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dilluns, 2 de desembre del 2019

Birmania (IV): Lago Inle/ Kalaw

Día 5  Lago Inle/ Kalaw

Las cosas pequeñas se hacen grandes en nuestras manos expertas 


Al filo de las cinco de la mañana me he despertado –es un síntoma que me estoy haciendo mayor, antes no pasaba-. Como estoy en un hotel, tenía una buena excusa para no arreglar nada, ni preparar nada, por ejemplo, el desayuno, así que he intentado dormir, pero sin éxito. Sobre las 6.15h he salido a tomar fotografías. Después de ducharme y sacar las maletas, nos hemos ido a desayunar como los príncipes de antaño y hogaño. El escenario era espectacular. La luz del día hacía resplandecer una naturaleza que convenientemente alterada por urbanistas y jardineros, ofrecía una magnífica visión del lugar a la luz del día. He desayunado lo que los campeones necesitan, en mi caso más dulce que salado. Había para satisfacer hasta al más exigente. Seguro que todos nos hemos vuelto muy exigente. Sólo pensarlo da risa, teniendo en cuenta que en casa, se desayuna lo que se puede.

Hemos vuelto al bungaló para comprobar que no nos dejamos nada, y a las 8.30h hemos emprendido el viaje en carretera. ¡Adiós a las canoas-con-motor! Hemos puesto el salacot dentro de una bolsa y nos lo han llevado en el autocar. ¡No cabe en la maleta!







El trayecto ha sido muy entretenido. Hay dos entradas al hotel, vía fluvial por un canal fluvial, y el otro acceso es la carretera Inle Lake West Corridor Rd. Hemos subido al autocar, hay normas de grupo para colocarse en los asientos, es estricto orden de lista. Puede parecer absurdo, pero es una excelente idea para evitar tensiones. Como los autocares son grandes, siempre hay la posibilidad de cambiar de asiento. Gran cantidad de cultivos adornan el trayecto: caña de azúcar, maíz, abarcaban gran parte de los cultivos, además de arrozales.  Hemos pasado por la Pagoda Inn Tain, hemos seguido el camino básicamente lleno de cultivos y salpicados por algunas construcciones, viviendas y alojamientos. Hemos seguido la carretera, la circulación era fluida. Hemos llegado a un cruce, y nos hemos dirigido a Kalaw. A pocos kilómetros a nuestra izquierda se encuentra Bawa Than Yar Bridge, He Hoe, hemos pasado por algunas gasolineras, por Innkhaung, a través de la Taunggyi Tarchileik Rd.


Nuestro diligente guía Naing nos ha explicado el proceso de construcción de los palafitos –casas que hemos visto en el Lago Inle, y los huertos flotantes-. El ingenio humano es realmente notable. También nos ha explicado como antiguamente se enterraban a los muertos en el Lago Inle. El proceso era más o menos así: Se le enterraba en una caja de madera con orificios, se le sumergía en el lago y se dejaba la naturaleza hiciera el resto. Así los peces y anguilas se introducían en el ataúd, se daban un buen festín, y al cabo de un tiempo, los peces no podían salir del ataúd, debido a que no cabían por los orificios por los cuales habían entrado. 

Explicaba que los amigos del finado, volvían al cabo de un tiempo a recoger el ataúd, lo abrían y se comían a los peces que habían sido atrapados, todo este proceso supone cerrar el círculo de vida y muerte: el hombre como peces y los peces comen hombre, en una rueda eterna. Esta costumbre –nos habla de tiempos muy lejanos siglo XVI-, parece poco probable que desapareciera de manera instantánea, así que la costumbre debió de alargarse mucho más allá. 

Durante el trayecto, hemos tenido la oportunidad de presenciar desfiles, lleno de jolgorio y fiesta por todo lo alto. Hay dos grandes festividades la primera es La fiesta del agua y el Fin de Año budista en Myanmar, en el mes de abril, durante 4 días consecutivos, se celebra el Fin de Año budista. La segunda fiesta que es la que hemos visto es el festival de la Luna Llena de Tasaungmon, que en el calendario budista marca el final de las lluvias. Los agricultores celebran la buena nueva con bailes tradicionales y ofrendas en los templos principales. La exhibición era notable, los niños y niñas, separados iban de punto en blanco. Sus caras reflejaban la importancia del acto. La inocencia de sus caras demuestra que todos nosotros, estamos más hermanados de lo que nuestras particularidades nos hacen creer. La casualidad nos ha permitido contemplar un acto social en el que religión, costumbres (cultura) se dan la mano. Ha sido gratificante poder contemplarlo.










