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dilluns, 4 d’octubre del 2010

Palabras vs Imagen


Un tópico recorre alegremente nuestras creencias: una imagen vale más que mil palabras. Sin embargo, la imagen siempre es muda, desnuda. Muestra, pero no dice. Por eso es ambigua. Puede ser utilizada con fines difusos. La imagen congela nuestra imaginación imponiendo lo que hemos de imaginar. Mientras que las palabras dejan a la imaginación la opción de recrear imaginariamente lo que nos dice la escritura. La escritura requiere un lector para cerrar el círculo entre el escritor y el lector.



La palabra

El arco invertido de los cables atraviesa de una orilla a otra con la exacta delicadeza de una curva de compás trazada en tinta azul sobre la cartulina blanca. No hay revestimientos de piedra para esconder o ennoblecer la estructura: la luz traspasar las torres como las filigranas geométricas de una celosía. Las torres desnuda, puros prismas de acero, su verticalidad tan firme como la horizontal ligeramente combata que se extiende sin más soporte que ellas entre las dos orillas, los cables como arcos y como dobles cuerdas de arpas vibrando con el viento. Pureza matemática: dos líneas verticales atravesadas por una horizontal, un arco inverso de aproximadamente treinta grados que tiene sus extremos en los puntos de intersección de la horizontal y las verticales. (…) Poco a poco, al acercarse el tren, la ligereza se convierte en peso, en la gravitación tremenda de las vigas de acero sobre los pilares ciclópeo que las sostienen, hundidos en la roca viva por debajo del cauce del río y del cieno, sus bloques graníticos golpeados por las olas que levanta un carguero pasar bajo el puente, adelantado en seguida por tren. ( Antonio Muñoz Molina. La noche de los tiempos. Ed.Círculo de Lectores. pág.162)




La imagen






divendres, 24 de juliol del 2009

La inflexión posmoderna: Perdiendo realidad......

En este capítulo, del libro de Alberto Ruiz de Samaniego, que venimos comentando, se centra en los análisis de Baudrillard y Jameson, que dan una visión más oscura de la posmodernidad.

1.- La realidad se ha tornado para estos autores una mera “representación”. Hablan y no paran de hablar de simulacros, de un lenguaje desarticulado, donde significado y significante se ha roto. Lo única referencia se centra en un proceso de autoreferencialidad. La realidad cae al nivel de las apariencias. La caverna platónica se hace realidad. Vivimos entre sombras (apariencias).

2.- Para estos autores, la realidad se ha convertido en puro espectáculo el cual no puede parar. La realidad es de hecho telerealidad. La caverna platónica genera ininterrumpidamente mediante los medios de comunicación una dosis de realidad que acaba por convertirse en pura ficción.

3.- En esta “redescripción” (R.Rorty) de la realidad se planteaban cuestiones interesantes. Por ejemplo, la necesidad de una “epistemología de la ficcionalidad”. Ésta permitiría dar significado a nociones como “universo virtual, estetización generalizada, acontecimiento, presencialidad, público o teatralidad”. Esta propuesta tiene su implicación política. Para Baudrillard, el sistema capitalista tiene como problema fundamental la paradoja entre productividad virtualmente ilimitada y la salida de los productos. Esta paradoja requiere la necesidad de innovación y expresión estética que conlleva el diseño y la publicidad.

4.- Con su habitual genio para expresiones sugerentes, Baudrillard llama “éxtasis de la comunicación” al mundo que nos rodea. La realidad se desmaterializa, al modo de D.Hume, la realidad es una película sin profundidad. Sentimos y lloramos, pero lo que nos impulsa a ello son emociones y sensaciones. La realidad se ha tornado en una sesión continua de clips sin orden ni concierto. Baudrillard no deja de afirmar que estamos a merced de los mass-media y no encuentra alternativas frente a la caverna platónica. 




