Ver en escena a antiguos ex Presidentes para hablar sobre tema candentes de la actualidad, siempre produce alergia. Una de las razones, es que aconsejan aquello que ellos mismos cuando eran los máximos responsables, nunca hicieron.
Felipe González, ha sido el presidente que más respaldo tuvo, al inicio de la Transición, pero no fue capaz de solventar la herencia franquista. No hizo nada. Se modernizó España debido a la entrada de la CE. Hubo cataratas de millones, pero no se utilizó con inteligencia. Además, el azote del terrorismo de ETA, fue una losa muy difícil de llevar. Después de lo ocurrido con el 23-F, el despliegue autonómico quedó en un café para todos.
Uno de los problemas estructurales ha sido la corrupción. El PSOE no supo ni quiso atajarlo. Cuando se gobierna durante décadas, los dirigentes creen que han nacido para tener despacho oficial. Sus maneras de hacer y deshacer, se acercan peligrosamente a pequeños autocrátas. Uno de los momentos más siniestros del período de González fue el GAL. Una versión cañí de terrorismo de estado. El famoso míster X nunca apareció, pero miembros de la cúpula del Ministerio del Interior del PSOE fueron a la cárcel.
Felipe González, no entiende ni a querido entender el problema catalán. Tenía a su hombre en el PSC y se entendía con Jordi Pujol, cuando no había otro remedio. A Felipe no se le ocurre que nadie quiera dejar de pertenecer a España. Por eso, sigue dándonos lecciones que no necesitamos.
En el caso de Mariano Rajoy, aún debe de preguntarse por qué no es aún, presidente. El problema catalán ha hundido su carrera. Su desidia y falta de interés en todo lo que signifique acción, lo ha dejado en la intemperie.
Rajoy ha estado al lado del líder, José María Aznar, en los momentos más dolorosos y lastimosos de la democracia. El Prestigie, demostró su ineptitud para solucionar un problema que se hizo chapapote en las costas gallegas. Fue cómplice de las mentiras de los peores atentados ocurridos en España con el 11-M del 2004. Sólo por la gestión mentirosa del gobierno de Aznar, Rajoy, candidato del PP fue un mudo testigo de las mentiras.
El PP ha sido una máquina de corrupción formidable. En los papeles de Bárcenas, aparecía un listado de políticos que cobraban sobresueldos. En uno de ellos había un asiento que indicaba M.Rajoy. ¡No pudo determinarse a quién se referían! Su incapacidad para resolver problemas, le llevó a cerrarse en banda, cuando el President de la Generalitat en ese momento Artur Mas, fue a la Moncloa (2012) para plantear un sistema de concierto económico. Su inquina contra Cataluña se expresó en la recogida de firmas contra el Estatut de Cataluña. Su incapacidad para encontrar las urnas del 1-O del 2017 y las actuaciones desmedidas de la policía y la aplicación del art.155 de la CE, fueron las últimas actuaciones, antes de la despedida por la puerta trasera, ante la moción de censura que el PSOE de Pedro Sánchez, echará a un político, al que no le queda nada.
