Es mostren els missatges amb l'etiqueta de comentaris Marxisme. Mostrar tots els missatges
Es mostren els missatges amb l'etiqueta de comentaris Marxisme. Mostrar tots els missatges

dimarts, 1 d’octubre del 2024

Obituari: Fredric Jameson (1934-2024) (I)

 



En motiu de la mort (90 anys) de Freric Jameson, faig un resum de l’entrevista que li van fer la revista Archipiélgo*, número 63 (2004). 

Una excel·lent manera de conèixer el pensament de qualsevol autor és per suposat llegir els seus llibres. Però, la millor manera per donar-te una idea del què pensa son les entrevistes. El joc de preguntes i respostes permet començar a saber alguna cosa més sobre l'autor. 

+++++++++


ARCHIPIÉLAGO: Tal vez la aportación teórica por la que es más conocido para los lectores en lengua española sea su análisis marxista de la posmodernidad como “l lógica cultural del capitalismo tardío”,  análisis que ha venido desarrollando en otras obras suyas durante los años 80. ¿Considera que, en lo esencial, aquel análisis sigue siendo válido? A grandes rasgos, ¿qué modificaciones ha supuesto la deriva reaccionaria de la cultura posmoderna, que ya señaló hace una década? 

Fredric Jameson: Jameson nos habla de la posmodernidad. Distingue entre posmodernismo como estilo y como ámbito cultural. Afirma la identificación entre posmodernismo y globalización como caras de una misma moneda. La globalización abarca información, comercio y economía, mientras que la posmodernidad, se manifiesta en su aspecto cultural, por decirlo así, la globalización expresa la infraestructura mientras que la posmodernidad es la superestructura, hablando en términos marxistas. Se pregunta: ¿Pueden erosionar al capitalismo las formas de oposición cultural que surgen en un momento? En la etapa sólida de la modernidad se hablaba de “subversión, crítica, oposición”, pero “son realmente válidas en las condiciones presentes?”. 

ARCHIPIÉLAGO: La vieja guardia, pongamos Adorno, asociaba la oposiciòn cultural con cosas como la música de vanguardia, la literatura modernista, mientras que la nueva crítica que surgió  con su generación se centró más en los productos de la cultura de masas, los medios de comunicación, el cine, la TV, el vídeo, etc. ¿Qué otras diferencias hay entre la antigua lucha cultural y la posmoderna? 

F.Jameson: Una de las características de la posmodernidad ha sido diluir las vanguardias donde se daban cita “la idea de oposición y subversión”. La alta cultura y la cultura de masas hoy se borra. El propio Jameson reconoce su impotencia en el plano político para abordar estas cuestiones. 

Jameson nos habla de la paradoja entre lo local y lo global, entre políticas nacionales en el marco del Estado del Bienestar y la nueva era de la globalización, donde la primacía del Primer Mundo es puesta en cuestión por esa globalización a través de los estados emergentes –China, India, Brasil, etc.,-. Considera que en el marco de la cultura global, la aparición de nuevas ideas tendrá que venir de estos lugares.

Existe una contradicción entre generar una política antiglobalización dentro del Primer Mundo. Podemos apoyar lo que representa Seattle, el Foro Social Mundial, el Foro Social Europeo. E l problema es la falta de conexión entre el ámbito local y global. Esta desconexión tiene que ver en la dificultad de identificar cuáles son las grandes causas políticas. Vivimos en la globalización, pero, la idea de internacionalista de la clase trabajadora no se ha concretado ni desarrollado, debido al desajuste entre diferentes estados y sus desarrollos políticos.  


ARCHIPIÉLAGO: En su trabajo, la arquitectura y el urbanismo han desempeñado un papel central a la hora de determinar las características del capitalismo contemporáneo. Perry Anderson señaló ya posibles razones biográficas (el contacto en Duke con Venturi). ¿Podría explicarnos las razones teóricas de esta preocupación? 

F.Jameson: El interés por la arquitectura fue casual. El campo de la arquitectura ha transformado el campo de las artes en la aparición de la posmodernidad. Una ruptura que suponía poner en cuestión a Le Corbusier. Suponía entrar en una nueva fase de exploración en las artes. 

La arquitectura supone “lo espacial”, frente a la literatura donde el tiempo y la memoria juegan un papel esencial. La posmodernidad, desplaza la temporalidad y el pasado al presente, el sentido del tiempo histórico se diluye.  

Jameson habla de presente absoluto. Hace una afirmación arriesgada, “tengo el presentimiento de que, aunque haya algunos escritores y poetas maravillosos, no van a volver a producirse grandes cosas en el campo de la literatura nunca más.” A su entender, la lengua ha sido desplazada y en su lugar lo ocupa el espacio, un mundo de imágenes que transforman el espacio –mundo virtual-. La geografía –espacio- ocupa una preocupación geoglobal.  


ARCHIPIÉLAGO: El bloqueo de la imaginación es otro problema al que ha prestado mucha atención, en relación, por ejemplo, con ciertos aspectos del antiurbanismo de Koolhaas* o con la ciencia-ficción contemporánea**. Parece que no se trata de volver a la utopía, sino de... 

F.Jameson: Al hablar de la utopía, hace referencia a dos instancias: una primera, que supone una “especie de impulso utópico” que identifica con la colectividad, la felicidad, el cuerpo. Por otro, las dificultades de representar la utopía, “ya que éstas surgen en oleadas. La posibilidad en el imaginario social de transformaciones radicales – el movimiento contracultural de los años 60 y el paralelo ascenso del movimiento feminista. La célebre frase de M.Tatcher: “No hay alternativa al capitalismo”, hace que la utopía parezca un horizonte imposible de acceder. 
 
La utopía supone el primer eslabón hacia el futuro. La ciencia ficció ha recreado mundos alternativos, en su mayoría distopías, acerca de lo que nos aguarda ese futuro que algunos venden como un radiante porvenir. Jameson habla de “lo difícil que resulta imaginar un futuro diferente”. Habla del Foro Social en Porto Alegre, y las distintas aportaciones de cara al futuro. Habla de “una situación límite, en el que todo el trabajo  sobre la faz de la tierra es trabajo asalariado, en la que se produce una destrucción total de la agricultura, una transformación global de cualquier cosa en mercancía”. Sin embargo, el mismo puede afirmar que “ no creo que haya razones para el pesimismo en todo esto”.