Hemos continuado el viaje y al cabo de unos kilómetros, en otro pueblo, el autocar se ha encontrado con otra procesión. Esta vez los protagonistas eran jóvenes. Cada grupo iba vestido de forma distinta, pero la ropa no era tradicional como en la primera, sino muy occidental. Nos han hecho desviar de la carretera principal que atraviesa el pueblo, nos hemos adentrado por dentro del pueblo. Hemos pasado junto a un mercado, cerrado, decrépito y desastrado, el contraste entre la calle principal y la zona por donde hemos pasado, sin asfaltar, era muy llamativa. 

Finalmente, hemos llegado a nuestro destino. Nos hemos desviado de la carretera principal, el conductor nos ha llevado hasta una bifurcación donde hemos descendido para emprender nuestra excursión a pie, ahora es de buen tono decir treking en el lenguaje políticamente correcto. 

El inicio de la caminata había un edificio a medio construir. El camino conducía por un camino de tierra, bien marcado y en buen estado. Nuestro guía Naing nos ha explicado que la tierra es propiedad de los agricultores, domina el minifundio. Había huertos con verduras y frutas exóticas (desde nuestra perspectiva).













Poder contemplar frutas exóticas o especies es algo que uno no está acostumbrado. Nuestra ignorancia sea de los productos de casa o del otro lado del mundo es proverbial. Hemos pasado por un sendero muy estrecho entre arrozales y hemos podido contemplar un buey bañándose entre el agua y el lodo. Empiezo a creer que la organización del viaje ha puesto al buey para dar sabor y color a la excursión, o tal vez son imaginaciones mías. Ha sido un momento digno de un viajero sentimental. Hemos continuado el recorrido, con paradas para “recoger flores” –expresión poética-. Es la manera de decir que tienes que parar para aliviar tus necesidades fisiológicas. Hemos ido ascendiendo con tranquilidad, hemos hablado de las elecciones, los resultados de las elecciones generales nos había caído lejos. Suerte que el voto por correo, hace que uno haya participado. Comentábamos los resultados, las sorpresas negativas y las posibilidades de formar gobierno. Como el grupo es muy diverso, había opiniones para todos los gustos. Hemos visto dos todoterrenos que nos han adelantado. Hemos ido subiendo una pendiente suave pero pronunciada y hemos podido contemplar un valle profundo y verde y a lo lejos un pueblo con sus casas coloridas, el pueblo o aldea, se llama Hin Khar Kone, una aldea Palaung –eso indica en el prospecto de viaje-. Hemos ido atravesando plantaciones de té, naranjos. La tierra es muy fértil, debido a las lluvias y sus características geológicas. Creando un microclima muy favorable para la agricultura.



Al entrar en la aldea, unos árboles impresionantes nos daban la bienvenida. Las raíces eran descomunales, nos han dicho que podría tener mil años, solo de pensarlo da vértigo. Esos árboles han visto de todo, pero una simple herramienta, puede destruir lo que la naturaleza tarde cientos de años. Por eso, el ser humano es su peor enemigo, porque es capaz de destruir su propio hábitat. Un templo budista era el centro de la aldea. Había personas que nos miraban no sé si con esperanza, sorpresa o resignación. Nos han hecho entrar en una casa donde han preparado la comida. Esas personas viven, supongo del turismo, probablemente es más descansado que trabajar el campo. Una comida modesta pero sabrosa nos ha despertado el paladar, eran las 12.30h. La estructura de la comida era igual a los demás sitio donde hemos ido a comer. La comida era muy correcta. El arroz llevaba encima un revuelto de huevo. Está bastante bueno. De postre fruta de temporada, sandía y papaya (no estoy seguro), de bebida té.




Una vez comidos, ha llegado la hora de ataviarse con trajes multicolores. La casa restaurante, también ofrecía prendas típicas de la zona. Todas nuestras compañeras han pasado por las fotografías de rigor. Los colores vivos las favorecían muchísimo. 

Mientras comíamos, hemos visto aparecer por el camino que nosotros después cogimos de bajada a un grupo de turistas que llegaban a la aldea, y es más que presumible que comieran allí. Después un descenso largo y tortuoso hacia el valle. Un desnivel que ha castigado las rodillas y las piernas de todos.









En la bajada muchos compañeros han ido a ritmos diferentes. Cada uno ha ido escogiendo sus interlocutores para hablar durante nuestro trayecto. Es una buena manera de ir conociéndonos. A lo largo del trayecto, había tres personas que cuidaban de nosotros. Nuestro guía, Naing, y dos jóvenes que con chancletas nos han acompañado discretamente. Es una desgracia no conocer el idioma o saber más inglés, para poder hablar con ellos. Hubiera sido muy instructivo. En los últimos metros ha empezado a cae gotas. Hemos visto bambú amarillo-verdoso, lo he tocado, y transmitía una fuerza y resistencia notable, no me extraña que utilicen para hacer estructuras de andamiaje en la construcción de casas o rehabilitación de ellas.






