dilluns, 18 de gener del 2010

Vic: laboratorio independentista (II)

EL Ayuntamiento de Vic ha creado una situación de alarma social a costa de la inmigración. Ahora tiene escrúpulos acerca de la conducta a seguir con la inmigración ilegal. Habría que decir que Vic ha gozado de un trato especial, por ejemplo, en el sector sanitario. El Institut Català de la Salut (l'ICS) aportaba una cuantía suplementaria en función del CENSO precisamente en Vic. Es posible que ahora  l'ICS haya cerrado en grifo.


Lo cierto es que se puede hablar todo lo que se quiera acerca de la inmigración, sus requisitos, sus flujos y reflujos, pero lo cierto y fundamental es que cualquier persona que está en el territorio nacional -Vic de momento se haya en ese territorio- no puede desentenderse de las necesidades básicas -sanidad y educación- que cualquier persona tiene derecho. Cualquier otra consideración establecería la existencia de ciudadanos de primera y de segunda.

¿Qué los Ayuntamientos tienen un exceso de funciones? ¿Qué sus presupuestos no llegan para abarcar todos los frentes? ¿Qué existe una demanda cada vez más creciente de servicios básicos? Pues que se trate en los foros correspondientes. Por ejemplo, a través de las Diputaciones, de los Consejos Comarcales, de las instancias administrativas que correspondan a los Ayuntamientos de determinada zona y las Asociaciones correspondientes, hasta llegar al Parlament y la Generalitat y de ahí al Estado central.

En Vic se ha ido al eslabón más débil: los inmigrantes. La excusa es que allí existe una xenófoba Plataforma por Cataluña (PxC) que ha creado las condiciones para que sus llamamientos calen en ciertos sectores de la población. Ahora que existe crisis económica, lo conveniente es que desaparezcan los inmigrantes ilegales que han ocupado un puesto en la economía sumergida, por ejemplo, en explotaciones agrarias, ocupándose de actividades que nadie de los naturales querría hacer. Plataforma por Cataluña está dirigida por Josep Anglada que proviene de Fuerza Nueva (extrema derecha nacional), que con un programa xenófobo lo ha llevado a convertirse en segunda fuerza política de la ciudad. Así que Vic con cerca de 40.000 personas y un 20% de inmigración, recurre al pánico cuando las voces interesadas de la extrema derecha llama a las trincheras.





Por ello el Ayuntamiento formado por CiU, el PSC y ERC han hecho piña para sobrepujar por la derecha a la Plataforma de Anglada. El Ayuntamiento al parecer no dispone de ningún gabinete jurídico, pues, se limita a pedir informes externos. ¿Cómo puede ser eso? El electoralismo de la peor especie es el terreno abonado para los especuladores del miedo como Anglada y los conciudadanos de Vic que lo votan. Los partidos tradicionales no saben como abordar estos asuntos. Las direcciones de los partidos han estado ausentes de estos debates. Es un síntoma. Cuando las cosas van mal, siempre se ha buscado una cabeza de turco. La inmigración ilegal es el caballo de Troya de la extrema derecha. Los valores se perderán, las costumbres y la lengua autóctona desaparecerá arrinconada por hordas venidas de todos los confines del globo.

¿Han pensado en la angustia que habrá provocado estas noticias en los colectivos de inmigrantes? La sensación de ser ellos quienes pagan los platos rotos, de unas políticas que al abrigo de la coyuntura económica eran necesarios para el desarrollo y bienestar de todos. Pero ahora se ha acabado la fiesta. Y lo que se les dice es simplemente: ¡ Márchense, y cuando les necesitemos ya los llamaremos!

¿Qué nos espera en una Cataluña independentista? ¿ Certificados de buenos catalanes? ¿Asistencia a cursillos para conocer mejor la realidad catalana? Vivimos en una sociedad que debería regirse por el principio de ciudadanía y no en base al territorio. Las identidades son de elección voluntaria y no se debería excluir el pertenecer a tantas como uno quiera sentirse. Me siento bien siendo catalán, pero también español y europeo. Pero rechazo cualquier imposición para dar gusto a unos salvapatrias que se inventan identidades obligatorias para justificarse de sus propios delirios territoriales. Por eso no deja de ser preocupante lo sucedido en Vic, porque los partidos en el gobierno municipal expresan esos delirios de pureza nacional y territorial.

dissabte, 9 de gener del 2010

Novela negra...sueca


Novela negra, la expresión tiene su origen en el escritor norteamericano Raymond Chandler. Su expresión ha hecho fortuna. Y hablando de fortuna ahí está el éxito de las novelas de Stieg Larsson (1954-2004) y su famosa trilogía "Millennium".  Las novelas de Larsson son entretenidas, sus páginas se parecen a planos visuales, sus descripciones se parecen a los catálogos de venta por correo. Ameno, superficial, apto para todos los públicos. Entretiene sus peripecias truculentas, sus personajes son del todo poco creíbles. Especialmente, Lisbeth Salander. Su particular "autismo social" permite desdibujar al personaje, hasta hacerlo plano. Sale de las situaciones como un prestidigitador que saca de su chistera un conejo o una paloma. No importa lo poco creíble que sea la situación. Tiene recursos para todo. Las páginas describen hechos y situaciones de todo orden. Pero falta algo. No basta ni Mikael Blomkvist, ni la conspiración de la inteligencia sueca, ni Zalachenco...




¿Qué falta entonces? La respuesta está en la escritura. Leer una página por poner un ejemplo de Philip Roth de "La mancha humana" (ed.Debolsillo) es suficiente para ver las diferencias. En este caso, la novela negra tiene su sentido irónico. O sea, leer a Larsson, siendo agradable y entretenido, no supera ni la intensidad y la profundidad de los personajes de Roth, por ejemplo. Tampoco de Henning Mankell. La serie Wallander, es un buen ejemplo de novela negra.

