dimecres, 4 de setembre del 2019

Recomendaciones literarias: Andreu Martín


Ressenya*:

Andreu Martín, Tothom et recordarà. Crims.cat, Alrevés, Barcelona, 2019.




Tinc la sensació que el llibre no acaba de funcionar. Hi ha suspens, amor i odïs, rivalitats policials, personatges ben perfilats i d’altres una mica plans. Hi ha certa sensació de precipitació. Pot ser que tot això sigui producte d’una falsa impressió.

Hi ha una mena de poema que un dels personatges ha escrit que es clau en la trama de la novel·la. Diu així:

L’Espantall és un esquelet de mentida,
d’ossos de fusta,
que fa por de broma,
com el cargol que s’amaga a casa
i es converteix en pedra morta,
mort d’anada i tornada,
la seguretat que confereix
negar-te a tu mateix.
(...)
Home de Llauna sense cor,
resistent, invulnerable,
fort perquè és mort,
mort perquè no té cor...
(...)
La vida és un acte de covardia.
El Lleó Covard
té por de la por,
i per fugir,
es posa sota les faldilles
de la Mort,
La Mort el protegeix
i el conserva viu “(pags.285-6)

Pot ser que la rivalitat entre policies, estatal i autonòmica sigui inquietant per la ciutadania que no coneix gaire aquesta realitat, dins del context actual. Desprès dels atemptats del 17 d’agost del 2017 la sensació que allò no pot tornar a passar, ens deixa la sensació de què si pot tornar-hi. Per exemple: “(...) Aquest divendres, cent vint dies exactes desprès de l’atemptat de les Rambles, tants vehicles policials baixant a tota velocitat per aquest carrer tenen una significació que no tenia mesos enrere (...) (pàg.158).

Hi ha un triangle amorós força estrany, entre els tres personatges del drama, Ortuño, Abduh Fayad i Leire Alfaro. Hi ha preparatius per un altre atemptat desprès dels de la Rambla de fa quatre de mesos. Hi ha operacions policials engegades, vigilància, un imam El-Taweel que vol culminar una acció impossible oblidar. Així que la trama fa angunia pensar-hi, perquè aquest terrorisme de caire gihadista s’han fa difícil de acceptar-ho.

La descripció innocent del moment pot revelar tota una visió sociològica de la societat: “Falten pocs minuts per a les sis. El carrer és ple de gent ociosa, homes amb les mans a les butxaques que miren distrets a una banda i a l’altra, sense interès per res concret, o dones que caminen amunt i avall, comptant les passes, intercanviant alguna paraula o bé saludant algun desconegut per si el poder ajuda d’alguna manera. Ells poden ser amics de les noies, que procuren que treballin, que no es distreguin, que coneguin gent i que ningú no els faci mal; o bé camells que esperen que algú els demani alguna substància estimulant o relaxant; o bé morts vivents necessitats de substàncies essencials per a la vida i sense prou diners per pagar-se-les; o bé homes molt vius atents a qualsevol bossa oberta, o cartera o motxilla o equip fotogràfic descuidats. També hi ha individus distretament i discretament vigilants que potser tenen la missió de cridar “Aigua!” si s’apropa alguna presència inoportuna; o policies de caçadora de cuir negra encarregats d’evitar que tots els anteriors se surtin amb la seva” (pàg.155-6)

Hi una imatge que a partir d’ara veure amb altres ulls, el “el carro dels pallassos” (pàg.270), així ho anomena la Piaggio Porter, el vehicle de neteja elèctric – del ajuntament-, que funciona como model “sostenible” del mediambiental. Aquest és el vehicle que els terroristes volien fer servir per el atemptat, pot passar tranquil·lament per les pilones de seguretat després del atentats de les Rambles. És una imatge inquietant.

La novel·la es formalment molt correcta, l’ofici de Andreu Martín, es indiscutible, però no és la millor obra de l’autor.  En la novel·la és disposa de dos nivells, hi uns informes de la policia, i la resta del text que explica la història dels personatges. Una novel·la que vol ser testimoni i homenatge a les víctimes dels atentats de la Rambla i Cambrils.


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["Tengo la sensación de que el libro no acaba de funcionar. Hay suspense, amor y odios, rivalidades policiales, personajes bien perfilados y otros un poco planos. Hay cierta sensación de precipitación. Puede que todo esto sea producto de una falsa impresión.


Hay una especie de poema que uno de los personajes ha escrito, y que es clave en la trama de la novela. Dice así:

El espantapájaros  es un esqueleto de mentira,
de huesos de madera,
que da miedo de broma,
como el caracol que se esconde en casa
y se convierte en piedra muerta,
muerte de ida y vuelta,
la seguridad que confiere
negarte a ti mismo.

(...)

Hombre de Hojalata sin corazón,
resistente, invulnerable,
fuerte porque está muerto,
muerte porque no tiene corazón ...

(...)

La vida es un acto de cobardía.
El León Cobarde
tiene miedo del miedo,
y por huir,
se pone bajo las faldas
de la Muerte,
La Muerte lo protege
y lo conserva vivo "(pags.285-6)

Puede que la rivalidad entre policías, estatal y autonómica sea inquietante para la ciudadanía que no conoce mucho esta realidad, dentro del contexto actual. Después de los atentados del 17 de agosto de 2017 la sensación de que aquello no puede volver a pasar, nos deja la sensación de que sí puede volver. Por ejemplo: "(...) Este viernes, ciento veinte días exactos después del atentado de las Ramblas, tantos vehículos policiales bajando a toda velocidad por esta calle tienen una significación que no tenía meses atrás (...) (pág .158).

