Nos hemos levantado pronto y sobre las 7h hemos ido a desayunar al “Bristo Café”. Un croissant relleno de jamón dulce y queso calentado al instante, y además una tarrina de trozos de fruta junto al clásico “regular coffee” ha sido el desayuno que he tomado. Después para hacer la digestión nos hemos dado otra larga caminata hasta llegar a la calle 42 junto a la 10ª Avenida. Allí, justo a lado del consulado chino había unos cuantos manifestantes sentados en la acera de enfrenta manifestándose a favor de la secta Falun Gong.
El lugar de destino era el embarcadero (pier) 83. Allí nos esperaba el Sightseeing Cruiser Cicle Line. A las 10h ha zarpado rumbo a la circunvalación de la isla de Manhattan. El recorrido ha sido de unas 3 horas. Excesivo. Seguramente, con una hora hubiera sido suficiente para ver lo más turístico de Manhattan. La dirección tomada iba en dirección a la Estatua de la Libertad y después pasando por el puente de Brooklyn se adentraba por Manhattan pasando por todos los tuneles, Queensboro, River y Triboro Bridge, etc., hasta que hemos virado hacia la izquierda en dirección al Hudson. Hemos pasado por el monumental puente de George Washington que conecta la isla de Manhattan con New Jersey hasta volver al punto de origen. El recorrido expresa los abismos entre los grandes edificios para fotografías y las zonas donde se acumulan rascacielos construidos para la gente sin recursos, los denominados “proyectos” –protección oficial-, de los que ha hablado con conocimiento de causa Richard Sennet en su libro “La corrosión del carácter”. En esos proyectos convertidos en edificios colmenas los hay a cientos, desgastados por el tiempo y la degradación y la falta de mantenimiento. Los bloques eran de todas las medidas en la zona que desde la orilla se dejaban ver. La impresión que dejaba era desconsoladora. Si en su momento el polígono de viviendas de Badia del Vallès parecía un desaguisado urbanístico, los que se ven en buena parte del recorrido en una descomunal Badia neoyorquina, y demuestra en el fondo que todo es relativo, porque visto desde una cierta perspectiva, Badia del Vallès resulta en comparación un centro residencial de primera.
Después del recorrido turístico nos hemos puesto en marcha en busca de un restaurante para comer. Hemos encontrado uno con una decoración sobria y moderna, éramos los únicos clientes. Cuando nos hemos marchado no había entrado ningún cliente más. La comida era discreta. El local es reciente y está en la 10ª Avenida nº 596 y las calle 43. He buscado el local en el Google pero sale otra cosa. Está claro que la lucha por la supervivencia es difícil. Mucho ha de mejorar la cocina de este restaurante para poder subsistir, a pesar que lo que hacían es muy semejante a los restaurantes que vimos. Justo al lado había restaurantes con más sabor americano y en estos había más gente.
Nos hemos dirigido hacia el hotel, hemos descansado un rato y al tajo turístico. Hemos salido hacia la tienda de Appel. Hemos comprado un Ipod. Nos han atendido rápidamente a pesar del gentío que había manoseando el nuevo icono de la posmodernidad los i. Después hemos ido al Moma, era el día del visitante, había tanta gente ávida de cultura que asombra. Por supuesto, no hemos podido ver nada. Como un ritual, he comprado postales y una camiseta con un distintivo muy discreto de NY. Después hemos ido a recoger los bocadillos, de nuestro local amigo Bistro, para mañana cuando vayamos a Washington. Ahora nos encaminamos a cenar. Son las 19.20h y estamos cansados, habría que decir agotados. Me siento como Rambo y sus piernas. Afortunadamente, el calor, habría que decir, la ola de calor parece que ha remitido, es un alivio saberlo, pues, mañana el día será larguísimo. Hemos callejeado por los aledaños del hotel y hemos recalado en un restaurante italianizante. El local es pequeño pero está muy conseguida la distribución de las mesas. El restaurante se llama “Lasagna Ristorante” y se encuentra en el 940 de la 2ª Avenida con la calle 50. La cena estaba bien, pero siempre ponen más de lo necesario. Después hemos vuelto al hotel, habrá que madrugar, nos espera la capital del mundo, Washington.