dimarts, 28 de gener del 2020

Reseña: Byung-Chul Han, La expulsión de lo distinto (II)

II.- El violento poder de lo global y el terrorismo*

En este capítulo, sin pretender ser exhaustivo, plantea por una lado, el neoliberalismo y su violencia “positiva” y el terrorismo como oposición a esa globalización que borra lo singular.

“La violencia de lo global como violencia de lo igual destruye esa negatividad de lo distinto, de lo singular, de lo incomparable que dificulta la circulación de información, comunicación y capital”. (…)

La confrontación globalización y terrorismo, la sintetiza la “sentencia de Al-Qaeda: «Vosotros amáis la vida, nosotros amamos la muerte».”

La muerte (lo singular) es el fin, no es reciclable, destruye aquello que la hace positiva: “producción y rendimiento”. La muerte es la negatividad que el sistema neoliberal trata de esconder bajo la ilusión que puede ser vencida. La vida sana, es un edulcorante para retrasar lo inevitable, lo que no se deja domesticar.



Jean Baudrillard (1927-2007)


Han dialoga con Baudrillard –campeón olímpico de la posmodernidad-, considera que su visión de la realidad actual está desenfocada. Pues, su modelo es del orden inmunológico –viral-, frente al modelo propuesto por Byung-Chul Han que se basa más bien en el modelo adiposo y que no es capaz de generar anticuerpos. Si en la sociedad moderna, inauguró el modelo panóptico (M.Foucault), disciplinar los cuerpos y las almas, en el nuevo modelo de sociedad líquida (Z.Bauman), cree Han, que el modelo es el apóptico “una construcción basada en una «óptica excluyente» que identifica como indeseadas y excluye por tales a las personas enemigas del sistema o no aptas para él. El panóptico sirve para el disciplinamiento, mientras que el apóptico se encarga de la seguridad.”

La globalización genera por un lado, un sociedad del miedo –incertidumbre existencial- y por la otra, se genera una sociedad del odio –la xenofobia es su producto más evidente-. Ambos buscan un enemigo que permita construir una identidad para hacer frente a esas inseguridades que la globalización nos propone. El nacionalismo etnicista y el terrorismo islámico, son dos fuerzas que se oponen a esa globalización de lo igual. Dice Han,  “El dinero es un mal transmisor de identidad.” Aquellos que lo poseen, generan la ilusión de “seguridad y tranquilidad”. Sin embargo, quienes no poseen nada, solo pueden  evadirse “a lo imaginario, por ejemplo a la idiosincrasia de un pueblo, la cual pone rápidamente a disposición una identidad. Al mismo tiempo se inventa un enemigo, por ejemplo el islam. Es decir, a través de unos canales imaginarios levanta unas inmunidades para alcanzar una identidad que otorga sentido. (…) El enemigo es, aunque de forma imaginaria, un proveedor de identidad”.

El problema de inmigrantes y refugiados, a pesar de los discursos del odio, resultan percibidos como “una carga”. Todos comprenden porque huyen, sea de la guerra o de la pobreza. Por eso, el discurso del odio, debe rellenar en la imaginación unas motivaciones perversas para poder eliminar cualquier rastro de empatía con los “otros”.

Los “otros” son lo singular que se infiltra en el modelo apóptico. ¿Cómo hacer frente a esas oleadas de desesperados que cruzan países y mares (Mediterráneo)?  Convirtiéndolos en enemigos.

Han cita a Goethe como síntesis de lo que sucede con la globalización: «Preciso fuera que nada supiese yo de navegación: / guerra, comercio y piratería son tres cosas en una, / imposibles de separar». (J.W. von Goethe, Fausto, Ed. Cátedra)

La globalización – movimientos de capital y mercancías a escala planetaria- es “una guerra con otros medios”. I.Kant (s.XVIII), pensaba que el comercio sería la vacuna para acabar con las guerras. Sin embargo, la globalización no ha pacificado nuestro mundo. Los muertos y refugiados son un ejemplo de esas guerras larvadas en pos del beneficio. La ausencia de guerra está localizada, Occidente –modo de vida occidental-, Han reprocha a Kant que “no se dio cuenta del carácter diabólico, de la irracionalidad del espíritu comercial”. El modelo neoliberal se atiene a una lógica irracional que no tiene nada de racional como quería Kant.




