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diumenge, 15 d’abril del 2012

Accidente real


Si he de creer en las informaciones que nos suministran los medios de comunicación, los únicos problemas que existen, son los accidentes domésticos. Es verdad que no se refieren a cualquier accidente doméstico, sino lo que están sufriendo la Casa Real.

El accidente del nieto, ejercitándose en la caza, y el accidente doméstico del Rey en su lodge dentro de un safari de caza mayor, son noticia que nos han llenado de congoja y desasosiego. La culpa de todo está en la fatalidad. Como el accidente del nieto de Rey es un asunto que toca a un menor, lo menos que podemos pedir es discreción. Ya se encargará la madre de pegar la bronca a su ex. Elevarlo a categoría X parece innecesario. Todos hacemos cosas que podrían estar prohibidas, pero los padres, todos, hacemos cosas que no debiéramos, pero acabamos haciendo. El problema es cuando pasa lo que uno no espera.

 

El caso del Rey, es otra cuestión. En época de crisis irse a Botsuana a cazar elefantes, no parece una idea muy acertada. ¿Qué pensarán los ciudadanos que no llegan a final de mes? Es cierto que – es lo que nos dicen-, ha sufrido el accidente en cuando iba al baño. Es decir, lo podría haber sucedido en la Zarzuela. Pero lo cierto es que estaba de caza. No me gusta la caza. Matar a seres vivos por pura diversión me parece poco civilizado. Puedo entender que se cace para alimentarse. Supongo que también se hace para limitar el número de individuos de una determinada especie. Lo he oído en los reportajes de la 2ª (RTVE) que se paga un canon que sirve para el mantenimiento de los parques. Prefiero el safari fotográfico.


La monarquía está en racha negativa. Se ha hablado que pretendían ahorrar 100.000€, pero si después te vas de safari, no parece muy coherente. El mensaje que destila la Casa Real es de desorden. ¿Para qué sirve la monarquía? La respuesta no se puede hallar en la retórica vacía que nos habla de “símbolo de su unidad y permanencia” (art.56.1 CE). Se nos ha dicho hasta la extenuación que el Rey imposibilitó el 23-F. Transcribo las palabras de J.Cercas en su Anatomía de un instante: “ (...): no es que el discurso del Rey se redactase previniendo o desando que Armada saliese triunfante del Congreso; es que sus palabras constituían una condena del golpe de Tejero, no necesariamente una condena del golpe de Armada (pág.321)” . Si el Rey en semejantes circunstancias actuó –como todos- de forma poco convincente, y a pesar de ello, el 23-F salió derrotado, su cuota de popularidad alcanzó cotas elevadas, sin embargo, su activo ha ido erosionándose. En estas horas bajas la monarquía parece una institución perfectamente prescindible, ¿cuánto tiempo le queda a una institución que no sabe como renunciar al cargo?. Es cierto, si desapareciera, no solucionaría la crisis, pero al menos nos daría una pequeña alegría, y en los tiempos que corremos, no es poca cosa.