5.- ¿Qué hacer entonces en la caverna? Según Baudrillard las sombras se convierten en “exacerbada ilusión, en puro humo apático y desesperanzado”. Por ello nuestros prisioneros adquieren manías de carácter patógeno. Por ejemplo, el “mal de archivo”. El prisionero adquiere manías mediante las cuales trata de forjarse una identidad, mediante la recolección de todo lo que adquiere uno en un viaje: sean los billetes del avión, o la llave-tarjeta de la habitación del hotel, o bien, de los folletos del plano de la ciudad,  etc. El prisionero se convierte en una especie de cleptómano para asegurarse su propia identidad. Además, para ayudarse en esa tarea de documentación de sí mismo ayuda la cámara digital o la máquina de vídeo. Cientos de foto digitales y horas de grabación. Suficientes para llenar cientos de megas en el disco duro de nuestro ordenador. La vivencia se duplica, vivimos en la medida que fotografiamos y grabamos. En lenguaje cartesiano habría que decir: fotografió y grabó, luego soy. En el lenguaje de Baudrillard vivimos en la era del “Grado Xerox” de nuestra realidad.  

6.- La sociedad líquida (Z.Bauman) siente una pasión hiperdesarrollada por factores visuales y espaciales. Desde la década de los cincuenta en Estados Unidos y por extensión a Europa, la extensión de los medios de comunicación de masas ha transformado la percepción de la realidad. Generaciones de ciudadanos han visto desde la infancia un potente artefacto que ocupaba el centro de la casa: la televisión. Vivimos rodeados de imágenes a todas horas. Pero las imágenes cansan, y para poder estar atentos a la pantalla, es necesario que esas imágenes sea cada vez más impactantes, más crueles o dolorosas. Algo así como la retransmisión en directo del ataque a las Torres Gemelas.

7.- Las imágenes que nos proporciona la televisión han calado en nuestro memoria de tal forma que hoy se hace difícil valorar su calado y significación. Mi experiencia personal aún recuerdo cuando el objeto más interactivo de la casa era la radio. Requiere atención para escuchar e imaginación para representar lo que decían. Pero con la llegada de la televisión, la imagen ocupaba toda la habitación. Un éxito en los programas son los collages televisivos hechos de retales de otros programas. Su éxito es su instantaneidad. La imagen agota prácticamente todo lo que se puede decir. En estos collages hay secciones para el disfrute de todos los posibles televidentes.

8.- En los collages televisivos una de las secciones con más adeptos son los accidentes. La posmodernidad expresa ese mundo desnortado mediante las catástrofes. Hemos tenido visiones dignas de los relatos de J.Ballard. Tsunamis catastróficos que invadían las tranquilas vacaciones de los turistas llevándose por delante todo cuanto había. Los momentos más dramáticos se vivían a golpe de vídeos digitales caseros. Su dramatismo y plasticidad llenó horas en las televisiones. O la destrucción de las Torres Gemelas. Ni los guionistas más desaforados habían pensado en ello. Es verdad que en la película de Independents Day, los alienígenas destruían el Empire State, pero, la realidad supera a la ficción. Las catástrofes aéreas nos recuerdan el tributo que hay que pagar por el progreso. En fin, las catástrofes personales de los accidentes de coche que causan cerca de dos mil muerte solo en España, es un recordatorio de la fragilidad que el ser humano vive en la sociedad del riesgo. (U.Beck). Los mass-media reproducen continuamente las imágenes de accidentes como fuente de espectáculo gratuito sin establecer algún mensaje para la posible reflexión.

9.- La posmodernidad avanza para poder ser actores-directores de nuestras propias hazañas. Los medios de reproducción y el software de reproducción y manipulación de vídeo y foto-digital permiten transformarnos en artistas. De ahí que el “estatuto de la autoría” se haya convertido en borroso. Las tecnologías de la manipulación permiten alterar y modificar las “obras originales”.La posmodernidad se expresa mediante la tecnología de la manipulación y la información. En un bucle reiterativo. La existencia de software que permite crean realidades virtuales hace que la clásica fotografía –que requería la mediación química- sea hoy un objeto obsoleto, frente a la capacidad de transformación que permite la foto-digital. Realidad y virtualidad se dan la mano. Retocar y alterar se hace hoy a golpe de clic en el ordenador.

