Las elecciones vascas y gallegas llegan a la recta final de una campaña plana y sin novedades, excepto, por el telón de fondo de los escándalos cinegéticos del ex-ministro Bermejo y el goteo cada vez más sonoro del otro escándalo de corrupción que afecta al PP. Mucho ruido mediático y papeleo en la Audiencia Nacional, de momento.
En una sociedad democrática, la alternancia en el gobierno, es un buen síntoma de ciudadanía. Las elecciones gallegas están en esa dinámica, y por ello, no suscitan especial interés. Por supuesto, si fuese ciudadano de dicha Comunidad estaría interesado en saber como piensan gestionar la crisis que afecta a dicha Comunidad. Emilio PérezTouriño y Alberto Núñez Feijóo más allá de las diferencias ideológicas mínimas, y máximas en la retórica, son los candidatos a gobernar dicha Comunidad. Es verdad que una de las llaves del poder está en la candidatura nacionalista del BNG, de Anxo Quintan. El modelo de alianza con los nacionalistas se está haciendo popular. El PP busca naturalmente, la mayoría absoluta, pues, no cuenta con la adhesión del BNG. Más allá de las diferencias y problemas que aparecen en dicha Comunidad con retórica nacionalista adherida del PSdeG como un "plus" de izquierdas,la normalidad es la tónica de esas elecciones y su interés se circunscribe a los ciudadanos de dicha Comunidad.
Sin embargo, otra cosa es la situación del País Vasco , desgraciadamente, mucho más turbia. La dinámica de ETA(NO), y sus atentados y sus servicios auxiliares en perpetuo movimiento hacia ninguna parte, distorsiona toda la dinámica democrática. Además la destrucción de locales del PNV y el PSE como siniestros mensajes de amenazas, enturbian aún más unas elecciones de difícil pronóstico. Las posibilidades de emergencia de un nuevo partido en la escena vasca, es de de incierto pronóstico. UPyD, el partido de Rosa Díez intenta colarse en el País Vasco, las dinámicas y la contabilidad aritmética no están de su parte. Veremos a dónde nos lleva. En la dialéctica del miedo de los comparsas de los asesinos de ETA(NO) se ha añadido un nuevo episodio que expresa el drama que se vive en el País Vasco. Me refiero al hecho de que una persona con un mazo a atacado una "herriko taberna" (bar) en Lazkao, como respuesta a los ataques de ETA a una de los locales de PSE que afecto a la vivienda de dicha persona. La ira personal como expresión de impotencia frente a la amenaza y chantaje permanente en el que viven los no nacionalistas.
Naturalmente, esos servicios auxiliares de ETA(NO) en permanente estado de guardia, han desplegado se habitual acoso y derribo contra todos y especialmente contra quien ha tenido la osadía de destrozar el bar de Lazkao. La primera consecuencia es el "destierro" a otra Comunidad. La impotencia del Estado se hace evidente, cuando un ciudadano, tiene que marcharse para no se blanco de los ataques de los servicios auxiliares de los terroristas. La retórica incendiaria es inversamente proporcional si ETA(NO) hubiese asesinado o atentado a personas o bienes, pues, en ese caso, su habitual silencio (cómplice) se hubiera hecho escandalosamente audible.
Lo que expresa ese hecho es una convivencia rota por ETA(NO) y unos sevicios auxiliares de ETA(NO) que si bien, no pueden acudir a las urnas en virtud de la legalidad, no tienen inconveniente en seguir estando en las instituciones para aprovecharse de ella y hacer escarnio de la democracia. Este estado de cosas, tiene naturalmente unos responsables, unos cómplices y unos observadores "imparciales". Los responsables son ETA(NO), sus cómplices, los servicios auxiliares, que aparecen con diferentes letras pero que no son más que las correas de transmisión del miedo y la intolerancia y un PNV que lleva gobernando desde hace dos décadas y que alguna responsabilidad tendrá en ese marco de convivencia desgarrado por el miedo y las pistolas que se llama País Vasco.
Sin embargo, otra cosa es la situación del País Vasco , desgraciadamente, mucho más turbia. La dinámica de ETA(NO), y sus atentados y sus servicios auxiliares en perpetuo movimiento hacia ninguna parte, distorsiona toda la dinámica democrática. Además la destrucción de locales del PNV y el PSE como siniestros mensajes de amenazas, enturbian aún más unas elecciones de difícil pronóstico. Las posibilidades de emergencia de un nuevo partido en la escena vasca, es de de incierto pronóstico. UPyD, el partido de Rosa Díez intenta colarse en el País Vasco, las dinámicas y la contabilidad aritmética no están de su parte. Veremos a dónde nos lleva. En la dialéctica del miedo de los comparsas de los asesinos de ETA(NO) se ha añadido un nuevo episodio que expresa el drama que se vive en el País Vasco. Me refiero al hecho de que una persona con un mazo a atacado una "herriko taberna" (bar) en Lazkao, como respuesta a los ataques de ETA a una de los locales de PSE que afecto a la vivienda de dicha persona. La ira personal como expresión de impotencia frente a la amenaza y chantaje permanente en el que viven los no nacionalistas.
Naturalmente, esos servicios auxiliares de ETA(NO) en permanente estado de guardia, han desplegado se habitual acoso y derribo contra todos y especialmente contra quien ha tenido la osadía de destrozar el bar de Lazkao. La primera consecuencia es el "destierro" a otra Comunidad. La impotencia del Estado se hace evidente, cuando un ciudadano, tiene que marcharse para no se blanco de los ataques de los servicios auxiliares de los terroristas. La retórica incendiaria es inversamente proporcional si ETA(NO) hubiese asesinado o atentado a personas o bienes, pues, en ese caso, su habitual silencio (cómplice) se hubiera hecho escandalosamente audible.
Lo que expresa ese hecho es una convivencia rota por ETA(NO) y unos sevicios auxiliares de ETA(NO) que si bien, no pueden acudir a las urnas en virtud de la legalidad, no tienen inconveniente en seguir estando en las instituciones para aprovecharse de ella y hacer escarnio de la democracia. Este estado de cosas, tiene naturalmente unos responsables, unos cómplices y unos observadores "imparciales". Los responsables son ETA(NO), sus cómplices, los servicios auxiliares, que aparecen con diferentes letras pero que no son más que las correas de transmisión del miedo y la intolerancia y un PNV que lleva gobernando desde hace dos décadas y que alguna responsabilidad tendrá en ese marco de convivencia desgarrado por el miedo y las pistolas que se llama País Vasco.