dilluns, 24 de setembre del 2012

9006


Quisiera agradecer a las 9006 visitantes de esta página. Puse el contador porque tenía la sospecha de que nadie miraba la página. Es verdad que muchas de estas personas tienen la amabilidad de entrar en ella para aumentar la estadística. Sé que hay páginas más inspiradas que la mía. También sé que hay páginas que destilan tóxico es sus páginas y que al parecer está manera de hacer les proporciona muchas personas que quieren intoxicarse. Cada cual es amo de sus tóxicos.



A todos aquellos que tienen el humor de pasear por este blog les agradezco sinceramente que compartan la lectura de estas reflexiones. Es tan difícil de decir algo que tenga sentido que agradecería sinceramente que pudieran escribir sus opiniones, para poder compartir diferentes puntos de vista que nos ayuden a entender lo que está sucediendo en nuestra sociedad cada vez más acelerada y desarticulada.

dissabte, 22 de setembre del 2012

Embolicar la troca


“Embolicar la troca” -complicar las coas-, es una expresión que probablemente se ajuste a lo que está sucediendo ahora mismo en Cataluña y su relación con el gobierno central. Después de la manifestación multitudinaria del 11-S que expresaba muchas cosas, entre ellas, la idea de la independencia. La afirmación nacional que a través de CiU ha sabido capitalizar la sensación de que el gobierno central desoye las reivindicaciones catalanas. El Pacto fiscal que era el programa estrella de CiU ha acabado antes de empezar. La manifestación del 11-S la desbordaba, ante un clamor de mayor independencia. La sensación de que Cataluña paga más de lo que recibe se hace cada vez más evidente.




Los problemas económicos de la Generalitat y que han provocado recortes en todos los servicios, CiU es un gobierno de centro-derecha, ha provocado un rechazo por parte de la sociedad, pero a su vez, CiU ha sabido redirigir el clamor contra los recortes sociales que el gobierno de la Generalitat ha puesto en marcha, hacia la vertiente soberanista. Así, podía matar dos pájaros de un tiro. Por un lado, difuminaba sus responsabilidades en los recortes sociales y otro, lograba recapitalizar la necesidad de un proyecto que ilusione. Los catalanes somos gente que nos gusta ilusionarnos, no lo podemos evitar. Sin embargo, desde el gobierno central, da continuas muestras de un desprecio olímpico sobre los temas que tienen que ver con Cataluña. Mucha gente piensa que los problemas que nos atenazan podrían solventarse a través de la independencia.



El gobierno central no entiende para nada el ansia nacionalista. Es un sentimiento tan válido como cualquier otro. El propio gobierno central da muestras cada día que pasa de un rearme nacionalista español. Nada mejor que cualquier declaración contra el gobierno catalán para aumentar las filas nacionalistas y soberanistas. El gobierno central y su auxiliares mediáticos –el canal 24 horas, no sabía cómo colocar la noticia de la manifestación del 11-S-, no entienden nada del sentimiento nacional. Era fácil si el sentimiento nacional lo capitaneaba HB y ahora Bildu, porque siempre podían decir –y con razón-, que estaban teledirigidos por ETA, pero de CiU no pueden decirlo.




¿Qué sucede con aquellos que no quieren la independencia en Cataluña? La respuesta en la sociedad democrática catalana es que todas las expresiones podrán ser oídas y debatidas, tendrá que haber elecciones donde los partidos podrán fijar sus posiciones a favor, en contra, o lo que consideren oportuno. De ese nuevo Parlament el gobierno que salga y en función de la correlación de fuerzas podrá proponer la convocatoria de un referéndum para saber lo que opina la ciudadanía. No hay estado totalitario, cuando se realiza a través de la participación ciudadana.

 Los momentos actuales cuando el gobierno central se resiste a ser intervenido, el discurso de una nación catalana es un banderín de enganche –tal vez una huida hacia delante-, que al menos parece que la ciudadanía coge las riendas de sus destinos, en vez de dejar que los mercados nos dirijan hacia la desilusión y la pobreza, ¿acaso no parece razonable que muchos suspiren por esa nueva senda independentista?

dimarts, 11 de setembre del 2012

Cataluña quiere que se muevan las cosas


La manifestación convocada para la “Diada Nacional de Catalunya” ha reunido entre más de un millón y medio de ciudadanos, según Guardia Urbana de Barcelona y los Mossos d’Esquadra, mientras que desde la Delegación del Gobierno lo rebajaba a medio millón. Lo cierto es que estamos delante de otra manifestación multitudinaria. La gente quiere ilusiones y la independencia puede ser un clavo ardiendo al que aferrarse.


El gobierno de CiU podrá capitalizar como arma de presión la manifestación para presionar por el Pacto Fiscal. El gobierno de Rajoy sobre el problema catalán dijo lo siguiente: "en este momento no toca, el lio, la disputa y la polémica. Toca la unión y la colaboración. Toca crear empleo. Y lo que menos necesitamos son estas cosas. Si superamos esta situación, la Generalitat tendrá más dinero. No estamos en España para grandes algarabías”. Gracias a este tipo de reflexiones profundas y meditadas la ciudadanía catalana ha salido para contestar al presidente de todos los españoles.





La pregunta que todos se plantean es la siguiente: ¿qué pasa a partir de ahora? La táctica del gobierno no es que el tiempo pase y se disuelvan los problemas, si es que se pueden disolver. Desde el gobierno de CiU esperan acontecimientos que saben que Rajoy no va hacer nada, así que la pregunta es que va a hacer CiU. ¿Debería disolver el Parlament y convocar nuevas elecciones en el que el programa electoral se fijase un referéndum?


La ciudadanía no puede ser obviada permanentemente. La crisis está afectando de manera muy cruda en Cataluña. Los recortes –retallades- han sido generosos con las capas medias y bajas, no en vano CiU es de derechas. Si la población que necesita proyectos ilusionantes no es atendida, puede llegar a desencadenar una auténtica desafección a la política que podría llegar a ser infinitamente más peligroso que el camina hacia la independencia.