Erase una vez un país que se llamaba Somalia y que hoy existe en los atlas geográficos, pero que no existe en el orden político internacional. Su inexistencia ha sido ocupado por señores de la guerra y un gobierno que no gobierna nada. En ese escenario, los países occidentales, han pensado que era una buena idea aprovechar el espacio marítimo de un país al borde de la desaparición. Los antiguos pescadores se han reconvertido en piratas que abordan a buques que intentan pescar en aguas revueltas y el resultado de todo ese cúmulo de fracasos propios y ajenos ha llevado a la Alakrana ha ser rehén de esos piratas.
Los responsables europeos en temas pesqueros deberían haber puesto más énfasis en la prohibición de acercarse a mares turbulentos como los somalíes. Sin embargo, los pesqueros haciendo oídos sordos se lanzan a la captura del atún para acabar siendo ellos pescados. ¿Hay responsables?
Por supuesto, los pescadores deben estar pasando un verdadero calvario que se prolonga ya demasiados días, 37 en concreto. Se nos dice que los gobiernos español y somalí tratan de establecer puentes con los secuestradores para que finalmente puedan ser liberados. Sin embargo, hay tres piratas marítimos detenidos y llevados a España para ser juzgados. Se pide ahora por parte de los secuestradores su liberación para poder llevar a cabo la liberación de los pescadores españoles.
Los armadores piden nada menos que se lleve a fuerzas del ejercito para realizar actividades privadas. ¿No es un disparate? Se ha llegado a un acuerdo según el cual, podrán llevar protección pero de carácter civil, a través de empresas de seguridad. ¿No sería más sensato dejar un escenario tan peligroso como éste?. ¿No es más importante la seguridad de los trabajadores del mar, que el potencial beneficio de las capturas? Sería una infamia que sólo se pensara en la segunda opción.
¿Y el gobierno español que hace? Según algunos responsables del PP no hacen nada. La ministra de defensa, la Sra. Carmen Chacón ha declarado que están abiertas todas las opciones, incluso, la opción militar. ¿Normal, no? Pero, ¿qué hace el presidente del gobierno, el Sr.Zapatero? La percepción que se tiene es que está incomodo con este asunto. Hubiera querido que se solucionara como ha ocurrido en otros casos, pagando un rescate. Pero en este caso, las cosas al parecer se han torcido.
¿No debería salir a la palestra y explicar a la ciudadanía lo que piensan hacer? Sin embargo, en estos casos donde hay vidas en juego, la cautela es necesaria, pero ¿el silencio debe ser tomado como cautela o desconcierto? Desgraciadamente, deberemos seguir atentos a los acontecimientos y esperar que todo acabe de la mejor manera posible para los secuestrados.