Sudorosos, hacía mucha humedad, hemos alcanzado la carretera principal que conduce a Kalaw. Había un puesto de fruta. Después de unos 20’ hemos llegado a Kalaw. Sin embargo, nuestro hotel no estaba al lado de la ciudad, sino que estaba lejísimos, en medio de pinos una carretera que jugaba con ser de una dirección y poblado de campos de arroz. Esta zona era la segunda residencia –en verano- de los ingleses en su época colonial. Finalmente, hemos llegado al hotel Kalaw Hill Logde. Nos han ofrecido un té con jengibre que picaba al paladar, era su manera de decir, que habiendo tantos hoteles hubieran escogido el suyo que está en el quinto pino. Recoger las llaves y una ducha reparadora después de nuestra excursión. ¡No había piscina! El lugar era bello y la habitación también lo era. A las 19h cena. Al lado del hotel hay un monasterio, y la procesión de fieles ha pasado justo al lado del bungaló. Tengo dudas de su espontaneidad. La cena ha sido un poco rara. Nos han dicho que había barbacoa, he imaginado lo que después no se ha confirmado. No había cantidad y si raciones muy pequeñas. Nos ha tocado una parte de la mesa que resultaba incómoda debido a las patas de la mesa, así que hemos abreviado. 

Ahora son las 22h hace más bien fresco. Dormiremos tapados. Maña nos espera otro larguísimo día en autobús hasta Mandalay, siguiente parada en nuestro periplo turístico.

dimecres, 27 de novembre del 2019

Birmania (II): Yangon- Lago Inle

Día 3 Yangon-Lago Inle

Sal de tu cascarón y atrévete a soñar

Dormir de un tirón y despertar con la alarma del móvil a las 4.50h. Definitivamente, no son horas de levantarse. Ducha rápida, teníamos que dejar las maletas a las 5.15h, desayunar y las 5.45h el autocar nos recoge para ir al aeropuerto. Algunos compañeros de viaje –las expresiones cambian de sentido de tal modo que son ahora irreconocibles- salieron por la noche a dar una vuelta. Más allá de las luces de neón, la oscuridad de la calles dejaba poco espacio a la aventura.

He dicho desayunar pero lo cierto, es que nos esperaban una bolsa con fruta y un bocadillo nada apetitoso, y en una mesa minúscula había café, leche y té; mientras que el bufet del hotel estaba abierto para nuestro desconcierto. Algunos compañeros han entrado y han tomado el desayuno. No he logrado entender porqué estando abierto el restaurante para el desayuno nos han dado esa bolsa.Turistas franceses salían del bufet recién desayunados, mientras a nosotros nos dejaban con la sensación de viajar en segunda clase. ¡Todo es posible!

Recoger las maletas y trasladarnos al aeropuerto. Poco tránsito y en menos de 35’ estábamos delante del aeropuerto. A la luz del día las cosas parecían otras en comparación con la noche anterior. Comparado con El Cairo, Yangon parece idílica y bien organizada.

Nuestro guía Naing –fuimos descubriendo que tenía muchísimo sentido del humor- ha realizado todos los trámites. Hemos pasado controles, dos veces y después de un rato de espera, nos han conducido a un bimotor. Primero a Bagan y posteriormente a Heho –pronunciando la h-. El vuelo ha durado 1 h. 45’. Calor húmedo. El aeropuerto de Heho, era pequeño y con la vista podías abarcarlo. Hemos salido del “aeropuerto” y hemos camino unos doscientos metros para coger el autocar que nos esperaba. Conductores de autocares, furgonetas y coches esperaban a los viajeros. El lago Inle se ha convertido en un centro turístico de primer orden.



Todo tiene un aire desaliñado producto de la zona acuática. Falta de limpieza “nivel exigente”. El autocar ha circulado por una carretera hacia el lago. Hemos pasado por Hehoe, que es la ciudad que acoge al aeropuerto. La dificultad de la grafía birmana hace al menos para mí imposible seguir los itinerarios de forma fiable. La carretera cuyo trazado fue realizado por los ingleses en su etapa imperial y su ferrocarril son una de las señales más importantes de la ocupación británica. Nuestro guía Naing –hacia broma con su nombre, 9 en inglés-, habla de los ingleses con aire admirativo. El inglés es la segunda lengua del país. La primera es la lengua  birmana o burmi, cuya raíz se encuentra dentro de la familia sino-tibetana. Hay cerca de 100 idiomas en el país, así que el gobierno a partir de 1964 empezó a imponer el burma como lengua oficial en el sistema educativo. Uno de los principales problemas que se encuentran los países –África y Asia- con diferentes idiomas y dialectos es su unificación lingüística. El colonialismo inglés obligo a las élites de los países donde gobernó a adoptar el inglés como forma de comunicación con el imperio. 

