dimarts, 3 de juliol del 2018

Reseñas: John le Carré

Reseña:

John le Carré, El llegat dels espies [El legado de los espías], el balancí 783, edicions 62, Barcelona, 2018.

Le Carré, reafirma su maestría en una novela crepuscular donde sus antihéroes vuelven del pasado para una radiografía de nuestro presente. El presente quiere reinterpretar el pasado, un pasado glorificado, pero que en realidad era una lucha sorda por el control del relato sobre buenos y malos. El presente llama a capítulo al pasado, se buscan responsabilidades, y quien mejor que Peter Guillam, ayudante del todopoderoso George Smiley, hacedor de vidas y muertes en el Circus –Servicio Secreto británico-, para pagar los platos rotos.

John le Carré


Expedientes que nos llevan a los años 60, en plena ebullición de la Guerra Fría. Una operación Windfall, que aparentemente se saldó con daños colaterales, y que misteriosamente, vuelven a salir a la luz en un presente, en el que las relaciones internacionales son evanescentes y oblicuas.

Espías, joes –activos en el lenguaje del espionaje- que son fácilmente desechables cuando las circunstancias así lo aconsejan. Por eso podrán decir: “(…) de quant sentiment humà podem prescindir en nom de la llibertat, diries tu, abans de deixar de sentir-nos o humans o lliures?” [(…) de cuanto sentimiento humano podemos prescindir en nombre de la libertad, dirías tú, antes de dejar de sentirnos o humanos o libres] (pàg.308)



Detrás de Windfall, se esconde uno de los personajes que han acompañado a le Carré  a lo largo de su dilatada trayectoria. George Smiley. En un momento determinado, Smiley le dice a Peter Guillam “(…). Un vell espia a la tercera edat busca la veritat eterna”  [Un viejo espía a la tercera edad busca la verdad eterna] (pàg.309). Una frase que en boca de Smiley parece una provocación. La verdad sólo es eso si nos conviene que sea así. Los espías no han contado una verdad en sus vidas, pero Smiley parece que se ve obligado a mentirle descaradamente a Guillam. 

¿Para qué servía ese juego de espías entre “inteligencias” británica y rusa, por poner un ejemplo? He ahí una respuesta: “(…). No hi haurà guerres, però en la lluita per la pau no quedarà ni una pedra dreta, que solien dir els nostres amics rusos” [No habrá guerras, pero en la lucha por la paz no quedará piedra sobre piedra, que solían decir nuestros amigos rusos] (pàg.313). ¿Es verdad eso que están diciendo? Resulta consolador pensar que esos espías nos salvaron del desastre, pero resulta demasiado bueno y demasiado conveniente para que sea verdad. 

¿A qué se dedican ahora los espías? La respuesta es la de siempre. Se buscan ventajas con respecto a los demás. Los bandos se han difuminado, la emergencia del terrorismo, parece borrosa, ¿a qué enemigo dedicar esos esfuerzos? Cualquier respuesta puede ser válida. 

Resumiendo, esta última entrega de John le Carré deja a la novela de espías en un callejón sin salida. El pasado puede volver, pero no como tragedia sino como comedia. Le Carré nos demuestra a través de su escritura un dominio de todos los recursos que a lo largo de estas últimas décadas nos ha regalado con su don para emprender su lectura. Imprescindible.

dijous, 28 de juny del 2018

Recomendaciones veraniegas: Bon dia, són les vuit!

Reseña: 

Antoni Bassas, Bon dia, són les vuit! L’Ancora 248, ed. Destino/ Columna edicions, Barcelona 2108.
El Premi Josep Pla del 2018 fue para el relato de Antoni Bassas, Bon dia, són les vuit!. En ella se narra las vivencias del presentador de El matí de Catalunya Ràdio, líder de audiencia durante años.
Desde el inicio el 2 de enero de 1995 hasta el 18 de julio del 2008, Antoni Bassas creó una conexión con la audiencia difícil de pensar al iniciar su andadura. 

Hay dos partes bien diferenciadas, en la primera parte, capítulos del 1 al 5, explica un montón de anécdotas, reflexiones personales acerca de la función de la radio como función pública, como entretenimiento, como espacio para la reflexión y la convivencia. 


Hay un momento clave en la continuidad de Antoni Bassas delante de los micrófonos, y está es la intervención del “comisario político” Joan Ferran (PSC) que pudo afirmar en una entrevista del 2007 que “cal arrencar de Catalunya Ràdio i TV3 la crosta nacionalista” [hace falta arrancar de Cataluña Radio y TV3 la costra nacionalista](pág.17). 

Los diferentes capítulos son una historia del pasado más inmediato, y una fuente de pistas de lo que el futuro nos esperaba. El futuro no está escrito por nadie. No hay un consejo de administración en la sombra. Nadie tiene ese poder. Sólo a posteriori tendemos a recrear ese pasado para hacer pasar por una narración lineal y previsible. Seguramente, por esa razón no podemos aprender de la historia. 

En todo caso, los capítulos se leen con amenidad e interés, sobre todo si uno ha seguido el programa. En cambio, la segunda parte, es un capítulo tipo cajón de sastre, donde destaca por su fuerza la experiencia vital que vivió en Haití con motivo del catastrófico terremoto ocurrido el 12 de enero de 2010. Hay una frase que resume el colosal desastre humanitario: “a Haití els havia matat la pobresa, no el terretrèmol” [en Haití los había matado la pobreza, no el terremoto] (pág.320).

Habría que esperar que Bassas escriba otro libro dedicado a su etapa norteamericana. Resumiendo, un libro refrescante, un escrito sincero y sentido, por una de las voces más reconocidas del panorama periodístico de Cataluña.