“(…) Era normal buscar una solución pactada con el 155. Estamos frente a unos señores profundamente nazis que defienden la supremacía de la raza, buscan el victimismo permanente y están destrozando Cataluña. (…)” (El País, 26 febrero 2019)
Celia Villalobos se permite declaraciones despectivas y mentirosas. Hablar mal de los líderes independentistas sale siempre gratis. Ella nunca ha hablado mal de su partido. Ahora que ya no se va a presentar, tiene 70 años, ¡por qué no se jubilan! Tenemos una nómina gerontocrática insultante para todos aquellos que anhelan jubilarse. Un mal pensado podría sugerir que con la vida regalada que tienen en el Congreso, ¿para qué te vas a jubilar?
He dicho antes que los clichés deshumanizadores que nos regalan los representantes políticos “nacionales”, no deja de ser preocupante por su falta absoluta de veracidad. Sólo los independentistas son nazis. ¿Sabe la señora Villalobos que significa nazi? ¿Ha mirado algún libro de historia? Llamar a los representantes del independentismo nazis es descalificar a toda la ciudadanía que los ha votado. Mezclar y degradar con la palabra a los oponentes resulta miserable y mezquino. Es la misma táctica que cuando se denigraba a los judíos, o cualquier grupo minoritario. Celia Villalobos ha vivido durante cuarenta años de un partido cuya corrupción ha sido sistémica y sistemática, pero ¿cuántas veces ha denunciado esa corrupción? Habla de victimismo. El 1-O la ciudadanía fue objeto de un atropello sin precedentes por parte de la policía y guardia civil que “fueron a por nosotros”. El victimismo son los reiterados incumplimientos en infraestructuras y el déficit permanente de inversiones. ¡Claro que jugamos la carta del victimismo!
Villalobos vive en otra galaxia, por eso no sabe que en Cataluña sigue liderando la economía española, a pesar de los esfuerzo del gobierno catalán por hundir la economía. ¿Cómo es posible semejante milagro?
Con declaraciones como está, no entiendo porque se extraña que Vox pueda acaparar muchos votos del PP. Si pones gasolina al fuego es inevitable que el fuego se haga más grande. Con sus declaraciones lo que hace es sacar a la luz sus propias contradicciones, se escandaliza de Vox, cuando por otro lado, parece más bien su ventrílocuo.