Uno imagina a una Suecia en el que el Estado del bienestar hace que las injusticias sociales sean lo menos dolorosas posibles, pero al leer la novela negra sueca, parecen dibujar una Suecia que cuesta reconocer. Detrás del bienestar se esconde una sociedad doliente. Suicidios, alcoholismo, violencia. ¿Eso era el paraíso de la sociedad del bienestar? Parece que Henning Mankell y en otro registro Larsson nos dicen que no todo es oro lo que reluce en Suecia.



Acabo de leer "Pisando los talones" de Henning Mankell. El libro es un buen ejemplo de buena novela negra. Mankell no es Roth, pero tampoco es Larsson. Su novela deja que las cosas sucedan, las descripciones y las situaciones son realistas. Las reflexiones sobre Suecia son aceradas y ácidas. Hay desencanto y frustración. Reflexiona sobre la condición humana y el papel de la policía. La novela y su personaje central Kurt Wallander y los demás personajes se les ve a lo largo de la novela pasar por todas las fases de una investigación criminal. ¿Cómo saber quién es el asesino o asesinos? ¿Cómo empezar a buscar pruebas?


La violencia que describen es extremadamente desasosegante. Psicópatas astutos, fríos, calculadores. Y frente a ellos se oponen inspectores/as que tienen problemas domésticos, Wallander y su diabetes incipiente que le hace orinar terrones de azucar,etc. Radiografías de una sociedad que debería estar encantada de tener y poseer lo que tienen, pero que no acaba de estar bien consigo misma.

Leyendo a estos autores suecos parecería que en el infierno no hay fuego, sino hielo.No he leído todas las obras de Mankell, leí "Asesinos sin rostro", en el que la inmigración estaba en el trasfondo de la novela y el inspector Wallander iniciaba su andadura. Leeré más novelas de este autor, ya que desgraciadamente, la muerte prematura de Larsson ha truncado su vida y carrera como novelista.



Vic: laboratorio independentista (I)

Vivimos tiempos confusos. La inmigración es un nuevo reto al que hay quedar respuesta. Cuando no había inmigración España se ufanaba de ser un país de acogida. La década de los 60 España se convirtió en un país en el que la opción de la inmigrción se hizo realidad. Tanto daba si era legal como ilegal o alegal (Blanca Sánchez Alonso). El caso era salir de una situación de falta de perspectiva vital y económica.




La historia le gusta recrearse así misma. España ya no es el punto de partida para ir a Francia, Alemania, Suiza, Holanda, etc., hoy, se ha convertido en lugar de destino. Las cifras son elocuentes: En 1981, los extranjeros censados eran 198.042. En el 2000 eran 923.879; en 2005, 3.730.610 y en el 2009 la cifra es 5.598.691 que representa el 12% de la población. Probablamente la cifra total de la inmigración sea mayor, si agrupamos los censados y los que no lo están.

España desde el 2000 ha experimentado en desarrollo económico extraordinario. Ahora vemos que su desarrollo se asentaba sobre bases poco sólidas. El crecimiento en el sector de la construcción creó las condiciones para una demanda cada vez mayor de mano de obra poco cualificada. Las cifras de la inmigración demuestran la necesidad de mano de obra que era necesaria. Desgraciadamente, la crisis financiera mundial y nuestra propia estructura económica basada en la construcción y el sector servicios, ha desencadenado un auténtico terremoto en el mercado laboral. Las cifras del paro cercano a los cuatro millones de parados son un recordatorio de un crecimiento ficticio. Ahora, todo son lamentaciones. ¿Qué hacemos ahora, cuando el paro afecta a tanta gente? ¿Buscamos culpables? ¿Podemos lanzar nuestros dardos acusadores al sector financiero? ¡No! La respuesta se ha de buscar en el eslabón más débil. Y aquí entra la inmigración como chivo expiatorio de todos nuestros males

El gobierno, a través de las sucesivas leyes de inmigración intenta restringir el acceso de los inmigrantes. ¿Cuántos inmigrantes podemos absorber en situación de paro galopante? ¿Deberían volver a sus casas? ¿Podremos volver a llamarlos cuando los necesitemos? ¿Es razonable pensar en esos términos?

Cataluña ha sido uno de los destinos de la inmigración. De los clásicos seis millones de la era Pujol se ha pasado a los 7.364.078 en el 2008 (INE). La cifra probablemente habrá aumentado ligeramente. España cuenta con 46.745.807 en el 2009 (INE). Es decir, en Cataluña hay un 15,7% de población inmigrante. Las comunidades donde se ha producido mayor aumento de extranjeros en términos absolutos durante el año 2008 son Cataluña (80.402), Andalucía (44.814) y Comunidad de Madrid (37.752) (INE).

Los datos están ahí. la cuestión central es de carácter político,económico, pero especialmente de orden cultural. Asimilación e integración cultural, racial, social como ideal de absorción de lo diferente en un conglomerado "homogeneo" o bien reivindicación de las diferencias al modo del modelo multiculturalista. Las reacción a esta nueva situación deberían ser motivo de reflexión y debate político. ¿De qué tenemos miedo?



Las cifras nos dicen que el origen de la inmigración corresponde a la siguiente distribución geográfica: Unión Europea el 40%, África, el 17,8%, América del Sur el 28,1%. La pregunta parece retórica, ¿de qué tenemos miedos? El 40% de la inmigración corresponde a la Europa de los 27. Habría que preguntarse ¿por qué de esos miedos? ¿Tampoco seguros estamos de nuestra identidad? La noticia en la TV debería ser que somos invadidos por los europeos.