10.- ¿Qué queda de la realidad-virtual? Para unos de los ideólogos de la posmodernidad, Jameson, asegura que queda la tecnología de la reproducción. Lo virtual-real desnaturaliza la realidad, la hace fantasmagórica. Esto le permite decir a Baudrillard que esa realidad desnaturalizada tienda a la “contagiosa diseminación”. Es decir, su extensión. La realidad virtual se transforma en una visión esquizofrénica, una ruptura en la cadena significante y el hundimiento del significado dentro de lo mecánico-reproductivo. O sea, que hacen Baudrillard y Jameson es realizar una "redescripción" de los fenómenos sociales en clave posmoderna. ¿Sirve como palanca de transformación? La respuesta es que no. 

diumenge, 22 de març del 2009

La inflexión posmoderna: ¿Desprogramados?

Seguimos a vueltas con el capítulo segundo del libro de Ruiz de Samaniego: La inflexión posmoderna: los márgenes de la modernidad

1.- A la pregunta: ¿qué era ser moderno? La respuesta era tener un proyecto que en términos sociales aspiraba a ser omnicomprensiva y universal. Estás aspiraciones nacen en la Ilustración y ahora, la posmodernidad trata de anuncia su final al denunciar su carácter mítico, narrativo o como le gusta decir a Lyotard “metarrelatos”. La aspiración ilustrada suponía un progreso lineal e infinito donde el avance de la ciencia se daría la mano con el deseo de emancipación en el orden sociopolítico y el control de la naturaleza.

2.- Ahora, lo posmoderno puede hacer balance de lo que supuso ese proyecto ilustrado. Su denuncia tiene un aire extraño de fastidio ante el presente. No es un “radiante porvenir”, pues, los pecados capitales de la modernidad son entre otros el haberse constituido en una “Historia Universal” cuyo centro era Europa y por extensión Occidente, dando lugar a la acusación pueril de “eurocentrismo”, acusación que Derrida describe como “idealidad absoluta del telos liberal” al estar sustentada en la aspiración imperial, democrática y economicista.

3.- Esta “Historia Universal” se cumple a través de la globalización mediante el triunfo de lo económico frente a lo político. No hay espacio, denuncian al modo de Jeremías, sobre los efectos catastróficos y perversos, para la Naturaleza y lo Inconsciente. La modernidad aspiraba a colonizar todos los órdenes de la vida. Los posmodernos creen que esta colonización es intolerable.

4.- Los posmodernos rechazan el telos liberal para reivindicar un presente perpetuo. Este presente sin espesor, este instantaneismo supone vaciar la memoria tanto individual como colectiva. Sin embargo, a pesar de esos anuncios apocalípticos, basta mirar lo que se hace en la historiografía contemporánea para darnos cuenta que la memoria no desaparecerá.

5.- La sociedad posmoderna, la ”sociedad líquida” (Z.Bauman) ha pasado del objeto a lo virtual, del símbolo al icono. La verdad de la etapa sólida se desliza hacia la simulación o verosimilitud. Los posmodernos ven signos de todo orden acerca de esa realidad que está “despresurizado” (Baudrillard) a Occidente. La ficción se pone como criterio de certeza. No hay diferencia entre los hechos y los testimonios, pues, no existe un criterio válido para ello.

6.- Se denuncia que el consumismo es la única ideología compatible con el moderno de globalización. La sociedad ,denuncian los apóstoles de la posmodernidad, se ha convertido en la sociedad del espectáculo (G.Debord), una relación social entre individuos totalmente mediada por las imágenes. Los objetos se convierten en efímeros signos de una realidad que se quiere virtual. Si los objetos se hacen virtuales, los sujetos que los compran se vuelven transparentes. Las identidades sociales se deshacen como las identidades individuales. Si tuviéramos que hacer caso de esta descripción –una narración más-, parecería que estamos tocando fondo, pero, si estamos en la sociedad del espectáculo, no vale el final, pues, eso sería un fraude, sino que la performance debe continuar, por eso la posmodernidad celebra lo cómico.

7.- ¿Nuestra sociedad es cómica? No creo que los agentes sociales puedan pensar que están representando una astracanada. Cierto que la posmodernidad se burla del sentimiento trágico y serio de la etapa moderna, ahora lo que parece prevalecer es lo desenfadado. Pero el presente tiene un aspecto que no puede tomarse a broma, ¿qué pensarían los cientos de miles de parados que tiene que dejar sus empleos?

