dilluns, 12 de setembre del 2016

Psicopolítica (IX)

9. El capitalismo de la emoción

En este capítulo se habla de la emoción como aquel resorte que la psicopolítica activa para mayor gloria del capitalismo triunfante.

Han se pregunta por la aparición de las emociones y sentimientos como centro de estudios e investigaciones científicas. Se cuestiona que las “investigaciones científicas sobre las emociones no reflexionen sobre su propia actividad”. Para enredar más el asunto, hay en este campo, una confusión terminológica notable, entre sentimientos, emociones o afectos.

Para Han “tanto el afecto como la emoción representan algo meramente subjetivo, mientras que el sentimiento indica algo objetivo”. Han desarrolla una “fenomenología de las emociones”(*).

Muestra de la nueva ola motivacional

Según Han, el sentimiento permite una narración, frente al “afecto o la emoción”. Afecto y emoción, son al decir de Han, propicias para la nueva etapa del capitalismo tardío. Así afirmará que “la comunicación digital facilita la repentina salida de afectos”. Siguiendo su fenomenología de los sentimientos, Han dirá que el “sentimiento es constatativo (tengo el sentimiento de que. La emoción es performativa. Remite a acciones. Además, es intencional y finalista”. Para Han, emociones y afecto pertenecen al ámbito de la “subjetividad”.

Han perfila en su “fenomenología de las emociones” las diferencias entre la sociedad sólida o disciplinar –sentimientos- y la sociedad líquida o postmoderna –emociones y afectos-.

Así, describe que “el sentimiento tiene otra temporalidad que la emoción. Permite una duración. Las emociones son esencialmente fugaces y más breves que los sentimientos (…). La emoción no se detiene. No hay una emoción de quietud”. Toda esta “fenomenología” quiere apuntalar su tesis, según la cual, “[E]l capitalismo de la emoción explota precisamente estas cualidades”.
Han introduce el concepto de “ambiente” para decir que “expresa un ser-así”. Una expresión con una buena dosis de ironía frente al ser-ahí, heideggeriano. Ese ámbito nos dice “no es ni intencional ni performativo”. (…). “Representa un estado de ánimo”.

El concepto de “ambiente”, resulta en exceso difuso. Si alguien dice que “en este lugar se respira paz”, la expresión no deja de ser una evaluación subjetiva. Puede suceder que por medio de nuestro entorno cultural podemos establecer asociaciones entre lugares y sentimientos.

Han crítica a Eva Illouz –Intimidades congeladas. Las emociones en el capitalismo-.Según él, la autora “no da ninguna respuesta a la pregunta de por qué los sentimientos experimentan una coyuntura semejante en los tiempos del capitalismo”.  Rechaza las tesis de Illouz, porque no responde a las actuales circunstancias del capitalismo tardío.



Le echa en cara que “no logra ver que la presente coyuntura de la emoción se debe, en última instancia, al neoliberalismo”. Este “presupone las emociones como recursos para incrementar la productividad y el rendimiento”. El modelo de Illouoz se retrotrae a la “sociología de Durkheim”, cosa que Han lo encuentra completamente inútil para dar explicación al capitalismo de consumo. Han afirma que en el actual contexto del capitalismo, el modelo de racionalidad aplicado a la producción se ha vuelto ineficiente y es preciso dar un paso más y éste se encuentra en el ámbito de las emociones. En frase lapidaria dirá que “el capitalismo de la emoción se sirve de la libertad”.




La economía neoliberal necesita de la “emocionalización” que supone la introducción de “inestabilidades”. Vivimos, al decir de Han en la “dictadura de las emoción”. El consumidor de hoy, consume fundamentalmente emociones, Y eso es así porque “se abre un nuevo campo de consumo con carácter infinito”. Si en el pasado, el Big Brother sólo podía disciplinar el cuerpo, ahora en la etapa del Big Data, se trata de disciplinar el alma, a través de las emociones. Este proceso apela a “un nivel prerreflexivo, semiinconsciente”. Se trata de motivar. Este nuevo dispositivo en el instrumento del nuevo poder psicopolítico.

(*) Para comprender mejor ese laberinto de los sentimientos, emociones, véase, J.A.Marina y Marisa López Penas, Diccionario de los sentimientos, ed.Círculo de Lectores, Barcelona, 1999. 

Byung-Chul Han. Psicopolítica. Pensamiento Herder. Ed. Herder. Barcelona,2014.

divendres, 9 de setembre del 2016

Psicopolítica (VIII)

8. El Big Brother amable*


Siguiendo con el análisis del libro de Byung-Chul Han, Psicopo-lítica, en el capítulo 8, tiene el explícito título de “El Big Brother amable”.

El capítulo hace una analogía entre el texto de Orwell, 1984 y la nueva forma de control social que es el Big Data. Si en 1984, la “Neolengua -Miniver, Minipax, Minimor y Minindantia.” tiene como objetivo reducir el espacio del pensamiento, eliminando de paso el concepto de libertad, en el actual Big Data, lo que se hace es incrementar ese espacio. El mundo de Orwell, está atado al mundo sólido, de la Guerra Fría, y la “negatividad de la hostilidad”. Había una frontera, los nuestros y los otros.

Si Orwell, pinta una distopia poco seductora del futuro, en la actualidad, el Big Data – Panóptico digital- se disfraza de positividad. Todas las prótesis digitales tienen como objetivo seducir, sea “el smartphone y las Google Glass, en las que domina la apariencia de la libertad y la comunicación ilimitada”. Como dice Han, con cierta gracia, “Aquí no se tortura, sino que se tuitea o postea”. En esta nueva era, no hay una habitación donde el Winston Smith, sea torturado por el O'Brien de turno, para arrancarle una confesión, que por otra parte, no importa. Se trataba de disciplinar, si no el alma, si el cuerpo. Ahora en esta etapa posmoderna, “el poder no consiste  en el control del pasado, sino en el control psicopolítico del futuro”. Aspira a disciplinar el alma, a través de la seducción.



Han nos anuncia una transformación en el orden del control social. El peso de la confesión arrancada en la sesión de tortura, ahora es substituida por la sesión del “panóptico digital”, sea Facebook, o cualquier plataforma digital, nos desnudamos delante de todos para explicar todos nuestros secretos, aunque estos seas risibles. De ahí que, el nuevo Big Brother, tenga “un aspecto amable”. Si la tortura era un calvario para todos, pues, la información extraída, en tales circunstancias era poco fiable, excesivamente costosa y poco significativa, ahora, los ciudadanos de esta posmodernidad, se sienten tan libres que no paran de hablar, de contarnos sus secretos a los cuatro vientos digitales.


El texto acaba con una interesante comparación acerca del año 1984.El texto de Orwell 1984, fue escrito en 1949. “Apple Computer introducirá Macintosh. Y veras por qué 1984 no será como 1984”. Como dice Han, “el año 1984 no marca el fin del Estado vigilante de Orwell, sino el comienzo de una nueva sociedad de control que lo supera con creces en eficiencia”. El dispositivo panóptico que J.Bentham imagino suponía una arquitectura en el que el prisionero era encerrado contra su voluntad, ahora, ese dispositivo es el propio sujeto que alegremente se sumerge en él.




* Byung-Chul Han. Psicopolítica. Pensamiento Hercer. Ed. Herder, Barcelona, 2014.