Vivimos tiempos donde todo tiene cabida. La instantánea recoge un anuncio de venta de piso, el cartel invita a la sonrisa, pues, una cara conocida, al menos, para quien tenga una cierta edad, nos invita a seguir el consejo del Sr. Jordi y llamar a un número de teléfono. Se puede intuir que el Sr. Jordi, es un avispado vendedor que quiere triunfar en el mundo inmobiliario. Además, nos dice que GARANTIZADO, y eso nos debería calmar. Pero, ¿lo garantiza el Sr. Jordi ?, que nos pone la cara de alguien que cantaba alegremente aquella canción que dice:
Y es que yo (na-na-ra, na)
Amo a la vida y amo el amor (na-na-ra, na)
Soy un truhan, soy un señor
Así que si quiere hacer negocios con un señor, lo mejor es hacer caso de este simpático anuncio y llamar al Sr. Jordi para solucionar la venta de tu piso, el problema es que si sale truhan, entonces podrás cantar:
Pero he de confesar que otras también me hirieron
Pero de cada momento que yo he vivido
Saqué sin perjudicar el mejor partido