Pongamos que hablo de Badalona. ¿Qué hay gente sentada en bancos públicos y no me gustan que se sientan en ellos? La respuesta es fácil. Hacemos desaparecer el mobiliario público. Interesante idea la del Alcalde de Badalona. De está manera tienen los reunidos varias alternativas: una es sencillamente sentarse en el suelo, otra....a saber. Que hay gente que hace ruido, siempre ha sido así. El Alcalde podría organizar cursillos de sensibilización, pero ahora mismo, no hay dinero. Además, ¿quiénes son esos ruidosos? Los vecinos llaman a su Alcalde para decirle que al lado de su casa, en la plaza pública, hay inmigrantes.
El problema son esos inmigrantes que arman bulla y no dejan dormir a los pobres vecinos. Suerte tienen en Badalona de tener a un Alcalde que se preocupa por su bienestar. ¡Deberían aprender todos los demás Alcaldes! Sin embargo, ¿ No es una alcaldada de tiempos pasados lo que ha hecho? ¿Se puede desmotar mobiliario público? ¿No tiene un coste económico y social? ¿Qué pensarán los ciudadanos que antes podían sentarse y ahora no pueden? No les echarán la culpa a quienes se responsabiliza de haberlos suprimido? Ser inmigrante y sobre todo ser pobre es lo que le disgusta al Alcalde. Es una enfermedad "aparofobia" tiene cura pero al parecer el Alcalde de Badalona está interesado en propagarla, porque le sale gratis y además le garantiza votos.
En otro orden de cosas, hoy se juega el destino de ERC. El partido independentista tiene ante sí, dos opciones: una vía soberanista clara y decidida, aunque suponga jugar en el límite del parlamentarismo o bien una vía soberanista pero más matizada. Los malos resultados de las anteriores elecciones en Cataluña han dado lugar a un proceso destructivo que quiere ser recompuesto. Se vota a los candidatos para jugar en Madrid las bazas soberanistas: Ridao y Bosch.
El presidente de ERC, Oriol Junqueras, quiere una aproximación soberanista con CiU. Intenta conectar con un sentimiento difuso de independentismo que crece lentamente al amparo de actuaciones desde el gobierno central. No importa mucho si esas actuaciones son realmente perjudiciales. Algunas son de carácter muy problemático. Me refiero a la inmersión lingüística. ¿Un Tribunal puede modificar una ley? El TSJC pretende en base a una interpretación -como todas ellas discutible y recurrible- cambiar una ley aprobada por un Parlamento?
Se habla del derecho de los padres, una de las impulsoras ha dicho que su hija habla y entiende el catalán y el castellano. Así que la conclusión que se saca de este debate es simplemente una cuestión ideológica. Todos los informes educativos han concluido que los alumnos en Cataluña son competentes en catalán y castellano. Siendo esto así, ¿por qué debería cambiarse? Se aduce que el castellano es cooficial, pero en Sentencia del TC 337/1994, de 23 de diciembre se específica que es el gobierno de la Generalitat quien determina la lengua vehicular en la enseñanza y no los padres. De momento el propio TJSC ha paralizado su propio Auto para examinar las alegaciones presentadas por la Generalitat.
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