El golpe de estado protagonizado por los militares en Birmania confirma, el hecho que los militares no quieren bajo ningún concepto ceder el enorme espacio de poder que ya poseían. No ayuda que China sea visto por los militares, el mejor aliado estratégico para sus propios fines. En otro lugar, ha hablado largo y tendido sobre Birmania, y no repetiré lo allí dicho. Lo único cierto, es que la apertura al exterior de la mano del turismo, un país extraordinario, hacía posible su conexión con el resto del mundo, la pandemia y la falta de turistas, habrá agravado las difíciles relaciones entre el gobierno civil y el poder militar que controla buena parte de los recursos. Una muy mala noticia la sociedad birmana que miraba el futuro con esperanza.
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