“La deificación parece ser un proceso “natural” en el hombre. Las religiones no lo inventan, lo suponen. Ninguna podría haberlo hecho valer si no fuese “un supuesto” de la vida humana. Por el contrario, el papel de algunas parece haber sido el de contener esta tendencia espontánea del corazón humano; este apetito de hacerse divino que el hombre tiene y que una y otra vez surge, aún de los desengaños más atroces, como un fuego inextinguible.
Nota:
María Zambrano, El hombre y lo divino, LB, Alianza Editorial, Madrid, 2020
María Zambrano, El hombre y lo divino, LB, Alianza Editorial, Madrid, 2020