Los accidentes existen. El coche es un invento genial, pero también es sinónimo de muerte. En el 2016 la cifra de muertos en España se elevó a 1810. 519 en vías urbanas. No cuento los heridos y sus secuelas. Las estadísticas no dicen nada, porque detrás de cada persona fallecida hay una catástrofe personal y familiar de consecuencias imprevisibles.
La casualidad es una expresión que no nos gusta. Siempre buscamos responsables, culpables. En el caso que comentamos, el conductor fue sometido a prueba de alcoholemia sin resultado positivo. ¿Causa del accidente? No será fácil determinarlo. Se habla de una indisposición del conductor que le hizo perder el control. El resultado son cuatro personas heridas, una de las cuales, una niña, está en estado muy grave.
Quisieramos controlarlo todo, pero no podemos. Cualquier descuido, puede alterar de manera drástica nuestra vida. Somos frágiles y estamos atados a esa casualidad que puede cambiarnos la vida en un instante.