Hay un triángulo amoroso bastante extraño, entre los tres personajes del drama, Ortuño, Abduh Fayad y Leire Alfaro. Hay preparativos para otro atentado después de los de la Rambla de hace cuatro meses. Hay operaciones policiales puestas en marcha, vigilancia, un imán El-Taweel que quiere culminar una acción imposible olvidar. Así que la trama hace angustia pensar en ella, porque este terrorismo de carácter yihadista se nos  hace difícil de aceptarlo.

La descripción inocente del momento puede revelar toda una visión sociológica de la sociedad: "Faltan pocos minutos para las seis. La calle está lleno de gente ociosa, hombres con las manos en los bolsillos que miran distraídos a un lado y al otro, sin interés por nada concreto, o mujeres que caminan arriba y abajo, contando los pasos, intercambiando alguna palabra o saludando algún desconocido por sí le pueden ayudar de alguna manera. Ellos pueden ser amigos de las chicas, que procuran que trabajen, que no se distraigan, que conozcan gente y que nadie les haga daño; o bien camellos que esperan que alguien les pida alguna sustancia estimulante o relajante; o bien muertos vivientes necesitados de sustancias esenciales para la vida y sin suficiente dinero para pagársela; o bien hombres muy vivos atentos a cualquier bolsa abierta, o cartera o mochila o equipo fotográfico descuidados. También hay individuos inadvertidamente y discretamente vigilantes que quizás tienen la misión de gritar "¡Agua!" Si se acerca alguna presencia inoportuna; o policías de cazadora de cuero negra encargados de evitar que todos los anteriores se salgan con la suya "(pàg.155-6)

Hay una imagen que a partir de ahora veré con otros ojos, el "el carro de los payasos" (pàg.270), así la llaman a la Piaggio Porter, el vehículo de limpieza eléctrico - del ayuntamiento-, que funciona como modelo "sostenible" del medioambiental. Éste es el vehículo que los terroristas querían utilizar para el atentado, puede pasar tranquilamente por los pilones de seguridad tras el atentados de las Ramblas. Es una imagen inquietante.

La novela se formalmente muy correcta, el oficio de Andreu Martín, es indiscutible, pero no es la mejor obra del autor. En la novela se dispone de dos niveles, hay unos informes de la policía, y el resto del texto que explica la historia de los personajes. Una novela que quiere ser testigo y homenaje a las víctimas de los atentados de la Rambla y Cambrils".]




* L'objectiu d'aquesta ressenya és la lectura del llibre.

dilluns, 26 d’agost del 2019

Barcelona y las ventanas rotas

Barcelona ciudad sin ley, ese sería el mensaje que estas últimas semanas se ha podido detectar en los medios de comunicación, especialmente de Madrid.



Asesinatos, violaciones en grupo, robos con fuerza a los turistas, toda una panoplia de conductas criminales, adornan una de las ciudades más visitadas del mundo. 

Recuerden que el mes de agosto empezó con un despliegue sin precedentes contra los manteros, que al parecer eran la causa de todos los males de la ciudad. El responsable de Seguridad, Albert Batlle, antiguo Director de los Mossos d’Esquadra y hoy responsable de la Policía Municipal de Barcelona, se le ha llenado la boca de mensajes sobre la seguridad, percepción de la seguridad ciudadana, para concluir que Barcelona es casi un fortín. O sea, un despropósito. 


Albert Batlle, y Manuel Valls debe conocer a William Bratton, el antiguo jefe de policía de la ciudad de Nueva York, que aplicó la famosa tesis de la “tolerancia cero” a los delitos. La ideología punitiva la compran al precio del olvido de otras opciones. La Alcaldesa, Colau, ha traspasado la Seguridad al PSC y Valls. Esa ideología punitiva se ha ido adaptando  a las particularidades de cada país. El enfoque siempre es el mismo. La “tolerancia cero” tiene un su base la teoría de las ventanas rotas, el experimento llevado a cabo por Philip Zimbardo, en 1969, fue dejar que un vehículo abandonado, puertas abiertas incluidas, en el Bronx, para comprobar lo que sucedía con él. El resultado fue, naturalmente, que al cabo de 10’ empezaron a robar sus componente y tres días más tarde el coche no quedaba nada útil que vender, posteriormente empezaron a destruirlo. Posteriormente, James Wilson y George Kelling, elaboraron dicha teoría. 



¿Qué enseñanza se obtiene de la teoría de las ventanas rotas? Que la respuesta incívica es contagiosa y ha de ser atajada de manera inmediata y contundente. De lo contrario, esas conductas incívicas se extenderán como la pólvora entre la ciudadanía. Es característico en estas tesis, la desaparición de causas sociales para transformarse en causas psicológicas y morales. 

Adam Crawford, al hablar sobre el concepto de “tolerancia cero”, nos dice lo siguiente:

“ (…). En realidad, sería más exacto describir las formas de actividad policial realizada en nombre de la “tolerancia cero” como estrategias de “intolerancia selectiva”.(Citado, por Loïc Wacquant, Las cárceles de la miseria, Ediciones Manantial, Bueno Aires, 2004, trad. Horacio Pons, pág.17)

Se persigue a los manteros, “intolerancia selectiva”, pero el resto de acciones punible se dejan en el olvido, ya sean, alquileres vacacionales, infracción de contratos, retrasos en los servicios públicos, etc. Es más fácil focalizar la musculatura del Estado, el Ayuntamiento es también Estado, que dar soluciones que vayan más allá de la receta de siempre: criminalizar a los pobres.