Los poderes públicos, necesitan demostrar que existen. La puesta en escena contra el tráfico de droga es un clásico. Llama la atención el despliegue para las cantidades decomisadas. También llama la atención que sí en el puerto de Barcelona, estuviesen cargando armas para países lejanos, se hablaría de la fortaleza de nuestra capacidad de exportación. Las armas nos dicen nuestros gobernantes no matan, pero sí las drogas. Los emprendedores del Raval lo tienen todo en contra. Los fabricantes de armas en cambio disfrutan del beneplácito de nuestras autoridades. ¡Insufrible!
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