Se lee en la prensa digital, la macrooperación contra los narcopisos. Siempre me ha parecido que estos despliegues son un ejercicio de autoestima para la policía. Una forma de relaciones públicas para la sociedad, y especialmente, para los vecinos que tienen que soportar y convivir con el narcotráfico a pequeña escala.
Porque la realidad es que muchos de estos detenidos (55) serán puestos en libertad. 8oo agentes son muchos agentes para detener a delincuentes que seguramente la policía los tiene identificados. ¿Para qué estos despligues de hombres y medios? No se ha querido abordar el problema del tráfico de drogas. Seguimos en la dinámica de la represión. No ha funcionado ni funcionará. Los hechos son refractarios a los deseos de los políticos que utilizan el problema de la inseguridad ciudadana para escalar posiciones electorales. Se les llena la boca de promesas que no pueden cumplir, pero son reacios ha solvertar los problemas de la adicción y rehabilitación.
De momento no he visto en fotografía lo decomisado por la macrooperación. Uno espera ver una mesa llena de drogas incautadas. De momento el aparador no se ha puesto. Supongo que la policía decidirá cuando exponerlas a los medios. ¿O es qué todo es misería y compañía?