dilluns, 10 d’abril del 2023

Barça-Girona: Empat valuós per l'equip visitant

 


Partit ensopit, sense masses oportunitats, un Barça lent i espès contra un Girona que a mesura que passava el temps començava a creure. Un valuós punt que treu del Camp Nou, que consolida la possibilitat de permanència i un Barça que ara té 13 punt per sobre del R.Madrid. Un horari absurd per satisfer l'interés de les televisions. La Lliga sembla més que mai del Barça, malgrat que no acaba de jugar com els aficionats voldriem. 

Obituari: Fernando Sánchez Dragó (1936-2023)

 


(1936-2023) 


Nadie escapa al encuentro con la muerte. Tampoco Sánchez Dragó, aunque por las noticias que aparecen, hoy no la esperaba. Nunca es un buen momento. Más allá de su capacidad transformadora y adaptativa, como casi todo el mundo, queda su obra literaria. Destaca por su idiosincrasia hispánica, que aparece en su obra Gárgoris y Habidis. Una historia mágica de España*. Una obra total, donde se mezclan, antropología y geografía, mitos y leyendas, realidad y ficción, en una mezcolanza, es decir, un crisol, donde surge de manera contradictoria, esa realidad denominada iberia. Donde lo diverso y herético lucha contra la ortodoxia, y donde Fernando Sánchez Dragó nos hizo descubrir un mundo -mágico- que se encontraba al otro lado de la carretera. ¿Qué valor histórico mantiene aún la obra? Como todo, su veracidad tropieza con los datos históricos, y sin embargo, el despliegue de hipótesis descabelladas, sus heréticas afirmaciones, siguen siendo lo mejor de una obra que nos deslumbró como un fogonazo en medio de la oscuridad. Posiblemente, sea la primera obra fake news de 1978. Ahí queda eso!

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(...) "Mi libro crece a partir de esta encrucijada o combinación de hechos extraños y fórmulas dubitativas, unos y otras manejados con la técnica de la libre asociación. Para empalmar o interpretar los elementos del rompecabezas no he vacilado en recurrir a símbolos, corazonadas, imágenes oníricas, ecuaciones diofánticas, loterías, certidumbres, figuras de cera, anábasis, naufragios, estados febriles, vivaques neolíticos, teosofías, odiseas, visiones de infancia, cultura de bachiller y hasta magias agridulces más o menos de importación." (I, pág.23)

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"(...) Habidis promulgó esas leyes en el Andalus y Moisés las recibió en la iniciación hermética que a su vez habían recibido los sacerdotes egipcios de los atlantes. Capítulos, pues, de una cadena esotérica que inexorablemente se muerde el rabo. Los diez mandamientos, por otra parte, constituyen un código arquetípico de comportamiento y pueden nacer por generación espontánea en el seno de cualquier colectividad humana. Exigirles transmisión verbal es meticulosamente de perogrullo*". (I, pág.124)


Recomanacions musicals

 







dijous, 6 d’abril del 2023

Reseña: La sociedad del desconocimiento (II)

Daniel Innerarity, La sociedad del desconocimiento, Galaxia Gutenberg. 2ª ed. Barcelona, 2022.




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Epistemocracia: arrogantes y crédulos


Si en el orden político la distinción derecha e izquierda se sigue utilizando, a pesar de la indistinción de las políticas económicas, en el orden del conocimiento Innerarity contrapone a “arrogantes contra crédulos, a quienes confían demasiado en el saber frente a quienes confían demasiado poco en él y se creen cualquier cosa” (pág.87). Toda una constelación de discursos “mágicos” –negacionismos, teorías conspiratorias, escepticismo- se enfrentan a un modelo de saber que está en crisis. Innerarity ve su origen en la “epistemologización de lo político” (pág.87).

La sociedad del conocimiento utiliza se basa en el saber, que aplica a la tecnología, al crecimiento económico, y ahora a la política (pág.87). Los gobiernos utilizan el prestigio de la ciencia para diseñar sus políticas, los cantos de sirena de los expertos, datos y certezas pretenden legitimar la acción de los gobiernos. ¿Quién puede oponerse a la avalancha de cifras y datos? En el horizonte se pretende difuminar el  debate político, la deliberación o confrontación dialéctica, por el  dictamen experto, inapelable por ser exacto y neutro. Sin embargo, es precisamente este enfoque el que nuestro autor pone en cuestión.

