así, no nos hemos despojado de todo lo sensible. Así, como el geómetra traza sus líneas primero en la mente y después en la superficie de una pizarra, así está quién posee este nivel de conocimiento. Lo sensible sirve para representar lo inteligible.

EB: Este nivel supone la visión intelectiva de los que las cosas son. Aquí, ya no es necesario lo sensible, si en el segmento anterior, "suponíamos" mediante lo sensible lo que son las osas, aquí ya no es necesario las hipótesis, sino que intuimos lo que verdaderamente son las cosas. Estamos en el dominio dialéctico.

Platón establece para cada segmento las siguientes operaciones del alma: La inteligencia,al más elevado; el pensamiento,al segundo;al tercero le da la creencia,y al último la imaginación;y pónlos en orden,considerando que cada uno de ellos participa tanto más de la claridad cuanto más participen de la verdad de los objetos a que se aplica. 


3. El mundo de las Ideas. 

Las Ideas son el soporte en la construcción platónica en el orden ontológico, las ideas constituyen los únicos objetos verdaderamente reales, en el plano epistemológico, son los objetos del conocimiento auténticamente tal y en plano ético, las ideas expresan valores(1).

La Idea en Platón expresa algo extramental, que tiene existencia objetiva (contra los sofistas).La Idea de Belleza, Verdad,etc., existen independientemente de lo que podamos decir de ellas. Las Ideas expresan el contenido del mundo inteligible. En su obra La República admite que existen ideas de carácter 'lógico, ético o estético (lo bello),incluso de objetos naturales (caballo, piedra, hombre, etc.). Así, en el mundo ideal que es el verdaderamente real, existe el caballo en sí, que en el orden sensible, no es más que una copia imperfecta. En el orden inteligible existe una pluralidad que se sustenta en la Idea de las ideas, la Idea de Bien(2), que expresa el fundamento y condición de posibilidad de las restantes ideas. En su diálogo Parménides revisará, la existencia de ideas de objetos naturales, rechazándolos por que admitir tales objetos ¿habría que presuponer que existen Ideas de barro, basura,etc. (Parménides 130c). 

¿Cuáles son los caracteres de las Ideas? Las Ideas son las causas de las cosas: las cosas bellas son tales porque imitan o participan de la Idea de Belleza. Las Ideas son entidades inmutables.Son simples, es decir, no se puede descomponer en su elementos primarios, no tienen partes. Son incondicionados y absolutos, es decir, su existencia no le viene de otro principio o Idea. 

En la República, el mundo inteligible estaba ocupado por multitud de Ideas que expresaban la multiplicidad del mundo sensible, sin embargo, existía un orden que se expresaba en la Idea de Bien que en la alegoría del mito de la caverna representaba al sol. Precisamente, esta multitud de Ideas hace que Platón acabe abandonándola por una estructura más abstracta que en su obra Sofista expresará a través de los cinco géneros del Ser: Ser-no-ser, cambio, quietud, mismidad y alteridad.La estructuración en "cinco géneros supremos de ser" no tiene como objetivo clarificar el universo sino de afinar la metodología que debe usar el filósofo-dialéctico y el filósofo-político. 


Notas:

(1) El problema de la metafísica -platonismo, diría Nietzsche-, se encuentra en el siguiente problema: Existe un orden de realidad -mundo de las ideas- que es superior al mundo de lo cotidiano -apariencias-. ¿Cómo sabe Platón que existe esta realidad y yo no? El problema se conoce como de autorreferencia. ¿Si el mundo de las ideas existe por sí mismo, por qué no debería existir el mundo de lo sensible, de lo cotidiano? ¿Qué diferencia existe para afirmar que el primero es válido y el segundo no? La respuesta es que esa realidad suprasensible -mundo de las ideas- es que "las condiciones de posibilidad del mundo material deben ser inmateriales" (R.Rorty, Ensayos sobre Heidegger y otros pensadores contemporáneos, ed.Paidós, pág.87). En otras palabras, porque Platón, Descartes, Hume, Kant, Hegel, Marx, Nietzsche, etc., afirman un incondicionado que no puede ser demostrado. Eso no significa que no tenga ninguna validez, ni sea interesante ver lo que dicen, pero no son la voz del oráculo, porque nuestras sociedades hay otras voces.

(2) La Idea de Bien, expresa lo Incondicionado, y en la actualidad se ha dado un gran impulso para acercanos a un Platón esotérico. Existiría una obra escrita no por Platón sino por sus discípulos en la Academia que expresaría lo incomunicable, se trata "Acerca del Bien". Según está obra, el Bien de la República recibía el nombre de "Uno", éste se contraponía a un segundo principio indeterminado e ilimitado que recibía el nombre de "Díada" o "Dualidad de grande y pequeño". La multiplicidad del mundo inteligible sería explicado por la participación de ambos principios. G.Reale.- Platón en búsqueda del saber secreto. ed.Herder