Maestro y alumno aventajado, demuestran sus aptitudes para el debate dialéctico de altos vuelos. El Maestro habla como los oráculos. Sólo los más preparados son capaces de entender el significado profundo de sus declaraciones.
El alumno aventajado, se siente profundamente indignado, porque la derecha no es suficientemente de derechas. Él logrará el milagro de sacar de la crisálida en la que está metido esa derecha vergonzante. La transformará en el aguilucho de toda la vida predemocrática.