EL Ayuntamiento de Vic ha creado una situación de alarma social a costa de la inmigración. Ahora tiene escrúpulos acerca de la conducta a seguir con la inmigración ilegal. Habría que decir que Vic ha gozado de un trato especial, por ejemplo, en el sector sanitario. El Institut Català de la Salut (l'ICS) aportaba una cuantía suplementaria en función del CENSO precisamente en Vic. Es posible que ahora l'ICS haya cerrado en grifo.
Lo cierto es que se puede hablar todo lo que se quiera acerca de la inmigración, sus requisitos, sus flujos y reflujos, pero lo cierto y fundamental es que cualquier persona que está en el territorio nacional -Vic de momento se haya en ese territorio- no puede desentenderse de las necesidades básicas -sanidad y educación- que cualquier persona tiene derecho. Cualquier otra consideración establecería la existencia de ciudadanos de primera y de segunda.
¿Qué los Ayuntamientos tienen un exceso de funciones? ¿Qué sus presupuestos no llegan para abarcar todos los frentes? ¿Qué existe una demanda cada vez más creciente de servicios básicos? Pues que se trate en los foros correspondientes. Por ejemplo, a través de las Diputaciones, de los Consejos Comarcales, de las instancias administrativas que correspondan a los Ayuntamientos de determinada zona y las Asociaciones correspondientes, hasta llegar al Parlament y la Generalitat y de ahí al Estado central.
En Vic se ha ido al eslabón más débil: los inmigrantes. La excusa es que allí existe una xenófoba Plataforma por Cataluña (PxC) que ha creado las condiciones para que sus llamamientos calen en ciertos sectores de la población. Ahora que existe crisis económica, lo conveniente es que desaparezcan los inmigrantes ilegales que han ocupado un puesto en la economía sumergida, por ejemplo, en explotaciones agrarias, ocupándose de actividades que nadie de los naturales querría hacer. Plataforma por Cataluña está dirigida por Josep Anglada que proviene de Fuerza Nueva (extrema derecha nacional), que con un programa xenófobo lo ha llevado a convertirse en segunda fuerza política de la ciudad. Así que Vic con cerca de 40.000 personas y un 20% de inmigración, recurre al pánico cuando las voces interesadas de la extrema derecha llama a las trincheras.
Por ello el Ayuntamiento formado por CiU, el PSC y ERC han hecho piña para sobrepujar por la derecha a la Plataforma de Anglada. El Ayuntamiento al parecer no dispone de ningún gabinete jurídico, pues, se limita a pedir informes externos. ¿Cómo puede ser eso? El electoralismo de la peor especie es el terreno abonado para los especuladores del miedo como Anglada y los conciudadanos de Vic que lo votan. Los partidos tradicionales no saben como abordar estos asuntos. Las direcciones de los partidos han estado ausentes de estos debates. Es un síntoma. Cuando las cosas van mal, siempre se ha buscado una cabeza de turco. La inmigración ilegal es el caballo de Troya de la extrema derecha. Los valores se perderán, las costumbres y la lengua autóctona desaparecerá arrinconada por hordas venidas de todos los confines del globo.
¿Han pensado en la angustia que habrá provocado estas noticias en los colectivos de inmigrantes? La sensación de ser ellos quienes pagan los platos rotos, de unas políticas que al abrigo de la coyuntura económica eran necesarios para el desarrollo y bienestar de todos. Pero ahora se ha acabado la fiesta. Y lo que se les dice es simplemente: ¡ Márchense, y cuando les necesitemos ya los llamaremos!
¿Qué nos espera en una Cataluña independentista? ¿ Certificados de buenos catalanes? ¿Asistencia a cursillos para conocer mejor la realidad catalana? Vivimos en una sociedad que debería regirse por el principio de ciudadanía y no en base al territorio. Las identidades son de elección voluntaria y no se debería excluir el pertenecer a tantas como uno quiera sentirse. Me siento bien siendo catalán, pero también español y europeo. Pero rechazo cualquier imposición para dar gusto a unos salvapatrias que se inventan identidades obligatorias para justificarse de sus propios delirios territoriales. Por eso no deja de ser preocupante lo sucedido en Vic, porque los partidos en el gobierno municipal expresan esos delirios de pureza nacional y territorial.