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dimarts, 13 de juny del 2023

Reseña: Infocracia. La digitalización y la crisis de la democracia (II)

 Reseña:




El segundo capítulo del libro  lleva por título Infocracia. Veámoslo con detenimiento.


Infocracia es el sistema por el cual la digitalización y la información corroen el espacio público dando lugar a un debilitamiento de la democracia. Nombra a Habermas y su "Historia y crítica de la opinión pública*", donde se puede leer lo siguiente: " Con un público lector general, compuesto principalmente por los ciudadanos urbanos y la burguesía, y que se extiende más allá de la república de los sabios (...), se forma una red relativamente densa de comunicación pública, por así decirlo, desde el centro de la esfera privada" (pág.26). La aparición de la televisión, cambia el modelo de la esfera pública. El espectador se convierte en alguien pasivo, se introduce la "mediocracia" (pág.27). Este proceso no solo se ha extendido sino que se ha infiltrado de tal manera que la televisión ha modelado el debate público. La teatrocracia (pág.28) convierte en espectáculo, cualquier debate político y los políticos se transmutan en actores que deben dar la talla en la pantalla. Los argumentos en los debates son sustituidos por perfomance (pág.29). La gesticulación se adueña de los debates políticos, se pierde el mensaje y la sustancia de la política. El formato televisivo genera la necesidad de noticias breves: "En la era de la televisión, la noticia breve se convierte en la unidad básica de información en los medios impresos." (pág.29). Incluso la radio ha caído bajo el influjo de este modelo de banalización a través de la industria musical.

Han establece un sugestivo paralelismo ente dominación y su visualización. Se remonta a Platón y su famosa alegoría de la caverna**. Al decir de Han: "La pantalla arcaica de Platón ilustra el "dominio de los mitos" (pág.30). 

Las sombras de la alegoría de la caverna de Platón (514a-516a), son sustituidas con provecho en la visión distópica de Orwell*** y su telescreen (pág.30). Esas pantallas tienen como objeto la propaganda y el adoctrinamiento. Siempre está emitiendo y vigilando. Nadie puede desconectarlas. Se hacen rituales para dar salida al odio dirigido contra los enemigos del estado. Todos saben que deben actuar con entusiasmo, la pasividad es indicio de subversión. 

En el modelo de la telecracia (pág.30) la televisión entra voluntariamente en las casas. Del control y vigilancia se pasa al entretenimiento y la adicción a los programas favoritos. La dominación se hace amable. Han establece la comparación entre Orwell y su 1984 y Huxley**** y "Un mundo feliz". En esta distopía, el control se realiza a través del placer. Han puede afirmar que "Un mundo feliz, de Huxley, está en muchos aspectos más cerca de nuestro presente que el estado de vigilancia de Orwell. Es una sociedad paliativa. El dolor está mal visto. Incluso los sentimientos intensos son reprimidos. Todos los deseos y todas las necesidades deben ser satisfechos de inmediato" (pág.31). Si la telecracia es el modelo de la sociedad sólida -sociedad surgida de la Segunda Guerra Mundial hasta 1989-, Ahora ha sido substituida por la touchscreen (pág.32). El nuevo medio se llama smartphone. Este medio permite que las "personas ya no son espectadores pasivos que se rinden a la diversión. Todas ellas son emisores activos. Están constantemente produciendo y consumiendo información. (...) La fórmula de sometimiento del régimen de la información es: nos comunicamos hasta morir" (pág.32).