dimecres, 18 d’agost del 2021

Estampes haitianes: la maledicció dels déus! (I)

 

Proyección de Peters


           

(pág.399)



"Hay una larga tradición de identificación de la gente de piel oscura, y de sus símbolos de identidad, con la ignorancia y el atraso. Para abrir el camino del progreso en la República Dominicana, el generalísimo Leónidas Trujillo mandó descuartizar a machetazos, en 1937, a veinticinco mil negros haitianos. El generalísimo, mulato, nieto de abuela haitiana, se blanqueaba la cara con polvo de arroz y también quería blanquear al país. A modo de indemnización, la República pagó veintinueve dólares por muerto al gobierno de Haití. Al cabo de prolongadas negociaciones, Trujillo admitió dieciocho mil muertos, los que arrojaron un total de 522.000 dólares*." (pág.80) 


"En los viejos tiempos, los marines ocupaban las aduanas para cobrar las deudas de los países centroamericanos y de las islas del mar Caribe. La ocupación norteamericana de Haití duró diecinueve años, desde 1915 hasta 1934. Los invasores no se fueron hasta que el Citibank cobró sus préstamos, varias veces multiplicados por la usura. En su lugar, los marines dejaron un ejército nacional fabricado para ejercer la dictadura y para cumplir con la deuda externa. En la actualidad, en tiempos de democracia, los tecnócratas internacionales resultan más eficaces que las expediciones militares. El pueblo haitiano no ha elegido, ni con un voto siquiera, al Fondo Monetario Internacional ni al Banco Mundial, pero son ellos quienes deciden hacia dónde sale cada peso que entra en las arcas públicas. Como en todos los países pobres, más poder que el voto tiene el veto: el voto democrático propone y la dictadura financiera dispone." (pág.197)




(pág.300)

  
Haití es la historia de una conquista. Fueron los primeros en liberarse de la esclavitud -todos eran esclavos- y derrotaron a Napoleón, conquistando la libertad. Todo esto hace que la historia de Haití sea a la vez extraordinaria, pero también trágica. Su historia comienza en 1492.



* Eduardo Galeano, Patas arriba. La escuela del mundo al revés (1998). Con grabados de José Guadalupe Posada. Galeano bolsillo. Siglo XX de España Editores, 2005.

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