Para saber que….

La diversidad poblacional de Myanmar abarca más de 100 grupos étnicos. Los birmanos representan aproximadamente el 68 % de los 51.5 millones de los habitantes del país. Este se encuentra dividido en siete regiones dominadas principalmente por los birmanos y siete estados étnicos; el gobierno birmano se refiere a estos grupos, considerados generalmente como pueblos indígenas, como “nacionalidades étnicas”. Esto incluye a los shan, karen, rakhine, karenni, chin, kachin y mon. Sin embargo, existen otros grupos étnicos que se consideran o se autoidentifican como pueblos indígenas, como los akha, lisu, lahu y mru, entre muchos otros. Myanmar ha sido gobernado por una sucesión de regímenes militares dominados por birmanos, desde que el gobierno elegido popularmente fue derrocado en 1962. En las elecciones generales del 8 de noviembre de 2015, el partido de Aung San Suu Kyi, la Liga Nacional para la Democracia (NLD), desbancó al Partido de Unión, Solidaridad y Desarrollo (USDP) en una victoria aplastante. El traspaso de poder se llevó a cabo pacíficamente y, tras medio siglo de régimen militar, la nueva administración asumió el cargo mediante una ceremonia de entrega oficial el 30 de marzo de 2016. La NLD, liderada por Aung San Suu Kyi como consejera de Estado, inició un proceso de “reconciliación nacional” en un contexto delicado de convivencia con el ejército, el cual mantiene el 25 % de los escaños no electos de la Hluttaw (cámara de representantes), lo que le confiere derecho a veto sobre cambios constitucionales. Myanmar votó a favor de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (DNUDPI), adoptada por la Asamblea General de la ONU en 2007, pero no ha firmado la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial (ICERD), ni ha ratificado el Convenio 169 de la OIT. Myanmar es parte de la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y de la Convención sobre los Derechos del Niño (CRC), aunque hasta ahora no ha tenido en cuenta muchas de las respectivas recomendaciones de los comités de la CEDAW y de la CRC. (https://www.iwgia.org/images/documentos/ indigenous-world-esp/ ElMundoIndigena2019_ES.pdf)

Nuestro guía nos ha hablado de las dificultades del país debido a la diversidad y rivalidad entre los “clanes” o etnias, así como las relaciones difíciles con el gobierno militar que durante buena parte de la historia de Birmania desde su independencia ha gobernado.

Hemos parado en un taller donde realizaban paraguas de sol. Una técnica simple y práctica hacían el milagro de un paraguas sin varillas metálicas. La etnia Shan es dominante en esta zona. El taller sólo tiene un fin turístico. Hemos caído en la tentación de comprar un paraguas de sol.










Después siguiendo la carretera hemos llegado a un pequeño “monasterio de teca”, madera muy apreciada y resistente, en Shwe Yan Pyay, siguiendo la Nyaungshwe Rd., donde niños entran a formar parte de las mojes budistas. He visto algunos muchachos con su atuendo granate. No es fácil determinar qué sentido tiene que muchachos/as entren en ese proceso. El conjunto era desangelado y sucio, aunque el monasterio de teca tuviera su encanto. Posteriormente, hemos llegado al lago. Bullicio y congestión para atravesar la ciudad de Nyaunghwe, que es cabeza de puente que da acceso al lago Inle.










Hemos recogido maletas, hemos subido a canoas-con-motor, que hacían un ruido espantoso –producto de motores chinos, baratos pero ruidosos en grado sumo-. Nos han llevados en grupos de cuatro o cinco personas cada una con su conductor.


Las sillas eran pesadas y tenías una auténtica poltrona instalada para ser el rey de la navegación. Las canoas-con-motor, eran cómodas y bastante seguras.  Había chalecos salvavidas, aunque no nos han obligado a llevarlo puesto. Hemos dejado las maletas –las de cabina, pues, el resto la han llevado por carretera-, dentro de las lanchas o canoas durante todo el trayecto. El lago es el segundo mayor de Birmania, tiene 500 km², y 100 km de largo por 5 km, de ancho. Su profundidad varía según las estaciones lluviosas o secas, entre 2,10 y 4 mts de profundidad. Si la profundidad no es demasiada, en cambio se encuentra a 884 mts sobre el nivel del mar. Numerosos pueblos y aldeas rodean al lago. Existe pesca debido a las diferentes especies de peces y gasterópodos. La etnia mayoritaria del lago Inle es la Intha (hijos del Lago).  El lago es famoso por los jardines flotantes donde se cultivan hortalizas y las casas flotantes o palafitos. Muchas de esas casas, habitadas eran muy precarias.