8.- La lógica del capital parece incompatible con el orden político de la representatividad. La sociedad pierde peso frente a poderes que escapan al orden democrático. EL Estado pierde las coordenadas que antaño eran sus señas de identidad. Y frente a su pérdida de peso, se ve en la necesidad de sobreactuar en el orden doméstico. Por ejemplo, estableciendo normas que restringen derechos –ley de extranjería-.


9.- Si la lógica del capital implica la des-estatalización, como expresión de paralelismo, el Estado des-regula el Estado de bienestar. Estos procesos de desregulación han supuesto la ruptura de toda clase de solidaridades en el tejido social. Se asiste a la proliferación de un orden “etnitización de lo nacional” (Slavoj Zizck). Según Ruiz de Samaniego, no estamos ante un fenómeno premoderno cuanto como reacción contra la dimensión universal del mercado mundial.

10.- ¿Qué hacer en este nuevo contexto posmoderno? Como apunta nuestro autor, “las acciones emancipadoras ya no pueden estar enfocadas hacia el cambio de un único centro dominante (...), sino que deben llevarse a cabo en todas las esferas de la sociedad, incluida, ahora más que nunca, la vida cotidiana”.

11.- Vivimos, pues, momentos de dispersión y confusión, de desregulaciones en el trabajo y la vida, en la política y la economía , y ello supone que vivimos en “un mundo vivido angustiosamente como riesgo”. ¿Qué mantiene la ilusión de un mundo multi(todo)? La respuesta es la fetichización del dinero. El dinero nos diferencia, provocando la aparición de nuevas patologías sociales, por ejemplo, la aparofobia. Ésta se expresa en el miedo al pobre. El cortejo de rechazo y exclusión social van de la mano.

12.- La posmodernidad, parece, haber decretado “el eclipse de la fraternidad” (Antoni Doménech). La metáfora de la ciudad de Los Ángeles para adecuada para los tiempos que corren. La ciudad no está pensada para los habitantes de ella, sino de los coches que la atraviesan. Sus avenidas interminables, sus barrios residenciales y marginales, respiran una aire inhóspito, y expresan una atmósfera de riesgo.


13.- La seducción de Los Ángeles o Las Vegas, tiene que ver con la ilusión, con una realidad que aspira a convertirse en simulacro (Baudrillard), la posmodernidad , aspira al espectáculo, a la performance perpetua. Tecnología y mano de obra emigrante se dan la mano para la apoteosis del consumo. Nada más expresivo que Las Vegas, donde millones de personas aterrizan en medio del desierto en busca del “El Dorado” que como dice la canción, no es más que el nombre de un champú. Ese “El Dorado” que se identifica con los casinos y sus juegos de azar. La aspiración es una ilusión, convertirse en millonario. Verdad y realidad, sueño y ficción se dan la mano hasta que el dinero y el tiempo nos hace despertar de esa realidad ilusoria.

14.- Decía R.Rorty, que el juego florido es válido para los discursos narrativos de orden filosófico, donde el filósofo puede explicarnos –redescribirnos-, lo que le parezca pertinente, por ejemplo, el lenguaje de un Derrida, Baudrillard, incluso, de un R.Rorty, pero que esas mismas afirmaciones en el orden público –político-, pueden llegar a ser escandalosos, cuando no obsceno. Por ejemplo, las narraciones de Primo Levi, ¿pueden colocarse a la misma altura de una novela donde el autor explica desde su imaginación lo que su personaje de ficción “vivió” en los campos de concentración? (Las benévolas, de Jonathan Littell).



15.- Lo sólido deja paso a lo líquido (Z.Baumant). Lo fragmentario, lo caleidoscópico se hace presente, la ideología se vuelve humo, que no sabe si es del humo después de un atentado terrorista (Torres Gemelas, Atocha). Los individuos se siente a la intemperie. Es la expresión que aparece en Matrix: “bienvenidos al desierto de lo real”. Se necesita volver a reconstruir un futuro en el que la persona de carne y hueso vuelva a recuperar el ámbito de la política, y para ello es necesario recuperar la idea de solidaridad, de fraternidad, de una ética de la hospitalidad (D.Innerarty) que nos permita afrontar los extraordinarios retos que tenemos por delante.

diumenge, 1 de març del 2009

La inflexión posmoderna: Aprendiendo de Las Vegas (I)


El texto de referencia para nuestra reflexión es el libro de Alberto Ruiz de Samaniego con el título: La inflexión posmoderna: los márgenes de la modernidad, col. Akal-Hipecu nº 60. Ed.Akal, Madrid,2004.