I.Kant (1724-1804)


El modelo kantiano de una “paz perpetua” se funda en la idea de “hospitalidad*”: (…) “y entonces hospitalidad (ser acogedor) significa el derecho que un extranjero tiene a que los demás no lo traten xenófobamente por el hecho de haber llegado a sus tierras.” (I.Kant, La paz perpetua, ed.Tecnos)

La hospitalidad es una idea de la razón, una condición indispensable para esa paz perpetua que se resiste en virtud del egoísmo  del hombre y de los estados. Reconocer al otro, como otro, es un deber que se expresa en la “amabilidad”. Como dice Han,  Amabilidad significa libertad”.

El propio Nietzsche ve la hospitalidad como un rasgo distintivo del alma jovial: “ ¡Y que aquí me sea bienvenido todo lo que está en devenir, lo que anda errante, lo que va buscando, lo que es fugaz! De ahora en adelante la hospitalidad será mi única amistad”. (F. Nietzsche,  [trad. cast.: Fragmentos póstumos (1882-1885), vol. III, Madrid, Tecnos, 2010].)

La globalización es incapaz de reconocer la hospitalidad, porque ha cegado –apóptico- la posibilidad de reconocer al “otro”, la negatividad, lo que no se deja reciclar en rendimiento y consumo. Han establece un criterio moral para nuestras sociedades: “El grado civilizatorio de una sociedad se puede medir justamente en función de su hospitalidad, es más, en función de su amabilidad. Reconciliación significa amabilidad”.

Nota:

* Byung-Chul, Han, La expulsión de lo distinto, ed.Herder, Barcelona, 2017.

* La idea de hospitalidad ha sido tratada en la obra dde Daniel Innerarity, Ética de la hospitalidad, ed.quintento, Península, Barcelona, 2008.

divendres, 24 de gener del 2020

En España los desastres del Gloria en Cataluña les importa un bledo


¡Nada que decir sobre los efectos del Gloria en Cataluña!








¡Nada que decir sobre los efectos del Gloria en Cataluña!



¡Nada que decir sobre los efectos del Gloria en Cataluña!







¡Nada que decir sobre los efectos del Gloria en Cataluña!




PD: Si hay contenedores ardiendo en el Passeig de Gràcia, eso si es noticia de primera plana, pero la muerte de cuatro personas y la desaparición de otra en Cataluña, el total asciende a 13, amén, de los destrozos habidos, eso, no merece ninguna atención en los medios de Madrid. ¡Ellos sabrán porqué? 





dijous, 23 de gener del 2020

Desaguisados del TS


[El Tribunal Supremo obvia a la Fiscalía y deja a Torra sin escaño]




¡Cuánta prisa tiene el TS de dejar sin efecto lo que la ciudadanía voto en su momento! La culpa es de una pancarta que a juicio de la JEC es causa de la inhabilitación, a pesar que la JEC no tiene competencia. Ahora, el TS –Sala Contencioso-Administrativa-, salva el honor de la JEC. Un desaguisado que se soluciona por elevación a otro desaguisado. Todo esto tiene un nombre, prevaricación. ¡Por la Unidad de España se hace cualquier cosa!

dimarts, 21 de gener del 2020

Reseña: Byung-Chul Han, La expulsión de lo distinto (I)

Byung-Chul, Han, La expulsión de lo distinto, ed.Herder, Barcelona, 2017



I.- El terror a lo igual

El texto empieza con un párrafo que es una declaración de intenciones:

“Los tiempos en los que existía el otro se han ido. El otro como misterio, el otro como seducción, el otro como eros, el otro como deseo, el otro como infierno, el otro como dolor va desapareciendo. Hoy, la negatividad del otro deja paso a la positividad de lo igual. La proliferación de lo igual es lo que constituye las alteraciones patológicas de las que está aquejado el cuerpo social. Lo que lo enferma no es la retirada ni la prohibición, sino el exceso de comunicación y de consumo; no es la represión ni la negación, sino la permisividad y la afirmación. El signo patológico de los tiempos actuales no es la represión, es la depresión. La presión destructiva no viene del otro, proviene del interior.”

La idea clave del texto es la negatividad frente a la positividad. Vivimos tiempos, en que la positividad ha ganado la batalla a la negatividad. La consecuencia de ello se expresa en la eliminación del “otro” y la aparición de una positividad que engendra patologías de la modernidad. La depresión es el compendio de esa positividad. La destrucción como dice el autor “proviene del interior”, es decir, del propio yo. Ese proceso lo denomina “autodestrucción”.

