Ayer fue un día pródigo en acontecimientos. Primero, el anuncio –enésimo- que ETA deja las armas. El segundo, fue la muerte de Gadafi a mano de la OTAN y posteriormente de los combatientes libios. Las imágenes que se han difundo son de una obscenidad absoluta. La muerte jamás puede exhibirse. No ha habido juicio. Vistas las imágenes hubo linchamiento y asesinato. La exhibición de su cuerpo como si de un animal se tratase resulta poco alentador, teniendo en cuenta las denuncias de Amnistía Internacional sobre la vulneración de derecho y el trato que se da a los gadafistas. Mal inicio para una sociedad que se libera de un dictador que fue recibido con todos los honores en todos los lugares, especialmente en España.