El primer apartado que quisiera comentar lleva el título de “Aprendiendo de las Vegas”. El título que recoge el manifiesto de la década de los sesenta realizado por Robert Venturi y colaboradores.

La primera idea fuerza es la disyuntiva entre modernidad y posmodernidad. A.Rimbaud (1854-1891) proclamaba: “Hay que ser absolutamente moderno”. Mientras que R.Barthes en 1977 afirmaba: “De repente me resulta indiferente no ser moderno). Ser moderno significaba estar por los valores ilustrados de libertad, progreso y utopía. Este modelo según los posmodernos ya ha pasado de moda. El posmoderno es un moderno desengañado que asume con deportividad que no puede culminarse el modelo iniciado por la Ilustración (s.XVIII). La posmodernidad pone en cuestión todo aquello que la modernidad prometía transformar. De una sociedad organizada para la producción y blindada contra los bandazos del azar, a través de la asistencia asegurada mediante el Estado de bienestar, se asiste a una nueva etapa en el que aparece como agotado dicho modelo y se ha filtrado un nuevo modelo que está por definir, pero que a falta de momento de otro mejor, se ha denominado posmodernidad.

El complejo de viviendas Pruit-Igoe
(modelo de arquitectura moderna)

La posmodernidad le gusta el detalle preciso, así cree que se puede datar su aparición, al menos en el ámbito de la arquitectura, “el 15 de julio de 1972 a las 15h 32’, cuando fue demolido el complejo de viviendas Pruit-Igoe en San Luis (Misuri, EE.UU), construido según el principio de la “máquina para habitar””.


Esa posmodernidad, mientras cae un edificio de viviendas para pobres - que como ha relatado con vigor R.Sennett en su obra “El respeto” aspiraba al reconocimiento social y a una ascensión social desde la meritocracia que en buena medida se logró-, se levantaba el Manifiesto del que hemos citado más arriba. El Manifiesto reclama frente a una arquitectura funcional, un “eclecticismo desprejuiciado” que se expresa en la ciudad de Las Vegas.

La fotografía expresa ese pastiche típico de la posmodernidad

¿Por qué esa polémica académica? En el orden arquitectónico está la arquitectura moderna que tuvo que asumir un reto sin precedentes y es dar vivienda a un volumen de gente que se arracimaban en las grandes ciudades industriales, reto que en buena medida se alcanzó. ¿El precio? Las viviendas pretendía una funcionalidad que cumplieron con creces. Venturi, el ideólogo de la posmodernidad en el ámbito de la arquitectura desvela su objetivo: “construir para los hombres y no para el Hombre”.

Según el crítico de arte Robert Hughes la posmodernidad hay que situarla cuando el rato Mickey Mouse da la mano Leopold Stokowki en la película Fantasía de Walt Disney en 1940. Donde ficción y realidad se fusionan.

Sede de Disney
(Arquitectura pastiche)
En arquitectura, “los valores funcionales han sido sustituidos por una tecnocracia del espectáculo sujeta a unos paradigmas economicistas que operan, controlan y diseñan el espacio de la ciudad”.

Modelo de arquitectura posmoderna
(Proyecto en construcción, Dubai)

En el ámbito de la arquitectura ha dado lugar a controversias interesantes como la surgida a raíz de la Bienal de Venecia de 1980, donde Jencks era el responsable de arquitectura. La exposición y sus criterios llevaron a J.Habermas a una polémica acerca de la modernidad y la condición posmoderna. Habermas que pasa por ser el ideólogo de la modernidad o al menos su defensor más representativo, lleva a cabo una defensa cerrada de la función de la arquitectura moderna frente a los ataques de los representantes de la posmodernidad.

Modelo de posmodernidad
(El edificio LaSalle SIA Art College de Singapur)

El término posmoderno, nace en el ámbito de la estética y se extiende con rapidez a otros ámbitos de la cultura. La posmodernidad es una creación norteamericana que ha traspasado fronteras y tiene hoy un alcance global. Lo cultural ha difuminado lo ideológico y se ha mimetizado con el orden económico. Lo posmoderno “es el matrimonio planetario de estética y economía” .