Según Innerarity, “la epistemocracia estaría guiada por la creencia de que muchos problemas sociales y políticos sólo se pueden resolver cuando se entienden como problemas de conocimiento”  (pág.88). 

La epistemocracia pretende disolver la política que en democracia, supone participación, diálogo, debate, mayorías y minorías, responsabilidad, valores. Como bien dice nuestro autor, “detrás de todo ello está la suposición de que hay un camino directo que va de la evidencia a la política correcta. Curiosamente, hay reminiscencias platónicas, cuando se apela al saber de los que saben, pues, sólo ellos, son capaces de saber lo que mejor nos conviene.

En el modelo epistemocrático, los ejes centrales no son la justicia o la igualdad, sino lo verdadero y lo falso. Se puede tener conocimientos, pero eso, no supone implementar buenas políticas. La existencia de los expertos, no ha resuelto, los problemas que suscitó la crisis del 2008 o las disputas entre experto a causa de la pandemia. Por momentos, en el caso de la pandemia, muchos expertos se arrogasen el papel de gobernantes ante la docilidad de nuestros gobernantes. Como afirma Innerarity, “la democracia no tiene por objetivo alcanzar la verdad (aunque muchos ciudadanos así lo piensen y muchos políticos así lo digan), sino decidir con la contribución de toda la ciudadanía sobre la base de que nadie –mayoría triunfante, élite privilegiada o pueblo incontaminado- tiene un acceso privilegiado a la objetividad que nos ahorre el largo camino de la discusión pública” (pág.90-1).

En democracia, el conocimiento experto, no determina de manera inequívoca el plan de acción a desarrollar. Si así fuera, ¿qué sentido tendría la política? La política no puede ignorar el conocimiento, pero debe conjugarse con una multiplicidad de intereses en juego, y la acción política debe llevarla a cabo teniendo en cuenta el interés de la sociedad. 

El conocimiento científico, ha posibilitado la vacuna del Covid-19 en tiempo record. Pero, también ha generado controversias en la comunidad científica. Estas controversias, son producto, de lo que Innerarity denomina “sociedad del desconocimiento”. Cada avance implica abrir brechas de ignorancia, que hay que saber gestionar. Sabemos muchas cosas, pero, también somos más conscientes de la amplitud de nuestra ignorancia. Criticar a los expertos, no supone inmediatamente entrar en el terreno de lo irracional. Como dice el autor: “Tan absurdo sería no tomar en consideración el saber científico disponible como dejar de explorar las opciones que ese saber permite” (pág.93).

Las explicaciones alternativas, son producto de la desconfianza que produce la alianza entre el poder político y la ciencia, pues, “la política que se entiende sin alternativa provoca hechos alternativos” (pág.93). Innerarity sostiene que frente al negacionismo, sea del cambio climático, o lo sucedido en la pandemia, no es tanto, apelar a la verdad, sino en “repolitizar los conflictos y permitir una articulación entre los hechos y las decisiones  que no sea vista como una imposición, sino como un ejercicio de libertad” (pág.93). La política no puede ser el brazo ejecutor de los designios de los científicos. Precisamente, porque la comunidad científica también está llena de controversias y opiniones dispares. 

La solución a este negacionismo pasa por más conocimiento, debate social y político, supone la participación de la sociedad  de los “tertulianos”, que no son expertos en determinadas cuestiones, pero que pueden opinar como ciudadanos. Nadie puede ser experto en todo, la división del conocimiento es de tal calibre que todos somos “crédulos” en el terreno del saber experto. Innerarity reivindica lo que las sociedades democráticas puede hacer en este debate, pues, “cuando está bien diseñada –las instituciones- y es viva su cultura política, puede permitirse el lujo del ensayo y el error, llegando incluso a sobrevivir a la incompetencia de los representantes y a la irracionalidad  de la gente” (pág.95).

Sería deseable no poner a prueba esa combinación  -incompetencia e irracionalidad-, entre otras cosas, porque las instituciones, también son afectadas por dicha combinación. Las derivadas del “autoritarismo posdemocrático” (Josep Ramoneda), podrían poner en tela de juicio a la misma idea de democracia.