La manifestación de la derecha y extrema derecha no estuvo a la altura que sus organizadores y medios de comunicación adictos, esperaban. Muchos medios se pusieron a disposición de los "potenciales manifestantes", pero los asistentes que se esperaban no acudieron. Como siempre las cifras de participación de las manifestaciones son muy dispares. Entre las 45000 personas que da la Delegación del Gobierno en Madrid hasta los 200000 de los organizadores, hay un abismo. Lo cierto es que el PP, especialmente, ha salido escaldado de su llamamiento a una manifestación contra el gobierno del PSOE.
Cs sigue su marcha triunfal hacia donde pertenece, es decir, a la derecha más reaccionaria. UNIDAD, esa es la palabra fetiche. Sin embargo, esa pretendida unidad, es posible al precio de destruir al adversario político, es decir, a los independentistas. ¿Cuál es el pecado del independentismo? Querer convocar un referéndum para saber cuál es la opinión de la ciudadanía. Este acto democrático, pedir opinión a los afectados, es visto como un acto criminal. Por eso, mañana empieza un juicio infame al que el anterior gobierno de Mariano Rajoy, y el actual de Pedro Sánchez, nos han llevado. Examen de conciencia, se veía en la Plaza Colón, eso de momento no entra en la agenda de la política española.