En esto últimos tiempos todo tiende a la confusión. Ahora mismo, en Trípoli (Libia) se está jugando las últimas cartas de la dictadura de Gadafi. Las últimas informaciones -confusas- es que las "fuerzas rebeldes" están en el complejo de Gadafi.
Vivimos en la era de las telecomunicaciones, pero, precisamente está instantaneidad, degrada el presente, logrando una incertidumbre asombrosa. Unas "fuerzas rebeldes" que no se sabe a ciencia cierta que quieren realmente y el Consejo Nacional Transitorio, que se ha autodeclarado portavoz de la "oposición". El tiempo dirá a dónde pueden llevar al país.
Los países occidentales, han jugado un "papel confuso", como casi siempre. El tiempo ha acabado por ser enemigo de Gadafi. Un país rico en -gas y petróleo- al que ahora las potencias occidentales quieren "ayudar".
El precio de la libertad es caro. El ejemplo de Libia lo demuestra. Aún no han encontrado al dictador. Ha pasado, como siempre pasa, de ser el líder carismático a sátrapa sanguinario. La diferencia está en la correlación de fuerzas. Occidente, tiene facilidad para hablar con todos los sátrapas de turno. Gadafi, ha caído víctima de su propia megalomanía y al esfuerzo de miles de personas que han perdido la vida de forma anónima.
Lo que suceda en las próximas horas y días nos dirá hacia donde se dirige Libia. No soy adivino, y no quiero hacer conjeturas. El destino de Gadafi nos dirá mucho sobre lo que hay que esperar de Libia y sus "posibles dirigentes".
Dentro de unas horas todo lo dicho será blog-mojado. Así que, habrá que esperar a lo que suceda en las próximas horas.