El Banco Sabadell, ha vendido para satisfacción de propios y extraños la parte tóxica del ladrillo, que con tanto ahínco había propiciado y amparado en los buenos momentos de la burbuja inmobiliaria. Vemos a su presidente encantado de la magna operación. Gracias a ella, el BS, no tendrá salir en los autos de los juzgados como parte activa en los lanzamientos hipotecarios (deshaucios). ¡Enhorabuena!