“Zizek habla de este suceso –Doctor Zivago, los extras cantando La Internacional, en pleno franquismo- como uno de esos momentos “mágicos de libertad ilusoria”. (…) los que consideramos que son momentos de libertad, nos lo parecen en realidad por la emoción que proyectamos en ellos y la ilusión que nos producen ciertos acontecimientos, pero no porque sea real la libertad que creemos disfrutar durante esos instantes”(pág.77)*.
No puedo evitar pensar que esos momentos “mágicos de libertad ilusoria” le vienen como anillo al dedo, hoy 1-O. Porqué lo que sucedió fue la mayor resistencia cívica contra el estado. Un estado que había prohibido el referédum y una sociedad –una parte de ella- salió a la calle para votar. Efectivamente, fue un domingo mágico de libertad, de solidaridad con otros votantes que habíamos asistido a votar, a pesar de las noticias de cargas policiales indiscriminadas.
Carnaval en Barcelona
Esos momentos mágicos, no deberían subestimarse. Es cierto, hoy, no estamos mejor que hace un año, pero lo que sucedido el 1-O de 2017, tiene un potencial difícil de precisar. Solo el tiempo lo dirá. El gobierno del PP fracaso y con él todos los aparatos del estado. La revancha es miserable y solo contribuye a la desafección. No sé si eso era lo que querían.
*Federico Aznar Fernández-Montesinos, La posverdad y la seguridad nacional, Claves de Razón Práctica, nº 260. Septiembre/ octubre 2018