Instalados a bordo de las canoas-con-motor, hemos podido contemplar un paisaje amplio y espacioso. El idílico paisaje dejaba ver las montañas a nuestra izquierda, mientras que a la derecha se extendía el agua que es dulce, y un sinfín de canoas-con-motor surcaban el Lago a gran velocidad y con un estruendo que rompía cualquier posibilidad de oír el silencio. Sólo desde hace unos 15 años se ha ido generalizando la utilización de canoas-con-motor y me falta poner –ruido.






Después de 1.30h recorriendo los canales, hemos parado en un restaurante “típico para turistas” para almorzar. El lugar era discreto, “popular”, he comido sin complicaciones, diferentes platos y la base que es arroz. He tomado cerveza birmana, hecha de arroz, el nombre de la cerveza no es muy original, pues, se llama Myanmar. El “restaurante” hay muchos por toda la zona, estaba situado en un canal que durante momentos parecía colapsarse por el tránsito  y el ruido que generan las consabidas canoas-con-motor-ruido. El turismo lo trastoca todo. Estas construcciones se reciclan como restaurantes para satisfacer a los turistas, es decir, a nosotros. 







 






Sin comentarios. Se comenta sola


Después hemos ido a un “taller” de seda y loto en Impawkhone. Un escenario –la palabra es representación, donde de manera artesanal fabrican pañuelos de seda o loto. Señoras mayores y jóvenes trabajaban con telares a mano para realizar labores interminables. Había la tienda que presumiblemente, vendía lo que el taller fabricaba. Hemos comprado un pañuelo de seda. Cuando nos íbamos los talleres cerraban. Este modo de operar se ha repetido en todos los lugares “artesanales” que hemos visitado. A las 17.15 oscurece, nuestra canoa-con-motor-ruido, ha puesto la proa en dirección hacia el último objetivo del día. Una cantidad notable de canoas-con-motor surcaban el lago, con estrépito en medio de una noche que se cerraban irremediablemente. Sólo gracias a la habilidad del conductor y su experiencia sobre el terreno, nos ha dirigido hacia nuestro destino de lujo, el hotel Pristine Lotus Spa Resort. Las canoas-con-motor, ha competido unas con otras, en trayectorias paralelas dibujando sin duda un tamiz efímero sobre las aguas. Finalmente, entrando en un canal la canoa-con-motor-ruido se ha adentrado en el canal que conduce a la ensenada donde se encuentra nuestro hotel. Un hotel de aspecto de ensueño y lujo digno de los turistas, y alejado de los habitantes del Lago.

                  





Desembarcar de las caona-con-motor, y nos esperaban con toallas calientes para limpiarse las manos y una copa de fruta líquida y bocado de pescado que no sabría decir el nombre. Recoger las llaves y buscar nuestra habitación, una habitación enorme y espectacular. Hemos cogido los bañadores y nos hemos encaminado a la piscina. Unos 20’ dentro del agua, ha sido una experiencia agrada en compañía de nuestros compañero de viaje.

Noche cerrada desde hace un buen rato, la piscina cerraba a las 19h. La cena era a las 20.15h. Nos hemos duchado y hemos salido a caminar por el escenario de ensueño turístico. No había manera de conectarse a la wifi. 



A las 20.15 ha tocado la cena, llena de platos diversos y arroz. Una cena correcta que se agradecía después de una larguísima jornada de actividades. Al finalizar nos hemos dirigido a la habitación. La habitación era espectacular, pero había cosas que no funcionaban. Por ejemplo, el inodoro hemos llamado a recepción para resolver el problema. A los 7’ ha aparecido el lampista para solucionar el problema. No había puertas dentro de la habitación, el inodoro solo tenía una cortina como separador. La ducha si estaba cerrada. Las puertas de manera no encajaban bien debido al calor y la humedad. Hemos descubierto un rastro de ratón o vete a saber qué, hemos inspeccionado la habitación pero no hemos sabido encontrar nada.

Hemos arreglado las maletas, he empezado a escribir el relato del día, y se nos ha hecho tarde, ahora son las 24h. Mañana nos esperan más sorpresas y excursiones.