Los partidos políticos se hallan en el ojo del huracán que ellos mismos se empeñan en seguir adelante. El ejemplo del PSC nos muestran que su afán regenerador en nulo. En la fotografía recientísima (2013) se ve a uno de los acusados y sentenciados por el caso Filesa (1995-1997). Todo el mundo tiene derecho a rehabilitarse, pero los partidos políticos no pueden pedirnos honestidad cuando ellos mismos no son capaces de regeneración democrática. El caso Filesa parece hoy como un juego inocente en comparación con el caso Bárcenas que afecta a todo el PP. ¡ Por favor, que nadie nos de lecciones de honestidad ni nada parecido !