El autor, llama la atención sobre el hecho paradójico de que la positividad engendra rasgos autodestructivos en nombre de la supresión de la negatividad (lo exterior). La exaltación de la positividad se “hace pasar por crecimiento”. Han, pone el acento que a partir de un determinado umbral, la “producción ya no es productiva, sino destructiva”, la información o la comunicación dejan de ser, para convertirse en otra cosa.

Han, trata de pensar la sociedad líquida (Z.Bauman) a través de metáforas. Los conceptos son difíciles de aplicar a realidades fluidas y cambiantes. Si la negatividad se expresaba en el “otro”, ahora la positividad exalta “lo igual”. Pone el ejemplo del Binge Watching –atracones de series-. El neoliberalismo, ha entendido que la mejor manera de atar al consumidor, es ofrecerle lo que le “gusta”. Puede mirar durante horas sus series favoritas. Buscando metáforas para el comportamiento de los usuarios de series –lo igual- encuentra que “la proliferación de lo igual no es carcinomatosa, sino comatosa. No topa con ninguna defensa inmunológica”. Eso significa que estamos inertes delante de la pantalla, no puedes abandonarla porque después del capítulo 4, seguirá con el 5. ¿Cómo vas a perdértelo? Dice Han que uno se queda pasmado mirando la pantalla hasta “perder la conciencia”. Es una manera de hablar. Uno puede estar enchufado a la televisión y desconectado del desierto de lo real.


Byung-Chul Han


Si la negatividad genera anticuerpos –es una manera de hablar-, “el exceso de lo igual” no los genera, no hay anticuerpos ni defensa posible. La obesidad, no es una infección –hablamos de metáforas- no se genera una reacción por parte de nuestro cuerpo, como sucede con las infecciones.
Han se esfuerza por hacer distingos, así por ejemplo, nos dice que “Lo mismo no es idéntico a lo igual, siempre aparece emparejado con lo distinto”. Lo igual no tiene negatividad, por eso se convierte en “masa amorfa”. La obesidad se representaría como esa masa amorfa, que no es infecciosa, pero sí adiposa. 

La experiencia de la positividad lo invade todo. Léase positividad como lo igual. Así sucede que “Uno se entera de todo sin adquirir ningún conocimiento”. Todo se reduce a un “me gusta”. Buscamos desesperadamente a iguales, a aquellos que piensan como nosotros, que aspiran a lo mismo que nosotros. Los anuncios van llenos de la palabra mágica “experiencia”. Pero la experiencia eso que “nos concierne, nos arrastra, nos oprime o nos anima”, supone la negatividad. El dolor, la frustración. El mundo actual quiere suprimir esas experiencias  negativas, aspira a un mundo donde todo sea “me gusta”. El mundo hiperconsumista no tolera los procesos lentos, los largos plazos, rechaza la lentitud.

Han nos habla de la distinción entre pensamiento y cálculo. El “pensamiento tiene acceso a lo completamente distinto”. Sea el concepto –propio de la filosofía-, o la metáfora –propio de la poesía- es capaz de alcanzar “un nuevo estadio”, mientras que el cálculo es ciego al acontecimiento –lo nuevo-. El conocimiento es creación y transformación, “genera un nuevo estado de conciencia”. 

El acontecimiento “le es inherente una negatividad, pues engendra una relación nueva con la realidad, un mundo nuevo, una comprensión nueva de lo que es”. Vivimos tiempos en que el “olvido del ser” supone rechazar la negatividad y por ello hacerse ciego hacia los acontecimientos.

La red es “una caja de resonancia especial, en una cámara de eco de la que se ha eliminado toda alteridad, todo lo extraño”. ¡Esta describiendo la caja de Faraday!. La red es la positividad de los nuevos tiempos. La dialéctica cerca y lejos es sustituida por una “falta total de distancia”. La sociedad de la transparencia destruye lo cercano y lo lejano, “todo queda igual cercano o lejano”.

Rastro y aura. El rastro es la manifestación de una cercanía, por muy lejos que pueda estar aquello que lo deja. El aura es la manifestación de una lejanía, por muy cerca que pueda estar aquello que la irradia” (W.Benjamín, Obra de los pasajes, libro V, vol. 1, Madrid, Abada, 2013)

“La hipercercanía y la sobreiluminación” son propias de la positividad, de una sociedad transparente que borra ese rastro y aura de la que hablaba W.Benjamín. El mundo hiperconsumista aborrece el misterio, y sólo exalta lo igual, sea en forma de series, de pornografía o de relaciones a base de “me gusta”. El capítulo acaba con el análisis de la película de Charle Kaufmann Anomalisa, que compendia esa fascinación por lo igual.